sábado, 18 de mayo de 2024

González-Écija, triunfador del Circuito de Novilladas de Andalucía

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Crónica

M.M.H.


  
Úbeda completaba este domingo tres días de festejos, cerraba con la final del Circuito de Novilladas de Andalucía. El cartel de la tarde lo componían Emilio Silvera, Jaime González-Écija y Jesús Rivero, que se midieron a los novillos de Guadalmena. Los astados mostraron nobleza pero con poca fuerza, además de una marcada querencia a tablas. El triunfador fue González-Écija configuró faenas de buena colocación, técnica y torería, solo que los astados no lo dejaron expresarse del todo. Emilio Silvera toreó despacio y con temple, como director de lidia tuvo que lidiar al último de la tarde, el cual correspondía a Jesús Rivero, que sufrió una fea voltereta que le impidió salir a torear. Jesús corrió turno y lidió a su segundo toro con torería y mucho mérito, toda la faena se desarrolló por el pitón izquierdo así como la ejecución de la muerte suprema.
Emilio Silvera abría el festejo parando a “Lugano” un novillo serio bien presentado a la verónica, ganándole terreno y cerrando con un larga.  Pasándole por  alto le probó para comenzar la faena sacándole a terrenos más favorables, con la mano derecha le llevaba despacio con temple y a media altura. El animal tenía nobleza aunque  le faltaba fuerza, había que cuidarle  sin obligarle, al natural toreó muy despacio de uno en uno, igualmente cuidando la embestida. El novillo buscaba la querencia, le cambió de terreno y consiguió una tanda muy lucida echándole los vuelos. Buscó la igualada y pinchó para después conseguir una estocada desprendida y trasera que fue suficiente.
“Mostachón” fue aplaudido en su salida, lo toreó Jaime González-Écija a la verónica en los medios. Tras el brindis a sus compañeros de terna  lo pasó por alto, por ambos pitones, para ponerse a torear por el pitón derecho, llevándole a los medios. Le dio tiempo, al animal no le sobraban las fuerzas le toreaba acompañándose de la cintura cruzándose buscando el pitón contrario, con buena colocación, muy despacio, llevándolo lejos en sus muletazos.  Tomó el pitón izquierdo, le cambió a terrenos más favorables, se quedaba parado, le volvió a dar tiempo, de uno en uno a media altura, cruzándose echándole los vuelos pero el novillo ya no está… cerró por ayudados por alto y terminando con muletazos por bajo gustándose. Pasó en falso para después dejar una buena estocada.
“Lancero” salió en lugar del devuelto “Canastero”. Lo recibió Jesús Rivero con una gran labor de brega. Genuflexo con la mano izquierda y con el espada montada comenzó su faena, buscaba la colocación y le tendía la muleta, el novillo obedecía, le toreaba a  media altura. Consiguió tandas lucidas con transmisión, pero el novillo iba perdiendo fuerza y se terminó por echar en mitad de la faena. Le levantó y siguió toreando con toda su voluntad, con su mano izquierda, con la espada montada debido a su discapacidad en la mano derecha. Lo colocó al natural para después tomar la espada con la mano izquierda y  hundió la espada con gran habilidad y mucho mérito.
Emilio Silvera marcó el ecuador del festejo con un breve saludo capotero al cuarto de la tarde. Con la mano derecha pasándole por alto y sacándole a los medios comenzó su faena. Le citaba y tiraba de él sin que tocara la tela, le llevaba a media altura, pero al novillo le costaba y soltaba la cara, despacio lo iba llevando. Al natural, le costaba también y seguía soltando la cara, se cruzaba, para llevarlo de uno en uno. Le dio tiempo, era el novillo más complicado hasta el momento, le faltaba entrega, no permitía lucimiento. Emilio no desistía, pero no había donde sacar. Tomó el estoque  y pinchó trasera lo que le llevó a descabellar.
Jaime González-Écija, recibió a “Blancaflor”, toreándole con verónicas bajas y templadas. Le costó comenzar la faena, lo que le llevó a tomar el pitón izquierdo por el que iba algo mejor. El novillo se desentiende aunque se desplaza  por este pitón. Le bajó la mano y tiró de el con el vuelo, conduciendo la embestida. Por el pitón derecho, le miró y le midió, no tenía un pase, siguió toreando por el más asequible, no tenía lucimiento. Jaime intentó pero no encontró lo que le llevó a buscar la espada y entrar a matar dejando una estocada trasera. Tuvo que recurrir al descabello.
Emilio Silvera tuvo que lidiar el novillo que correspondía en suerte a  Jesús Rivero , convaleciente por la voltereta sufrida con su primer novillo, con el que sufrió un golpe en los riñones sumada a una cogida anterior de la que arrastraba una fractura de costillas  y  una subida de azúcar, lo que le provocaba mareos. “Fisgón” era un novillo largo con mucho cuello, lo paró Emilio en su capote con unos lances de recibo. Por alto comenzó su faena. Con la muleta en la mano derecha, el animal no se dejaba someter, se quedaba corto, le daba sitio le perdía pasos y la respuesta era nula. Al natural el novillo pasaba de uno en uno, sin clase y con mucho peligro, aun así él insistió en buscar algo que mostrar al respetable. Cambió la ayuda por la espada y pinchó.
Final del certamen de novilladas picadas de la Junta de Andalucía y la Fundación del toro de Lidia. Novillos de Guadalmena para Emilio Silvera, vuelta al ruedo, aplausos y silencio; González-Écija, oreja y ovación; Jesús Rivero, oreja. 

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