GUARISMO DEL OCHO
En Villanueva del Arzobispo, después de una faena extraordinaria, con el cuerpo abandonado y toreando con la mirada perdida en los tendidos, Talavante indultó al toro. El torero quiso llevarse el toro dentro de los chiqueros, desaparecieron en una manga estrecha donde el toro lo cogió sin que hubiera manera de intervenir con certeza.
Fueron segundos dramáticos. Por fin los banderilleros agarraron el animal por el rabo y consiguieron liberar su presa. Un rabo, el que Talavante llevó en sus manos en una triunfal vuelta al ruedo con el ganadero, El Niño de la Capea, antes de pasar a la enfermería. Parece que el matador no tiene ninguna herida grave. Lo siguen examinado en el hospital de Úbeda,