GUARISMO DEL OCHO
Daniel Luque ha paseado el único trofeo de la corrida de toros lidiada este lunes en la Plaza de Toros de Valencia. Tarde fría en la que resultaron silenciados Sebastián Castella y Emilio de Justo, que perdió el trofeo por la espada ante el buen sobrero, también de Juan Pedro, que cerró la tarde.
Daniel Luque brilló en el recibo a la verónica al segundo de la tarde. Toda su faena de muleta tuvo mucho gusto, desde los ayudados por alto iniciales y los grandes remates por bajo. Humilló el de Juan Pedro en la muleta de Luque, a más la faena en cada serie con la diestra. Al natural también hubo profundidad y el cierre marca de la casa con luquecinas permitió que, pese a un pinchazo, paseara un trofeo.
Emilio de Justo dejó una gran faena ante el sobrero, sexto bis. Le dio distancia Emilio, aprovechó la inercia de sus arrancadas en los primeros compases con la diestra y pudo ligar a media altura. La faena terminó de coger vuelo con la zurda, donde llegaron los momentos de toreo más reposado y encajado. La obra apuntaba al trofeo, pero el fallo a espadas lo impidió.
Castella tuvo la disposición y las ganas en su inicio de temporada europea. Se fue a portagayola para recibir al primero de Juan Pedro Domecq. Tuvo que medir mucho su faena, cuidando a un ejemplar que requería suavidad. El francés tuvo matices importantes de plasticidad en el inicio de faena. Sin embargo, el animal se vino a menos ante el empeño del diestro.
Con su segundo, el cuarto del festejo, desarrolló una faena de muchos cuidados, tapando defectos. Le faltó fuerza y entrega, por lo que no permitió que la labor de Castella encontrara expresión y lucimiento. Tampoco tuvo demasiado acierto con el acero, teniendo que usar el descabello.