Isaac Fonseca era otro de los favoritos desde que se anunciaron los participantes de la tercera edición de la Copa Chenel. Su entrega le ha llevado hasta la final a dos del próximo domingo en Colmenar Viejo.

Al igual que su compañero, ha querido hacer balance de lo que ha sido su paso por la Copa y recuerda la tarde de Alalpardo como una de las más especiales. “Tuve la sensación de sentir una embestida con transmisión y alegría, me sentí con vida”, explicaba. Sin embargo, también hubo momentos no tan buenos, “en Colmenar de Oreja salí sin saber si podría pasar a la final. No me gustó, no quería volver a sentir eso”.

Isaac mantiene la ilusión del primer día y de cada tarde intenta sacar el aprendizaje. Uno de los toros con los que más pudo aprender fue el de López Gibaja, “después de la voltereta, volví a salir para pegarle unas tandas que me llenaron y de me dejaron un gran aprendizaje”.

Su deseo es alzarse con la Copa Chenel, “me entregaré al máximo, necesito ganar personal y profesionalmente. Deseo tener, Dios primero, el trofeo en mi habitación”.