lunes, 20 de mayo de 2024

El Juli corta una oreja en su despedida de los ruedos en Sevilla

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GUARISMO DEL OCHO / FOTO EMILIO MÉNDEZ
La Real Maestranza de Sevilla hacia historia albergando la despedida de los ruedos de Julián López “El Juli”.  Fue una tarde en la que el diestro madrileño no tuvo opciones con el primero de su lote, un toro manso y parado que no le permitió la expresión. Sería en el cuarto, en el ecuador del festejo, con el que dejara una faena templada y poder. Daniel Luque, por su parte, dejó ver el buen momento del que goza, desorejando al primero de su lote, rozando la Puerta del Príncipe con el sexto. Sebastián Castella, que sustituía a Morante de la Puebla, se encontró a un buen segundo que le planteó unas opciones con las que no terminó de acoplarse.
Abrió la tarde El Juli con un primero manso y sin raza que esfumó toda posibilidad de triunfo. Trató de alargar una embestida que no terminaba de completar ni un pase. No tenía fuerza y poco a poco se fue apagando, a pesar de que el madrileño le buscará las teclas. Mató con el golpe de cruceta.
Le siguió Castella que recibió a “Amador”, un toro con más fondo y de buenas condiciones. Lo saludó de rodillas, captando rápidamente la atención de los tendidos. El animal tenía movilidad y clase, dejando un inicio de faena a pase cambiado, sin rectificar, apurando las distancias. Alternó pitones, jugando con los vuelos, pero sin terminar de acoplarse con la embestida.  Finalmente, el toro acabó cantando y sólo le quedó ejecutar la suerte suprema.
Luque recibió al primero de su lote, un toro de teclas, tratándolo con suavidad en los primeros tercios. Dispuesto a exprimirlo, dejó un inicio de faena lento, ganándole terreno alejándonos de las tablas. Le ganó la partida jugando con la querencia del animal, sin quitarle la franela de la cara, no podía ver otra cosa que no fuera la tela. Lo metió a base de poder, con toques firmes que lo terminaron de adentrar. No le exigió en exceso, lo llevó a media altura, perpendicular a tablas, haciendo que la faena rompiera a más. Por fin cambió al pitón izquierdo, el pitón del animal, llevándolo en largo, obligándole abajo, asentándose con el. Culminó con una estocada efectiva.
Marcaba el ecuador del festejo El Juli, con el toro con el que se despedía de los ruedo. Lo saludó a portagayola al cuarto de la tarde, un toro que le permitió estirarse a la verónica, sacándolo a los medios. Se alcanzó la faena de muleta y el madrileño lo llevó poco a poco, muy despacio, exprimiendo el fondo del que disponía el de Garcigrande. Con mejores inicios que finales en los pases, El Juli lo tocó con suavidad, alargando la embestida, dejando que la cadencia se adueñara de las tandas al natural. Recuperó el pitón derecho para culminar con el toreo en redondo.
Castella se fue directo a la puerta de chiqueros para recibir a portagayola al quinto de la tarde. Su empelo en la faena de muleta no logró calar en los tendidos sevillanos. El astado no permitía la continuidad, saliendo ajeno a la faena. Por lo que trató de perderle pasos y recomponer, dándole salida al noblón quinto. Terminó alargando en exceso una faena que no tenía opciones.
Luque cerraba la tarde con un sexto que no le dio ningún tipo de ventaja. El diestro recibió al manso de Garcigrande en la muleta planteando una faena de orden y mando. Se la dejó puesta y trató de ligar, tirando de la embestida, una embestida que entraba y pasaba. Encontró la cadencia y la despaciosidad, saboreando muletazos largos y profundos con inicio y final. No tuvo la misma vida por el pitón izquierdo, más cortito y menos lucido, por lo que no tardó en recuperar el pitón derecho, pero poco a poco se iba apagando. Lo pasaportó.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Última de la Feria de San Miguel. Toros de Garcigrande para El Juli, silencio y oreja; Sebastián Castella, ovación y silencio; Daniel Luque, dos orejas y ovación.

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