lunes, 16 de septiembre de 2024

Fran Benito da una vuelta al ruedo en una novillada de Sánchez Fabrés interesante y muy exigente en Colmenar Viejo

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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ/FOTOS EMILIO MÉNDEZ  / CIRCUITOS TAURINOS

Colmenar Viejo celebraba una novillada sin picadores en la que los novilleros Marco Polope, Fran Benito y Jorge Hurtado se midieron a los erales de la ganadería de Sánchez Fabrés. Los animales fueron muy exigentes con muchas teclas que buscar y tocar. Había que tomarles muy bien la medida, por lo que no fue fácil acoplarse con ellos. Destacaron varios en la tarde, pero el quinto de la tarde fue un eral que se prestó con temple, movilidad, fijeza y nobleza. Polope estuvo digno y firme tomándole bien la altura ante un eral de teclas al que llevó por ambos pitones. Encontró mayor acople, pero sin sabor, a pesar de entender las embestidas, exigentes del cuarto. Fran Benito tuvo una faena de muchos altibajos, dejando algunos muletazos de calidad ante un buen novillo con el que le costó tomar el sitio y el trazo. Ante el quinto dejó una faena de intensidad y muletazos profundos por el pitón derecho. Hurtado desarrolló una faena de firmeza ante un tercero que no terminó de entregarse ni de humillar en la tela. Empañó todo con la espada. Con el sexto estuvo firme y cin expresión, en una faena muy medida en la que volvió a fallar con el acero.

Polope saludó al abreplaza con una brega llevada ante un eral que le apretó. Inició la faena con un tanteo por alto para después alternar pitones con un eral que no se lo puso fácil y con muchas teclas. Tuvo que llevarlo a media altura,  aprovechando la nobleza y fijeza de un animal que se movió pero con el que no encontró lucimiento ni expresión, porque no decía nada en su embestida. Culminó por manoletinas y una estocada poco efectiva.

Fran Benito trató de estirarse con el segundo de la tarde, pero no lo abrió lo suficiente y lo volteó. Brindó al público e inició la faena genuflexo sin bajarle demasiado la mano. Le costó encontrarle el sitio y la altura, decidiéndose por el pitón izquierdo para llevarlo en largo pero sin ligarlo en exceso. Al animal no había que llevarle la contraria, pasándolo a su aire acometía a media altura, entregándose, siguiendo la muleta con fijeza. Por el pitón derecho siguió embestiendo, solo necesitaba tiempo y sitio para no asfixiarlo. Continuó alternando pitones ante un novillo que no tenía fin en sus embestidas. No terminó de tomarle el aire al de Sánchez Fabrés. No tuvo acierto con los aceros.

Jorge Hurtado metió y enceló en su capote al tercero, bregándolo y ganándole terreno hasta llevarlo a los medios. Brindó al público e inició su faena por abajo hasta templarlo y empezar a llevarlo por el pitón derecho. El animal pasaba en largo y salía suelto, con intención de rajarse, por lo que tuvo que atarlo en corto en tandas breves y muy templadas a media altura y buenas maneras. Al natural lo marcó y llevó. Retomó el pitón derecho, tocándolo siempre en el sitio, tratando de someter a un eral, al que no le bajó la mano, que no terminó de entregarse ni de humillar. No se encontró en la suerte suprema.

Polope se lo sacó rápido al cuarto de tablas, llevándoselo a los medios en el saludo capotero. En la muleta empezó a pasarlo por alto, evitando que perdiera las manos. Siguió por el derecho, encajánfose a su paso, llevándolo en el uno a uno en tandas cortas, para darles salida en el inicio de la serie y después empezar a someterlo. No se le podía asfixiar, porque rápido se descomponía y desestructuraba la faena. Al natural lo llevó al son que marcaba, abriéndolo ligeramente y llevándolo metido sin que desluciera. Sin embargo, la faena no terninó de calar con aquel soso cuarto. Metió la mano con aseo.

Fran Benito lo recibió y se lo llevó fuera del tercio con el capote. Lo pasó por alto y por bajo en el inicio de faena. El animal se prestaba, tenía movilidad, temple y celo, pero había que poderlo por abajo. Logró entenderse con el en una tanda en la que le bajó la mano y le dio largura, pudiendo asentarse con el encontró armonía en aquel pitón derecho, transmitiendo a los tendidos. Al natural aprovechó la amplitud de los vuelos para pasarlo y llevarlo, pero fue el pitón derecho con el que hizo faena. Ató en corto aquel quinto noble y fijo en la tela. Deslució con la espada.

Hurtado saludó y llevó en un recibo templado al segundo de su lote a los medios. Le fue andando en el inicio de faena, luciéndose con expresión. El animal pasaba con cierta irregularidad, embistiendo a media altura. Poco a poco lo fue metiendo abajo. En el toreo al natural simplemente pasaba mientras Hurtado le dejaba los vuelos a la cara. Por el derecho se asentó y rompió la cintura para envolvérselo llevándolo embebido en la franela, siempre dejándosela puesta para darle continuidad a la serie. Cada vez le costaba más entrar, así que se fue a por la espada. Sin embargo decidió alargar con un par de series más antes de pinchar su faena.

Colmenar Viejo. Erales de Sánchez Fabrés. Los animales fueron muy exigentes con muchas teclas que buscar y tocar. Había que tomarles muy bien la medida, por lo que no fue fácil acoplarse con ellos. Destacaron varios en la tarde, pero el quinto de la tarde fue un eral que se prestó con temple, movilidad, fijeza y nobleza. Marco Polope, palmas y silencio; Fran Benito, saludos y vuelta al ruedo; Jorge Hurtado, silencio tras aviso y tras aviso.

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