PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ/FOTOS EMILIO MÉNDEZ
La Monumental de Aguascalientes ha celebrado una corrida de toros en la que Alehandro Talavante, Diego Silveti y Arturo Gilio se midieron a los ejemplares de San Miguel de Mimihuapam. Los animales no dieron el mejor juego para los diestros. Sin embargo, el sexto resultó extraordinario, siendo indultado. Talavante desarrolló una faena de calado con el primero de su lote, pero deslució con el acero. Talavante no tuvo opciones con el cuarto y decidió abreviar y pasaportarlo. Extraordinaria fue su actuación con el toro de regalo, un toro de indulto en el que hizo una faena que marcará la historia de la Monumental de Aguascalientes. Silveti cortó una oreja con el segundo, un toro que se prestó en una faena de toreo lento y de mucho tiempo. Encontró la emoción y la expresión por sobre el pitón derecho. Sin embargo, deslució con el acero su labor. Arturo Gilio desarrolló una faena medida con la que convenció en los tendidos, pero falló con el acero. Gilio arrancó las embestidas a base de oficio, paciencia y mucho aguante ante un toro que se le quedaba a medio viaje.
Talavante, un tira y afloja que llega a los tendidos, pero desluce con el acero
Abrió Talavante saludando al primero de la tarde y de su lote. Inició la faenaToro desdToroe los medios, pasándolo despacio y con suavidad sobre el derecho. Lo siguió pasando, moviéndolo y cambiando los terrenos. Le bajó la mano, toreando muy despacio le robó las embestidas y los olé al respetable. Se lo envolvió muy despacio, aguantando. Cambió al pitón izquierdo, en una poderosa muñeca que arrancó las ovaciones del respetable. Lo llevó a media altura, dejándoselo a la cadera en la salida. Retomó la mano derecha con intensidad y entrega ante la debilidad del animal. Culminó con unos pases por el pitón izquierdo junto a las tablas. Falló con la espada.
Silveti corta la primera oreja de la tarde
Silveti lanceó al segundo y dio paso al tercio de varas. Tras el de banderillas salieron a saludar los de plata. Brindó desde los medios para después comenzar la faena a pies juntos, pasándolo por alto, esperándolo. Le dio tiempo, para después aprovechar la inercia y continuar con su inició de faena. Se lo llevó más allá del tercio y entre los «olé», logró envolvérselo. Cambió al natural, pasándolo por alto, entre pausas y mucha despaciosidad. Lo llevó con los vuelos, dejándoselos puestos en la cara y tirando de un animal que seguía el engaño, pero cada vez más parado. Recuperó el pitón derecho, acortando distancias, con algún que otro pase cambiado. Tardó en cuadrarlo, pero acertó en su estocada.
Arturo Gilio corta una oreja en el primero de su lote
Arturo Gilio se lució en un recital de capote que volvió a despertar a los tendidos. Tras un gran tercio de banderillas en el que los subalternos fueron ovaciones. Gilio se dispuso de rodillas para iniciar una faena que se planteaba explosiva y de mucha emoción. Siguió en aquellos terrenos sobre el pitón derecho, de dos en dos, recomponiendo y dando forma una tanda continuada y de calado. Toreó en redondo con unos «olé» que acompasaron la embestida. Se adornó en una faena que fue a más, pero muy medida. Continuó por el izquierdo, envolviéndoselo en una tanda que cada vez se quedaba más corto, levantando la cara. Le dio sitio y tiempo, continuando sobre el pitón derecho, transmitiendo y convenciendo. Alargó, queriendo aprovechar, queriendo exprimir todo lo que le pudiera dar. Con el acero deslució su labor.
Talavante, sin opciones con el cuarto
Saludó en una brega llevada Talavante al cuarto de la tarde, para después tener destellos a la verónica. Talavante lo probó en el inicio de faena, para después decidirse rápidamente por el pitón izquierdo de un toro escaso y de poca fuerza que perdía la manos. Seguía el engaño, quedándose corto. Cambió al derecho y decidió probar en el uno a uno, sin muchas más opciones que pasarlo y llevarlo a media altura. Metió la mano con aseo y habilidad.
Desluce Silveti con el acero, tras una buena faena al quinto
Se estiró y lució Silveti con el capote. En el quite se lo echó a la espalda para volver a deleitar a los tendidos. Inició la faena junto a las tablas, ganándole poco a poco terreno, doblándose con el. Le dio tiempo y sitio para después seguir en el tercio en una tanda pautada y lenta. El animal entraba con prontitud y seguía la tela con pulcritud, además humillaba y metía bien la cara. Resultaron tandas breves pero muy bien reconocidas por el respetable. Al natural, teniendo que insistirle en el toque, lo llevó en un trazo profundo. No tardó en recuperar el torero sobre el pitón derecho, con el que el público se emocionó y el diestro encontró expresión, llevándolo largo, pudiendo envolvérselo. Siguió dándole pausas entre tandas, ayudando a que su adversario recuperase para volver a someterlo en una nueva tanda por el derecho. El toro cada vez tenía menos recorrido, pero Silveti no dudó en acortar distancias y aprovechar su nobleza para pasárselo por donde quiso. Falló con el acero.
Gilio corta una oreja tras una faena de oficio y muchas teclas con el sexto
Arturo Gilio saludó con una larga cambiada al hilo de las tablas al sexto, para después continuar de rodillas y seguir lanceándolo. Se levantó y pasó, alcanzando a lucirse por verónicas. Culminó el tercio de banderillas y Talavante regaló, desde los medios, el sobrero. Inició la faena con temple y despaciosidad, con emoción y ritmo. Dosificó, dándole tiempo y sitio, manteniéndolo en los medios, para después seguir, teniendo que tocarlo con formeA para que tomara el engaño. Por el izquierdo aportaba recorrido, con una embestida poco definida. Aún así, Gilio decidió apostar en una nueva tanda al natural, reestructurando, teniendo que sujetarlo, evitando que perdiera las manos. No fue una faena fácil, pero Gilio a base de oficio, paciencia y aguante ante los parones a medio viaje, logró componer su actuación. Era corto, muy corto y Gilio tuvo que esforzarse mucho y acortar las distancias para llevarlo, dejándosela muy puesta en la cara. Mató con una acertada y ovacionada estocada.
Talavante indulta al toro de regalo tras una emocionante faena
El de regalo salió y se emplazó, pero Talavante no dudó en ir por el y estirarse en el saludo capotero. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes de comenzar brindó desde los medios. La inició a pies juntos, para después encontrar expresión en su variedad y sello personal, pasándolo por la espalda. Continuó sobre el derecho aprovechando la inercia para tocarlo y llevarlo en un toreo de majo baja, cadenciosos y muy torero ante un ejemplar de fijeza y clase. Talavante sacó a relucir unos derechazos en los que con desmayo y mucha clase cambió a su poderosa izquierda a una plaza más que entregada y emocionada. Se había rendido a su toreo, mientras le gritaban «torero» y sonaba la «Pelea de gallos». Aquellos naturales llevaba su santo y seña. Lo llevó al natural y con el derecho, con profundidad y mucha rotundidad, bordando aquella faena en la que incluso se pidió el indulto del animal. Culminó con unas manoletinas y unos muletazos que no tenías fin, siguiendo la franela, llevándolo cosido a ella. El presidente otorgó e indultó.
Aguascalientes. Toros de San Miguel de Mimihuapam para Alejandro Talavante, ovación, palmas y dos orejas; Diego Silveti, oreja y silencio; Arturo Gilio, oreja y oreja.