sábado, 18 de octubre de 2025

Manzanares y Roca Rey abren la Puerta Grande en El Puerto de Santa María

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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ/FOTOS EMILIO MÉNDEZ

El Puerto de Santa María ha celebrado su primera corrida de toros en la que los diestros José María Manzanares, Andrés Roca Rey y Pablo Aguado se midieron a los ejemplares de la ganadería de Dª Olga Jiménez y Hermanos García Jiménez. Los animales mostraron buenas condiciones, permitiendo a los matadores hacer sus faenas y pasear las orejas. Manzanares desarrolló su faena al primero sobre el pitón derecho, conectando con los tendidos, encajándose con el animal y culminando con un estocadón. Le faltó fuerza al cuarto de la tarde, al que Manzanares llevó por ambos pitones. Roca Rey llevó por ambos pitones al segundo, un toro con sus teclas, pero que siguió el engaño con nobleza y ante el que el peruano se la jugó metiéndose entre pitones. Cautivó en el quinto, metiendo en su faena a un toro escaso, pero del que volvió a sacar provecho, culminando de nuevo metiedo entre pitones. La faena de Aguado al tercero se fue viniendo a menos, a pesar de los muchos matices que tuvo. Encontró el acople con el sexto, un toro al que llevó en el tercio y por el derecho.

Manzanares corta una oreja con fuerte petición de la segunda en el primero

Saludó Manzanares al primero de la tarde, encajándose, pasándolo con torería, conectando con los tendidos. Tras un buen tercio de banderillas, Manzanares recibió en la franela al de Olga Jiménez, pasándolo por abajo, dándole aire, moviéndolo, y sacándolo del tercio. Continuó sobre el derecho, sin terminar de bajarle la mano, llevándolo muy despacio. La plaza estaba con él y con aquellos muletazos a cámara lenta. Le dio tiempo y sitio antes de continuar sobre el mismo pitón, dándole distancia para adelantarle el engaño y citarlo. El animal atendió con prontitud y siguió el engaño con fijeza y nobleza, pudiendo darle ritmo. Cambió Manzanares al natural, marcando el trazo con la ayuda, sin terminar de acoplarse, aunque logrando completar la serie. El viento fue otro hándicap, aún así, el diestro recuperó el pitón derecho, por donde había encontrado la armonía y el acople con aquel animal. Lo dejó respirar para seguir llevándolo, alcanzado a encajarse con el, toreando en redondo, ligando los pases. Culminó con todo un estocadón.

Roca Rey le corta una oreja al segundo de la tarde tras una buena faena 

Se estiró Roca Rey con el segundo, ganándole terreno, con torería y variedad, ganándose los «olé» del respetable. Después de que el animal pasara por el caballo, Roca Rey se dispuso desde los medios para realizar un ceñido quite. Con el toro en los medios, Roca Rey tomó la franela e inició la faena a pies juntos, con quietud, sin moverse, logrando un comienzo de intensidad y calado. Lo movió y se lo llevó a los medios mientras hacía algún que otro gesto con su rodilla. En aquellos terrenos eligió el pitón derecho para continuar, dejando el paso atrás y la muleta puesta para envolvérselo y cautivar a la plaza. Con un trazo largo y profundo trató de hacer las series, en las que también tuvo que limpiar el muletazo. La embestida se descomponía en la salía y punteaba el engaño, pero Roca Rey logró llevarlo con pulcritud. Al natural, entre pausas, aseguró el pase, sin deslucir, tocándolo con firmeza e insistencia. Continuó sobre el izquierdo, muy despacio y muy en largo. Buscó también la emoción y poco a poco se fue metiendo entre pitones, dejando algún que otro pase en redondo. Se la jugó en las distancias cortas, aguantando, algo que el público le reconoció. Se tiró a matar, metiendo el acero con acierto.

