domingo, 5 de octubre de 2025

Julio Aparicio corta una oreja en la tercera de promoción

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GUARISMO DEL OCHO

El Gali, novillero de Algeciras, recibió al primero de la tarde con un recorte de rodillas al que siguieron verónicas estimables. El novillo se desplazó en la muleta y El Gali se mostró voluntarioso, ligando series por ambos pitones que no siempre resultaron limpias y acopladas por mostrar el novillo alguna brusquedad en la embestida. Dos pinchazos y estocada. Silencio

Agustín de Antonio, de la escuela de Tauromaquia de Sevilla, recibió al segundo con una larga cambiada y verónicas de buen estilo ganando terreno. Comenzó la faena de rodillas y después la planteó en los medios, acoplándose mejor por el pitón derecho con un novillo que se dejaba pero que tendía a mirar. Labor de entrega que emborronó con la espada, resultando herido al entrar a matar.

Jaime Padilla, de la Escuela Taurina Diputación de Málaga, brindó su faena a Finito de Córdoba y se las vio con un novillo manso que no le dio ninguna facilidad. Lo intentó el joven Padilla pero fue imposible con un astado que no paraba de pegar cabezazos y embestir a la defensiva. Mató de estocada casi entera y tuvo que descabellar.

Manuel Díaz, rondeño perteneciente a la Escuela de La Algaba, recibió al cuarto a portagayola dando a continuación algunos lances con buen corte. Éste fue otro novillo bastante deslucido que embistió sin entrega y dando cabezazos, dificultando la dispuesta faena del novillero. Logró con buena disposición no verse desbordado.

Julio Aparicio, de la Escuela Taurina El Juli, dejó entrever su concepto artístico tanto en el manejo del capote como con la muleta. Cuando el novillo le dejó, sacó a relucir un toreo de gran expresión, asentado y acompasado, que llegó al tendido por su personalidad. Mató de estocada de rápido efecto que puso en sus manos la única oreja de la noche.

Manuel Domínguez, de la Escuela de Sevilla, ya se dejó ver en un bonito quite que hizo en el quinto novillo. Pero se superó en el recibo a la verónica a su novillo con lances asentados y ligados que llegaron al público. Jesús Aracil puso dos buenos pares de banderillas y saludó montera en mano. El sexto fue otro novillo molesto con el que estuvo siempre dispuesto, dejando ver buenas maneras cuando lograba sortear los desagradables tornillazos del novillo de Las Monjas. Insistió Domínguez hasta sacar todo el partido de su oponente. Por eso y a pesar de no estar fino con el acero le pidieron mayoritariamente la oreja que el palco no concedió.

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