MAR MUÑOZ
Arganda del Rey celebró la primera novillada con novillos de Adelaida Rodríguez para Sergio Sánchez, Bruno Aloi y Cid de María. Los novillos mostraron poca fuerza y poca duración, por lo que no se prestaron para el lucimiento. Sergio desarrolló una buena faena por el derecho con su primero, mientras que con el segundo no tuvo opciones. Bruno estuvo muy por encima de su primero dejando una gran estocada, dejando pinceladas que bien hubieran valido algún que otro trofeo. El segundo de su lote no le permitió expresarse, pero dejó ver su disposición y clase, con un gran arrojo ante las circunstancias que le presentó el quinto. Cid de María desarrolló su faena al tercero por el izquierdo, puesto que por el derecho se le metía por dentro. Con el sexto no encontró el acople.
Sergio Sánchez, faena de tira y afloja con un novillo que se vino a menos
Con un lucido recibo paró a «Cala Poco» Sergio Sánchez. De rodillas y en el centro del ruedo con un pase cambiado por la espada comenzó su faena para seguir por el derecho, llevándole con el vuelo. Le dio tiempo y cambió al natural para llevarlo a media altura y bajarle la mano en el viaje del natural, pero siempre pasándolo de uno en uno. Retomó el derecho, pitón por el que tenía más recorrido. El novillo metía la cara, pero después la sacaba alta, desluciendo el muletazo. Se adornó con recursos de su tauromaquia ante un novillo venido a menos. Intentó meterse en la cercanía para dar emoción antes de ir a por la espada. Cerró por manoletinas muy ajustadas lo colocó en suerte y dejó media estocada suficiente.
Bruno Aloi, toreo de gusto y raza ante el segundo de la tarde
Bruno Aloi bregó al segundo de la tarde, un novillo de nombre «Pionito» con el que finalmente pudo estirarse y encontrar lucimiento. En los medios, citándolo de lejos, sin probaturas se puso a torear sobre el pitón derecho. Siguió por ese pitón, dejando la pierna atrás y girando sobre su propio eje con torería. Le dio tiempo a un animal que pasaba a media altura. Bruno optó por llevarlo con suavidad, girando la cintura, acompasando con la muñeca para dejar pases cadenciosos. Cambió al natural, pero el novillo se había venido a menos, teniendo que pasarlo de uno en uno para robarle los pases. Retomó el derecho, y cada vez le costaba más pasar. Se adornó con circulares invertidos y arrimones de vértigo. Con un desplante con gusto se fue a por la espada. Hizo un bonito epílogo por abajo, lo colocó en suerte y lo mató de un espadazo.
Cid de María desluce su faena con la espada
Cid de María se lució con «Pionito» en su recibo capotero. Se le vino el novillo y tuvo un explosivo comienzo de faena que resultó variado e interesante. Siguió al natural con pases largos y ligados, para después bajarle la mano y obligarlo. El animal seguía el engaño y Cid de María, que encontró expresión, se sentía torero. Montó la muleta y por el derecho se puso a pasarlo hasta que se le metió por dentro y retomó el izquierdo. Siguió pero los pases fueron más atropellados y le punteaba la tela, descomponiendo la embestida. Por el derecho no tenía un pase por lo que desarrolló su faena por el izquierdo. Tomó la espada y la hundió de forma defectuosa pero efectiva.
Sergio Sánchez pasaporta al cuarto se la tarde
Sergio Sánchez bregó con «Caraliebre» en su saludo capotero. Lo probó por ambos pitones y al natural se puso a torear, pero el novillo estaba muy parado. Montó la muleta y perdiéndole pasos lo fue pasando, rectificando de uno en uno. Volvió al natural y de uno en uno lo fue llevando, pero le costaba acudir al cite, así que intentó poner el lucimiento que al novillo le faltaba. No tenía transmisión ni mucho de donde rascar, así que decidió ir a por la espada y pinchó varías veces hasta dejar media que le obligó a descabellar en varias ocasiones.
Bruno Aloi deja un buen sabor de boca ante el quinto
Bruno Aloi bregó con torería al quinto de la tarde, un novillo de nombre «Pinturero». La faena de muleta la inició genuflexo, probándolo y obligándolo por abajo. Siguió enroscándose con el, llevándole lejos por el pitón derecho. Bruno aguantó y tragó con un animal que media. Tiró de raza y rodilla en tierra siguió toreando. Cambió al natural, pero solo pasaba y sacaba la cara alta sin lucimiento. Le dio sitio, le citaba y de uno en uno, girando la muñeca, lo llevaba hasta el final con torería. Le cambió los terrenos, retomó el pitón derecho y arqueando la cintura y girando la muñeca fue dejando muletazos con sabor. Destiló clase en sus pases con voz y mando. Fue a por la espada le colocó en suerte y a la segunda hundió el estoque.
Cid de María abrevia con el sexto de la tarde
Cid de María paró a «Vaporillo» con unos lances de recibo. Aplaudido el tercio de banderillas, dio paso a la faena de muleta, la cual inició genuflexo y con rodilla en tierra para probarlo. Siguió al natural, de uno en uno, rectificando sin acoplarse con el. Montó la muleta y por el derecho le fue robando los pases, pero no era novillo para el lucimiento. Retomó el pitón izquierdo y se quedaba a mitad del pase, no había entendimiento, así que lo iba pasando sin más. Decidió acortar y fue a por la espada. Intentó un epilogo, lo cuadró y a la tercera hundió el estoque.
Arganda del Rey. Novillos de Adeilada Rodríguez para Sergio Sánchez, aplausos y silencio tras dos avisos; Bruno Aloi, ovación y ovación tras aviso; Cid de María, silencio y silencio.