PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
Isaac Galvín es otro de los nombres claros para la semifinal de este sábado 27 de abril en Villaseca de la Sagra. Alcanzó su pase tras la segunda novillada clasificatoria, celebrada el pasado 13 de abril. En aquella tarde dejó un buen sabor de boca entre los aficionados, a pesar de que no fue nada fácil.
Su paso por esta primera fase la ha vivido como toda una experiencia, algo inolvidable. “Pude disfrutar mucho aunque me quedé un poco con mal sabor de boca al pensar que fallé con los aceros, pero eso y mis miles de defectos me hicieron seguir entrenando muchísimo más al día siguiente”, recordaba el novillero.
Al hilo de esos entrenamientos, Isaac los ha intensificado con la mirada puesta en esta semifinal, explicando que se ha preparado muchísimo, entrenando todos los días y yendo, las pocas veces que ha podido, a tentar. “He intensificado la preparación física y mental, que creo que es algo fundamental para ser torero, estar despejado y tener las ideas muy claras”, añadía. Además, Isaac tiene que compaginar su trabajo con el toro, por lo que sus jornadas son muy intensas.
En la semifinal, no sólo se medirá a los de La Olivilla, sino que hará el paseíllo con unos compañeros que lo van a poner todo para alcanzar esa Final del Certamen. “Es un cartel muy interesante, muy comprometedor, ya que todos y cada uno de mis compañeros están muy preparados y torean muy bien, pero eso me llena de orgullo y de ilusión”, comentaba. Sin embargo, nunca ha tenido contacto con los de La Olivilla, pero eso no empaña su ilusión ni las ganas por medirse al eral que le toque en suerte, “tengo un buen presentimiento”.
Otros de los pilares fundamentales para La Sagra es su afición, la cual Galvín ha definido como una afición con mucha personalidad y que exige mucho, por lo que hace que los toreros den todo lo que nunca pensaban que podrían dar de ellos mismos.
Lo que tiene claro es que ha llegado a semifinales a marcar la diferencia entre sus compañeros. “La marcaré por el desparpajo, la emoción, la transmisión y sobre todo por el toreo de mando y poderío, con muletazos profundos y lentos”.
