MAR MUÑOZ
Valdemorillo abría su feria taurina con novillada picada en la que Ismael Martín, Nek Romero y Samuel Navalón se midieron a los ejemplares de la ganadería de La Cercada. Los animales dejaron un juego variado en líneas generales, teniendo que buscarles las vueltas y opciones para robarles las embestidas, con una marcada querencia a tablas y de poca fijeza, aunque respondiendo cuando se le marcaba con imposición. Ismael no tuvo demasiada suerte con los de su lote, que no le permitieron mostrarse. Nek Romero, por su parte, tuvo disposición, pero los aceros empañaron la tarde. Además, tuvo que pasar por la enfermería después de matar al segundo de su lote, que le arrolló tratando de recibirlo desde los medios. Samuel Navalón fue el claro triunfador de la tarde tras cortar dos orejas de ley a los de lote, siendo una y una en cada uno, en las que mostró cadencia, despaciosidad y una gran determinación que le llevaron directo a la Puerta Grande.
Abría la tarde en Valdemorillo el novillero Ismael Martín, que rodilla en tierra dejó pasar a “Morisqueto”. Logró pararlo y le siguió por verónicas, sacándolo poco a poco a los medios, ganándole terreno, estirándose con el. El tercio de banderillas estuvo protagonizado por el novillero, muy lucido por cierto. Sonó el cambio de tercio, pidió permiso a la presidencia y tras un brindis particular inició la faena de muleta por abajo, eligiendo el pitón derecho, genuflexo. Trató de ligar a un novillo que salía suelto, totalmente ajeno a la tela, así que trató de moverlo y cambiar los terrenos, pasando sin pena ni gloria. El animal acabó en tablas y el novillero buscaba recursos, persiguiéndolo por todo el ruedo pero sin alcanzar a ligar un pase. Le robó alguna que otra “embestida” junto a la madera, pero sin la entrega del novillo. Ante la insistencia y la falta de animal, la faena se convirtió en un tira y afloja en el que imposibilitaba cualquier tipo de lucimiento. Se metió en terrenos comprometidos, poniéndose en peligro. Tomó la espada y logró meterle la mano, matándolo con aseo.
Nek Romero saludó al primero de su lote estirándose por verónicas hasta cerrar con una media. Cambiado el tercio, brindó y acto seguido sacó con gusto al animal hacia los medios, fue en aquellos terrenos donde empezara a torearlo en redondo sobre el pitón derecho. Los desarmó e interrumpió la ligazón del inicio, aún así volvió a la cara del animal con la misma mano, dándole continuidad, ligando un pase con otro. El animal le permitió la expresión y el novillero lo aprovechó, calando hondo en los tendidos. Llegó el turno del toreo al natural, llevándolo lejos, muy templado, pero poco a poco el novillo iba mostrando su querencia, así que Nek trató de tirar del animal para llevarlo de nuevo a los medios. Le bajó la mano y se lo fue enroscando alrededor de su cintura, cumpliendo la tanda con el pase de peso. Recuperó el pitón derecho para seguir con el toreo en redondo, ajustándose en sus terrenos, teniendo que tirar de el para evitar que se metiera en tablas. Cerró por bernadinas muy ceñidas. Lo cuadró y pinchó sin acierto.
Samuel Navalón se lució por verónicas con “Noventa”, el tercer novillo de la tarde. Tras un llamativo quite por chicuelinas, se alcanzó el último tercio, por lo que se fue de rodillas a los medios para iniciar la faena de muleta. Sin probaturas, empezó a pasárselo, continuó de rodillas, en redondo, desde los mismos medios, dándole intensidad a un comienzo que cerraba ya en pie con un pase de pecho, algo que fue muy aplaudido entre el respetable. Cambió al natural, pasándolo con el pase de las flores, para después seguir alternando el toreo a derecha e izquierda. Lo llevó con los vuelos. ligando ante la fijeza de un animal que tenía ritmo y continuidad en la serie. Con la derecha practicó su toreo en redondo en los medios, mostrándolo con despaciosidad, pasándoselo incluso por la espalda con algún que otro pase cambiado e invertidos. Poco a poco el de La Cercada se iba apagando, pero logró aguantar con lucimiento los parones del animal. Culminó por bernadinas, prendiéndolo sin aparentes consecuencias, siendo este el epílogo que lo llevara directo a la suerte suprema, matándolo con acierto.
Ismael Martín recibió al novillo que marcaba el ecuador del festejo, primero de rodillas con una larga cambiada para después estirarse por verónicas. Protagonizó el tercio de banderillas, luciéndose en los pares, como en la vez pasada. Una vez que brindó al público, se dispuso con la muleta, también de rodillas desde los medios, pasándoselo por la espalda para después seguir en redondo sobre la mano derecha. Al de La Cercada había que llevarlo muy tapadito, buscando la repetición a base de tocarlo con firmeza y tirar de la embestida, pero le costaba no había prontitud ni demasiada obediencia. Cambió de mano y empezó a llevarlo al natural, recurriendo al toreo del uno a uno, tratando de robarle cada una de las embestida, pero se iba quedando sin novillo a pesar de su insistencia a base de variedad, con pases invertidos en redondo, sujetando lo poco que le quedaba. Cerró por manoletinas, lo cuadró y dejó una estocada defectuosa después de un pinchazo, teniendo que recurrir al descabello.
Nek Romero paró a “Asistente” dejando un buen saludo capotero. Una vez alcanzo el último tercio, el novillero se fue directo a los medios para esperar al novillo a pies juntos, arrollándolo sin aparentes consecuencias. Rápidamente, se recompuso y volvió a la cara del animal para ponerle la muleta sobre el pitón derecho, toreando en redondo. Sin embargo, el de La Cercada se desvinculó rápido de la tela, sin mostrar interés alguno, por lo que marcó su querencia acudiendo a las tablas, sin atender a las demandas de Nek, que trataba de sacarlo de allá hacia los medios. Cambió al natural, buscando las opciones y logrando ligar algún que otro pase antes de que volviera a perder el interés. Volvió al pitón derecho con el uno a uno, tratando de sacarlo de la querencia, pero solo se tragaba los dos primeros pases. En la suerte mató a toro parado con acierto.
Samuel Navalón saludó al cierraplaza, un novillo al que le costó encelar en su capote, así que lo bregó ganándole terreno hasta sacarlo a los medios. La faena de muleta la inició en el tercio sobre el pitón derecho, genuflexo, obligándolo por abajo, sacándolo poco a poco hacia los medios con mucha torería y despaciosidad, llevándolo muy tapadito. El animal respondía mientras la orquesta acompañaba una faena que tenía todos los ingredientes para ser de triunfo. Samuel continuó en redondo desde los medios, sobre el mismo pitón, ligando los pases mientras arrancaba el aplauso del respetable. Todo lo hizo con cadencia y despaciosidad, para después cambiar al toreo al natural, pitón por el que se llegó a meter en varias ocasiones, ya que el animal iba desarrollando, quedándose corto y arremetiendo. Recuperó la mano derecha, por donde el animal tenía mayor lucimiento, ligando. Cerró a pies juntos, pasándolo por ambos pitones, muy torero, para después matar la espada con acierto y determinación.
Valdemorillo. Novillos de La Cercada para Ismael Martín, aplausos y palmas tras aviso; Nek Romero, palmas tras aviso y ovación; Samuel Navalón, oreja y oreja.