domingo, 5 de octubre de 2025

César Ruiz abre la Puerta Grande en la San Marcos de Aguascalientes

Facebook
Twitter
WhatsApp

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ/FOTOS EMILIO MÉNDEZ

La plaza de toros San Marcos celebró la novillada de triunfadores, en la que Bruno Aloi y César Ruiz se midieron a los ejemplares de Santacruz y Torrecilla (3º). Los animales fueron variados en comportamiento, con detalles en su comportamiento, aunque destacaron muy por encima la calidad del tercero y sexto, este último premiado con el arrastre lento. Bruno Aloi desarrolló una meritoria faena ante el primero, al que cortó una oreja. También lo hizo con su segundo, sin embargo deslució con el acero una faena que caló en los tendidos ante un gran ejemplar. Tampoco encontró acierto en la suerte suprema con el quinto. César Ruiz logró cortar una oreja a su primero tras una faena en la que hubo buenos momentos al natural. Faltó orden y acople con el cuarto, en una faena que no terminó de redondear. Cautivó y convención a base de torería con el sexto, al que cortó las dos orejas.

Bruno Aloi corta la primera oreja de la tarde

Abría la tarde «Encendido», al que saludó Bruno Aloi, bregando y ganando terreno a un animal muy agarrado al piso, pero con el que pudo dejar un lucido remate en los medios. Brindó al respetable e inició su faena con un ligero tanteo por alto con el que le fue sacando. El novillo era reservón y le costaba desplazarse en aquellos primeros compases. En los medios quiso templar y ordenar aquella embestida descompuesta. Poco a poco y muy despacio conectó con los tendidos, que replicaron con «olé» cada muletazo. Cambió al pitón izquierdo, pero media y miraba, saltándole la cara y desluciendo sus salidas. Fue una faena de mérito y poder en la que le robó cada embestida, buscando el sitio, dejándosela muy puesta y toreando con mucha suavidad. Cambió al derecho pareció meterlo a cámara lento, envolviéndoselo. Tuvo un traspiés y quedó a merced del animal. Culminó metido entre pitones, apurando en exceso. Mató con acierto y determinación.

César Ruiz pasea una oreja del segundo de la tarde

Salió «Abrazó» al recibió César Ruiz con una larga cambiada al hilo de las tablas, para después seguirle con torería. Se alcanzó el tercio de banderillas, tercio que, por petición del público, puso el propio novillero. Inició la faena por abajo, doblándose con él. Se lo llevó a los medios y a media altura continuó por el pitón derecho, llevando a media altura a un toro justo de fuerza y corto en recorrido. Cambió al natural, le puso el engaño y le corrió la mano, dándole largura y profundidad al trazo. Lo movió y cambió los terrenos para continuar, encontrando acople y continuidad. Acertó en los tiempos, la distancia y la altura, llevándolo con suavidad. Cuando retomó el pitón derecho, faltó orden, con un novillo noblón, pero al que había que someter. Volvió al natural, entre adornos muy apanados, tratando de poner de acuerdo a la plaza. Lo pasó por ayudados y una estocada que fue suficiente y con la que tuvo que descabellar.

Burno Aloi llega a los tendidos con su trazo largo antes el tercero

Bruno llevó y bregó a «Berny» con el que se fue a los medios. Después de pasar por el caballo, realizó un lucido quite en el que no rectificó ni un solo milímetro. Sacó a saludar a la cuadrilla tras el tercio de banderillas. Inició la faena de muleta después de brindar a de la Mora. Se fue a los medios y por estatuarios lo recibió en su muleta, esperando atalonado en la arena a que el animal regresará y volviera a tomar la tela. Mantuvo aquellos terrenos, se la puso y lo llevó muy largo sobre el pitón derecho. Siguió por aquel pitón, manteniendo la armonía y continuidad al ralentizar el ritmo. Por el pitón izquierdo, primero marcó el recorrido con la ayuda, después se estiró y encontró expresión, alargando el muletazo, pero siempre manteniendo la tela en la cara. Quiso lucirse con un toreo en redondo ante un ejemplar fijo en la tela y que le metía  bien la cara, con buenas condiciones en general. Deslució el acero.

César Ruiz no termina de redondear su faena con un soso cuarto

César Ruiz lo recibió de rodillas, para después estirarse con el hasta los ruedos. Al entrar al caballo derribó al picador, cayendo feamente, aunque afortunadamente sin consecuencias. Bruno se echó el capote a la espalda para desarrollar su respectivo quite desde los medios. El público pidió que fuera César el encargado de protagonizar el tercio de banderillas, que dejó los palos con acierto y mucha conexión con los tendidos, culminando con un par al violín. Brindó a Juanelo López Delgado y comenzó su faena pasándolo por ambos pitones, llevándolo por abajo, ganándole terreno. Allí decidió seguir por el pitón derecho, con un toque firme y fijador con el que meterlo en la tela. Le dio tiempo y sitio para continuar con una tanda en la que se la dejó puesta y tiró de el, aunque sin terminar de acoplarse. Faltaba orden y temple en aquella faena. César puso voluntad y entrega, tratando estirarse a su paso sobre el pitón derecho, llegando a conectar con los tendidos. Culminó por abajo y unas manoletinas que dieron paso a una estocada fallida.

Bruno desluce con el acero su labor

Bruno bregó a «Noche», el quinto se la tarde. Se alcanzó la faena y junto a las tablas, para después irse al tercio y llevarlo genuflexo sobre ambos pitones. Continuó por el derecho, muy despacio, dándole tiempo, poniéndole la tela en la cara y llevarlo en corto. Se la dejó puesta y le robó aquellas embestidas. Lo pasó en largo, totalmente metido y encajado, tocándolo en el hocico. Le insistía pero tardaba en tomar los vuelos y seguirlos, por lo que no contribuía a la emoción de la faena. Aloi estuvo muy en torero, a pesar de que el animal no fue nada sencillo, jugándosela en el peligro sordo. Cada vez le costaba más y desde el tendido le pedían que lo matara. No encontró acierto

César cautiva y corta las dos orejas al sexto

César se fue a los medios para recibir al sexto de la tarde. El animal salió suelto, pero logró captar su atención y recibirlo con varias largas cambiadas en aquellos terrenos. Pudo estirarse después y dejar algunos detalles con el capote. Empujó con fuerza en el caballo. Se decidió César con las banderillas, dejando algún que otro quiebro que provocó que los tendidos le gritaran «torero», levantando al tendido. Brindó, montó la muleta y de rodillas inició la faena, sin probaturas. Se levantó y siguió desde los medios, en una faena de calado con un toro que tenía ritmo y continuidad en la tela, pudiendo envolvérselo. Fue avanzando la faena y ya de uno a uno, tuvo que seguirle, entre recursos y adornos, buscándolo en redondo. Las manoletinas, muy ceñidas, dieron paso a una estocada en lo alto y certera.

Plaza de toros San Marcos. Novillos de Santacruz y Torrecilla (3º). Los animales fueron variados en comportamiento, con detalles en su comportamiento, aunque destacaron muy por encima la calidad del tercero y sexto, este último premiado con el arrastre lento. Bruno Aloi, oreja, palmas y silencio; César Ruiz, oreja, silencio y dos orejas.

Entradas Relacionadas

Scroll al inicio