Aguado, ovacionado en una faena de más a menos ante el tercero

Algo más suelto salió el tercero, al que Aguado logró encelar una vez cambiado el tercio, estirándose con el. Se lució también en el quite que desarrolló por chicuelinas. Se alcanzó la faena de muleta y el diestro brindó al respetable antes de comenzar. El sevillano se fue bordeando las tablas hasta encontrarse con su adversario, al que fue pasando por ambos pitones, a pies juntos mientras le iba ganando terreno. En el tercio se asentó y con cadencia y torería le dio unos muletazos dotados de arte y despaciosidad. Totalmente encajado se mantuvo para envolvérselo a su cintura, encontrando ritmo. Sin embargo, el diestro también le dio pausas, dosificando su embestida, llevándolo. Cambió al pitón izquierdo, bajándole la mano, pasándolo de uno en uno, pero sin lograr redondear su labor en una faena que se fue viniendo a menos. Culminó fallando con el acero.

Manzanares corta una oreja al cuarto

Saludó Manzanares al segundo de su lote, bregándolo y llevándolo. En la faena lo pasó por ambos pitones, le ganó terreno y se decidió por el derecho, bajándole el engaño y corriéndole la mano. Aunque le intentó dar continuidad y ritmo a su faena, el animal no podía, perdía las manos. El diestro lo probó también al natural, dejándoles los vuelos, llevándolo a media altura, encontrando así la forma de hacer su labor. Dosificó mucho entre tandas y sobre el derecho cuajó una buena serie con la que llegó a los tendidos. Siguió alternando pitones con un toro que seguía el engaño con más ganas que fuerza. Suficiente para que la faena sacara provecho de sus embestidas y desarrollara una labor de calado. Mató a recibir con un estoconazo.

Roca Rey corta una oreja tras una meritoria faena ante el quinto 

Roca Rey bregó al quinto, rematándolo, aunque sin haberse podido estirar con el. Roca Rey se acercó con la muleta muy despacio, citándolo en la larga distancia, tratando de aprovechar la inercia. Se lo llevó a los medios tras aquel tanteo por ambos pitones y se dispuso sobre el derecho, en un tira y afloja con los pasos, las distancias y los tiempos. Poco a poco lo fue metiendo, imponiéndose en tandas breves, pero bien llevadas. Cambió al izquierdo, marcando con la ayuda y robándole algún que otro natural largo y profundo dotado de cierto gusto y con la continuidad del uno a uno. Lo metió y se hizo con aquella embestida al natural. Sin embargo, también los intentó por el derecho, pitón por el que tragó y aguantó acortando más distancias. Volvió a jugársela metiéndose entre pitones con un toro que cada vez se quedaba más parado. Metió la mano, dejando media estocada, suficiente para que el animal doblara.

Aguado no pudo estirarse con el sexto y segundo de su lote. Se alcanzó la faena de muleta y Aguado se dobló con el sexto para ganarle terreno entre probaturas. Eligió el derecho para empezar a llevarlo, en el tercio, muy despacio, pero con ritmo, encontrando repetición y movilidad en sus embestidas. Quiso moverlo y continuar por el derecho, encontrando ese acople y entendimiento con el que correrle la mano y expresarse con cadencia y torería. No era fácil, tenía sus teclas, pero el sevillano parecía haberlas encontrado, cuajando unos muletazos con los que los tendidos enloquecieron. Verticalidad y mucho sabor en sus derechazos, en los que le buscó el sitio, tocándolo con firmeza y pasándoselo por la cintura. Quiso mostrarlo al natural ante un público totalmente entregado a su obra. Tardó en ejecutar la suerte suprema, llegando a escuchar un aviso. Fue al segundo intento cuando logrará meter el acero.

Ficha de festejo:

El Puerto de Santa María. Toros de Hermanos García Jiménez y Dª Olga Jiménez (1° y 4°). Los animales mostraron buenas condiciones, permitiendo a los matadores hacer sus faenas y pasear las orejas. José María Manzanares, oreja y oreja; Andrés Roca Rey, oreja y oreja; Pablo Aguado, saludos y oreja tras aviso

 

Incidencias:

En el primer toro de la tarde, se desmonteraron Juan José Trujillo y Luis Cebadera tras el buen tercio de banderillas que protagonizaron. También en el mismo toro, el presidente fue abucheado por no conceder la segundo oreja a Manzanares. Viruta, de la cuadrilla de Roca Rey, se desmonteró en banderillas con el segundo toro.

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