jueves, 9 de mayo de 2024

Los matices de Patricia Prudencio en el Carnaval de Autlán de la Grana

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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Autlán de la Grana continuaba la fiesta y sus carnavales en una jornada repleta de eventos, entre ellos y el más destacado, la corrida de toros de este domingo 11 de febrero. El cartel lo completaron los diestros Saldívar, Diego San Román y Arturo Gilio, que se midieron a los toros de la ganadería de José Julián Llaguno.  Además, al concluir con el toreo a pie, los recortadores españoles se exhibieron con un toro de Los Juncos, deleitando a los tendidos, impresionados con los saltos y cortes.

La plaza no dejaba de sorprender, como si se tratara de un microclima en México, cada día se encontraban nuevos matices. De nuevo, un público entregado y, por cierto, paciente, pues el festejo se retrasó como unos 30 minutos, pues a la hora del festejo todavía se encontraban entorilando a los toros de la tarde y es que los acontecimientos que acogía la plaza en esa misma mañana, el toro de las 11, se había alargado en exceso, retrasando todo lo que le seguía.

Era sorprendente cómo se lidiaban toros tan grandes en un ruedo tan pequeño. Parecían salir de chiqueros con un punto más en su motor, pues protagonizaban salidas que preocupan en exceso a casi todos los que se encontraban en el callejón. Nada que ver con el resto de plazas de toros en los que se pueda disfrutar de una corrida de toros, las hechuras, los pitones, la chispa con la que embestían, no se asemejaba.

La de este domingo resultó una corrida de toros, bueno una señora corrida de toros, en la que hubo variedad  y un tira y afloja constante en el que la paciencia fue clave para poder elaborar faenas, viendo los resultados a partir de la cuarta tanda y desde los medios. No fueron animales fáciles de llevar, había que tomarles muy bien las distancias, los terrenos y la altura, solo así y con la insistencia lograron dominar aquellas embestidas, en ocasiones, bastante incierta, con un peligro sordo que pusieron en más de un aprieto. Solo las espadas impidieron mayores triunfos en la tarde, pues después de cuajar grandes faenas, verdaderas obras de artesanía, los aceros empañaron toda su labor.

El triunfador de la tarde fue Diego San Román que desorejó al segundo de su lote, lidiado en quinto lugar. Saldívar y Arturo Gilio a punto estuvieron de pasear los triunfos, pero la suerte suprema no tuvo el resultado esperado, fallando con la espada.

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