sábado, 27 de julio de 2024

Tarde triunfos en Priego

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Reseña

GUARISMO DEL OCHO
Buena tarde en Priego de Córdoba con una terna joven que ofreció una completa y bonita jornada. Se lidio una importante corrida de Julio de la Puerta donde destacó el encastado quinto y el enclasado sexto en manos de Arturo que mostró un toreo clásico y reposado ante un lote al que cortó tres apéndices. 
David Galván ofreció una tarde de convicción y mandó ante su par al que cortó tres orejas. David de Miranda se llevó el lote menos agradecido al que toreó con seguridad y extenso valor al que cortó dos orejas -una más una- por la incomprensión de un palco rácano.
 
“Mareador” un astado bien hecho al que David Galván lanceó con buen juego de muñecas para interpretar verónicas con prestancia. Un puyazo en buen sitio empujando con claridad el primero. Brindó al público en los medios. El gaditano se sintió muy a gusto ante un primero que se dejó -soltó la cara a veces- pero de gran obediencia. David construyó por ambos pitones una faena de expresión y fondo de armario ante uno -tecloso- y transmisor al que muleteó con criterio y entereza. Al final el inicial se puso a la contra y dificultó la suerte suprema. Media y casi entera. Ovación tras petición y aviso.
“Triunfador” salió al ruedo y se volvió a meter en chiqueros -acusó estar aquí desde el domingo- aunque cuando fue al engaño metió bien la cara. A este Gilio, le sopló un buen recibió a la verónica. Refrendó su buen hacer con el percal en un variado quite tras la vara. Su inicio fue una declaración de intenciones -de rodillas- ofreciendo el pecho y ligado a derechas. Un joven despejado de mente que realizó una faena donde los tiempos, las alturas y los terrenos fueron claves para torear a placer a un enclasado al que pasajeó con temple y muy cosido por ambos. Bonita labor que epílogó por bernadinas ajustadas. Estocada y dos orejas.
“Manriqueño” serio y astifino el segundo de la tarde con el que David dibujó la verónica con son y prestancia. Una vara en buen sitio. De Miranda estuvo a punto de ser prendido al intentar el quite con el capote a la espalda. Susto sin consecuencias al ser arrollado. Posteriormente sí firmó un quite por delantales de mucho fuste. Brindis público. Impávido y clavado en la arena -por alto- comenzó el onubense para desarrollar una primera de enorme calado. A partir de ahí, De Miranda se las vio con uno que reponía y marcaba antes de iniciar el viaje -dudas y vencido para adentro- pero ni se inmutó el de Trigueros que se lo pasó muy cerca. Valor frío y capacidad para domeñar esas cosas. David se puso donde los pies queman para ahormar una faena de mucha seguridad y exposición con pasajes por ambos pitones de amplio tonelaje. Pinchazo y entera. Oreja.
“Carpetero” salió con pies y viveza lo que aprovechó Galván para darle fiesta en un saludo compuesto -verónicas y chicuelinas- muy bien hilvanadas. Precioso saludo. Una vara bien dosificada. El cuarto tuvo carbón -bravo y repetidor- en el último tercio al que había que hacerle un toreo muy mandón. Y eso fue lo que David Galván autodesarrollo con una muleta poderosa que además imprimió ritmo al encastado para forjar series mucha relevancia. El cañaílla se fajó con su ponente y supo estructurar una faena importante donde la aptitud y la convicción le hicieron bajar los humos a toro que tenía mucho que torear. Importante quehacer que ratificó de estocada. Dos orejas.
“Ebanisto” otro qte salió con brío y morfológicamente serio. Al quinto, David, le trató por verónicas y delantales de amplio duende. Lo dejó crudito para apostar por él y lo agradeció el de La Puerta. David inició con sello -en los medios- con el pase de las flores para afianzar una tanda primera de muchísima impronta. La siguiente el toro protestó en demasía aflojando el gas tras imponer las exigencias el onubense con un toreo cosido y de mano baja. Con criterio David acortó distancias -fiel a su personalidad- y se metió entre pitones en un palmo de terreno para construir un toreo milimétrico a los muslos y tirando de una embestida siempre para adelante. Faena muy importante por si metraje y variedad -dos faenas en una- al principio con toreo mandón y ligado y, de “tres cuartos” con un arrimón de órdagos. Estocada hasta la gamuza y oreja por voluntad de un presidente muy cicatero.
“Cantador” un jabonero bonito que salió ‘malandao’ algo que acusó en el recibo de Arturo Gilio. No terminó de rebosarse en el percal. Así llegó a la muleta tras pasar por el jaco sin castigar y pesar de su buena voluntad perdía las manos en multitud de ocasiones. Gilio planteó una faena de similares características a la anterior con suavidad y buen gusto. El sexto siguió el engaño con entrega y nobleza lo que le sirvió al mexicano para torear por ambos con clasicismo. El final de labor por manoletinas y un público pidiendo el indulto. Aviso tras las dudas de perdonarlo y estocada. Dos orejas. 

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