lunes, 6 de mayo de 2024

La elegancia personificiada

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Crónica

@E_MARISMO
M.M.H.



  

Paco Ureña abría el festejo junto a “Veterinario”, con un saludo capotero aseado. En el tercio de banderillas es necesario destacar el percance de Azuquita, que sufrió una cogida en la cara interna del muslo hacia la ingle.  Comenzó la faena, tras brindar al cielo, con la mano derecha probando al animal en paralelo, por ambos pitones.  Se medía a un animal pegajoso, descompuesto y que se quedaba corto,  cuando tocaba la tela volvía violenta su embestida. Ureña aguantó  tirando del animal, consintiéndole,  intentando construir una faena lucida en lo posible. Siguió con la derecha, recurriendo al uno a uno y rematando con el  pase de pecho. Por el pitón izquierdo evidenciaba más la nobleza y temple, aunque sin entregarse. Ureña logró domeñar la embestida descompuesta  del animal y mostrar una faena aseada. Toreó al natural y  consiguó una tanda que caló en el tendido, para terminar con el piton derecho con un toro ya muy parado. Cerró por abajo, genuflexo, perdiendo la ayuda, falló con los aceros y lo logró con el descabello. 

Toñete recibió a “Taimado”, un animal abstraído y feo de cara, con una mera labor de brega.  Tomó la muleta brindó al público y con la mano derecha comenzó su faena, en el tercer muletazo el animal le levantó la cara afeando su embestida y con ella la tanda. El de Zalduendo se rajó, buscaba las tablas y aunque Toñete siguió intentando mantener la atención del astado, per era imposible construir una faena. Por el pitón izquierdo tampoco mostraba buenas condiciones, así que siguió en el tercio sin querer embestir. Toñete alivió y fue a buscar la espada, la cual dejó a medias pero suficiente.

Paco Ureña y “Roto” se encontraron a la verónica, un buen saludo rematado con una lucida media.  El diestro comenzó por ayudados y un trincherazo muy torero para seguir con la derecha, tirando por abajo de un animal desclasado. Volvió a su técnica del uno a uno para dar forma a una faena sin lucimiento, consecuencia de la sosería de del Zalduendo. El pitón izquierdo tampoco era una opción para el lucimiento, aunque Ureña no cejó en su empeño de poner la muleta en el morrillo e intentar tirar del astado, cerró con  por manoletinas y un pase de pecho. Mató dejando pasar el brazo, pero no el resto del cuerpo, siendo efectivo y rotundo.

Al cuarto de la tarde, “Amparador”, lo recibió Toñete en el tercio, con suavidad y por verónicas. El matador de toros brindó a Ureña para que después, con la mano derecha, comenzara su faena. El animal embestía con el movimiento justo, por lo que el matador recurrió a su brazo para alargar la embestida, acompañado del correspondiente giro de muñeca final. Por el pitón izquierdo se quedaba corto y no atendía al toque fijador de Toñete,  el animal cabeceaba y no quería franela. Le cambió de terrenos y de mano, pero ya no le interesaban las exigencias del diestro, que insistía sin lucimiento, sacando los muletazos de uno en uno. Cuadró al toro sin prólogo, pero pinchó.

El capote de Ureña recibió al quinto de la tarde, “Zalamero”, al que solo pudo bregar, pues salía suelto. Comenzó su faena genuflexo, probando la embestida por ambos pitones, tomando el pitón derecho, tirando con mucha paciencia de él. Se encontró un animal parado que no atendía al cite, aunque cuando le metía en la tela encontraba muletazos elegantes y largos. Le daba tiempo, pero el de Zalduendo salía  buscando, por lo que costaba mucho construir una faena con lucimiento. Ureña recurrió a la técnica, el temple, la verdad y el poso para seguir por naturales, pero con el mismo resultado que por el derecho. Le aguantó, le citaba pero la sosería ganó, todo lo puso el diestro que insistía con delicadeza, pero sin deslucir. Estuvo muy por encima de su adversario. El animal dobló con el descabello.

Toñete recibió al que cerraba el festejo, “Presumido”, en los medios pero fue una mera brega. El animal no se prestó a más. Comenzó genuflexo, probando al animal por ambos pitones y rematando con un pase de pecho. Con la mano derecha alcanzó una buena tanda, citándole en la distancia y malogrando otra tanda. Cambió al natural, mostrándose más cómodo, sin embargo, al animal le faltó continuidad para darle la plasticidad que la faena necesitaba. El toro llevó la cara alta y se quedó corto, a pesar de ello, Toñete lo intentó, cambiando los terrenos, pero más de lo mismo. Dejó media estocada.

El Espinar. Toros de Zalduendo para Paco Ureña, aplausos tras aviso, oreja, palmas; Toñete, silencio, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

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