jueves, 9 de mayo de 2024

Julio Méndez corta una oreja y Jairo López pone la emoción en Villaseca de la Sagra

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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Villaseca de la Sagra ha celebrado la segunda novillada clasificatoria de la X edición del Alfarero de Plata. Los novilleros Carlos Tirado, Isaac Galvín, Ángel Pérez, Julio Méndez, Sergio Moreno y Jairo López se midieron a los erales de las ganaderías de Blanca y Belén Ortega (1°, 4° y 6°) y Cortijoliva (2°,3° y 5°). Los animales dejaron un juego desigual, pero manejables, a excepción del quinto, un novillo buscón que se venía directo al cuerpo, dejando un tira y afloja en una faena de peligro sordo en las manos de Sergio Moreno. El sexto rápido miró a tablas, decantando la faena a pesar del empeño y garra que le puso Jairo López, con determinacióny variedad, llegando a los tendidos con el cappte, las banderillas y la muleta. El segundo fue un novillo que duró poco, aunque Galvín se puso, toreando muy asentado y en el sitio. Ángel Pérez encontró ligazón en una faena en la que al animal cada vez le costaba más entrar al engaño. El más destacado de la tarde fue el cuarto, en una faena de oreja ante el acople del animal y Julio Méndez. El primero de la tarde fue llevadero, un eral que permitió a Carlos Tirado pases largos y profundos aplaudidos en el tendido.

A Carlos Tirado le costó encelar en su capote a “Calero” de Blanca y Belén Ortega. Genuflexo en el tercio lo fue obligando y por el derecho se puso a torear, le citó de lejos y aprovechó la inercia para ir pasándolo en su muleta. Al novillo no le sobraban las fuerzas, pero le dio tiempo y se cambió al natural y de uno en uno fue robándole los pases. Pases largos y profundos aplaudidos en el tendido. Retomó el pitón derecho y con despaciosidad lo fue llevando con la franela. Volvió al natural, donde se encontraba más cómodo, y con el uno a uno cadencioso siguió su faena antes de ir a por la espada. Cerró con pase en redondo, de pecho y desplante, le colocó en suerte y al tercer intento hundió el acero.

Isaac Galvín bregó con “Gismero” de Cortijoliva en su saludo capotero. Por el piton derecho genulexo comenzó su faena pasándolo genuflexo, pero no tardó en levantarse y seguirle, muy despacio, templando y ganando terreno uno a uno sobre el pitón derecho, dejó pases en los que se asentó con él, ralentizando el compás y envolviéndoselo. Se cambió la franela a la mano izquierda para mostrarlo al natural, pero rápidamente volvería a retomar el pitón derecho, tanto que quiso culminar con el de pecho, se le metió por dentro y lo volteó sin aparentes consecuencias. Retomó la faena, midiendo mucho más ahora las distancias, pero sin dejar atrás la despaciosidad ni el gusto. Falló con los aceros.

 

Después de dejarlo correr, Ángel Pérez metió en su capote a un novillo que se dejó llevar, pero protestón. Llegó a la muleta y el novillero le buscaba las teclas sin terminar de acoplarse con el. Le bajó la mano, le dio tiempo, respeto el sitio y encontró el compás al que llevarlo, encajándose, dejando el paso atrás y ligando los muletazos, dándole continuidad y ritmo a la faena. El animal tenía mejores entradas que salidas, sacando la cara arriba. Cada vez le costaba más atender a los cites, teniendo que insistirlo y fijarlo para que este tomara los vuelos. Soltaba alguna que otra mirada y de hecho le llegó a soltar la cara netiéndola por dentro. Culminó con los pases en redondo, para seguir por bernardinas, en las que le prendió sin llegar a calar. Falló con la espada.

Julio Méndez pasó a “Taconero” de Blanca y Belén Ortega en su capote con despaciosidad y torería. En el tercio, sacándolo comenzó su faena para seguir en los medios por el derecho, enroscándose con el. Le dio tiempo y le citó de lejos, aprovechando la inercia para ligar los pases. El novillo era pronto y seguía la franela. Al natural, ligó una tanda aplaudida en el tendido. Le dio sitio y lo llevó lejos con el giro de su muñeca. Retomó el derecho, le perdía pasos para después enroscarse con el. Era un buen novillo, pero que si no se le hacían bien las cosas, deslucía a su salida, punteando  la tela. Alternó pitones, llevándole a la media altura que marcaba el novillo. Con unos molinetes quiso cerrar antes de recoger la espada. Le cuadró y hundió el acero con acierto.

Sergio Moreno saludó al quinto de la tarde con un recibo poco lucido en el que logró ganarle terreno y llevárselo a los medios. Inició la faena de muleta por abajo, genuflexo, pasándolo por ambos pitones, ganándole terreno. Siguió, tratando de mantenerlo en los medios, continuando la faena por el pitón derecho, pero viéndose interrumpida al voltearlo el animal. Se recompuso y volvió a tomar la franela para continuar la tanda. Una y otra vez se le metía por dentro. Volvió a la cara del animal, ahora al natural, marcando el recorrido con la ayuda, abriendo la embestida, pero seguía buscándolo. Ya desde los tendidos se le pedía que lo matara, ya que fue una faena atropellada y de mucho tragar. Trató de matarlo a recibir, aprovechando la media arrancada con la que se le vino el animal, pero tuvo que volver a perfilarse e intentarlo para hundir el acero.

Saludó Jairo al sexto y cierraplaza con una brega llevada en la que el animal no le brindó opción a estirarse con el. Se desquitó en el quite, por zapopinas. Además, logró captar la atención del público tras banderillear al eral con variedad y arriesgando, pues a punto estuvo de prenderlo. Inició la faena de rodillas, desde los mismos medios, siendo el propio novillo el que le levantara. Siguió sobre el pitón derecho, muy asentado, curvando la embestida, llevándosela a su alrededor, vistiendo el muletazo, pero sin excederse para que no se le quedara encima. Tuvo que tirar de el para evitar que se le fuera a tablas, donde ya se había decantado. Le adelantó la mano para citarlo y llevarlo metido de principio a fin en la muleta, de hecho, trató de alargar todo lo que pudo, dándole mayor recorrido. Tuvo que irse a los terrenos que el animal marcaba para desarrollar los últimos compases. No tuvo acierto con la espada.

Villaseca de la Sagra. Novillos de Blanca y Belén Ortega (1°, 4° y 6°) y Cortijoliva (2°,3° y 5°). Los animales dejaron un juego desigual, pero manejables, a excepción del quinto, un novillo buscón que se venía directo al cuerpo, dejando un tira y afloja en una faena de peligro. El más destacado de la tarde fue el cuarto, en una faena de oreja ante el acople del animal y el novillero. Carlos Tirado, vuelta al ruedo; Isaac Galvín, silencio; Ángel Pérez, silencio; Julio Méndez, oreja; Sergio Moreno, silencio; Jairo López, vuelta al ruedo.

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