jueves, 9 de mayo de 2024

Carla Otero: “Vivir el presente es lo que determina nuestro futuro”

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MAR MUÑOZ

Carla Otero, novillera natural de la Comunidad de Madrid, pero afincada en Guadalajara, es la nueva protagonista del Día de la Mujer en Guarismo del ocho. Sufrió un serio percance el pasado 5 de septiembre en El Casar, un percance que le ha alejado físicamente de las plazas de toros, pero no mentalmente, pues poco a poco sigue avanzando en su recuperación para una reaparición. Le gustaría poder empezar a torear pero su lesión vascular todavía se lo impide. Esta muy centrada, pero no le gusta mirar al futuro, le gusta vivir el presente que es el que lo determina todo. Se inició en el toro cuando era una niña, acompañando a su hermano a entrenar y así, como si se tratara de un juego acabó adentrándose en esta bonita y desafiante profesión. Como mujer siempre ha reivindicado su lugar en los carteles, pero jamás se ha sentido menospreciada o ha recibido un trato diferente al de sus compañeros.

En primer lugar, ¿cómo te encuentras? ¿En qué punto de la rehabilitación te encuentras ahora mismo?

Me encuentro bien,  así que mucho mejor. La recuperación, aunque es lenta, está siendo muy buena. Estoy en un punto en el que ya puedo hacer una vida normal, con entrenamientos, prácticamente recuperada, aunque tengo secuelas de la lesión del nervio. Sigo en rehabilitación intentando recuperarme.

¿Tienes en la mente un regreso muy cercano?

Ahora mismo tampoco puedo, me encantaría que fuera cuanto antes, obviamente, para la primavera y para mayo o junio. Me gustaría estar toreando ya, pero es verdad que estoy todavía con tratamiento de anticoagulación y depende un poco de eso. Porque aunque la parte de la lesión del nervio vaya bien, tengo otra lesión vascular que ahora mismo es lo que nos tiene un poco con la incertidumbre de no saber cuándo podré torear.

¿Cómo está siendo el apoyo del mundo taurino?

Desde el primer momento recibí muchas llamadas, muchos mensajes de gente de mi entorno, familia y amigos, obviamente. También de gente del toro, de profesionales, de toreros, de ganaderos… me he sentido muy apoyada y respaldada. He recibido consejos de toreros a los que admiro y que han pasado por lo mismo, esos consejos me han servido para recuperarme.

¿Cómo nace esta afición a los toros?

Fue un poco a ciegas, porque en mi familia no hay ningún antecedente taurino y ni siquiera de afición. Pero bueno, cuando era pequeña nos mudamos a Guadalajara, una tierra muy taurina y con mucha afición, sobre todo del festejo popular. Todo aquello me llevó a conocer el toro en todas sus facetas, de la plaza al campo. Así que un día mi hermano, que es mayor que yo y un buen novillero, le picó el veneno del toro y después de un tiempo, mis padres me llevaron a la ciudad taurina y ahí fue cuando de verdad conocí el toro, de acompañarle, de ver a sus compañeros, de verlo a él en casa con revistas, con fotos…

Un día decidí irme a entrenar, a ver qué era eso que a mi hermano tanto le llamaba la atención. Al final acabé yendo más días y hasta ahora.

¿La aceptación en la escuela y entre tus compañeros fue buena? ¿Alguna vez has sentido menosprecio por el hecho de ser mujer?

Desde el primer día nunca he tenido un trato diferente, ni mucho menos discriminatorio. Es verdad, que empecé desde muy pequeña, yo era una niña e iba allí a jugar. No tenía nada. No tenía ni afición ni conocimientos. Desde el primer momento, tanto compañeros, profesores como el presidente de la escuela, todos me trataban con mucho cariño. E incluso cuando todo empezó a ir más en serio me trataban como una más.  Así que nunca me he sentido menospreciada, ni me han tratado de alguna forma que me pudiera hacer sentirlo.

¿Cómo ha sido la evolución que has experimentado?

De no saber coger un capote o una muleta a ser capaz en algunos momentos de asemejar lo que hago de salón, lo que hago al aire delante de un animal. Es algo complejo, estás con muchos animales, muchas horas de entrenamiento, hasta que a veces te sale algo de lo que intentas.

¿Cuál ha sido la tarde que más te ha marcado?

Mi bagaje es muy corto, pero creo que por suerte he tenido la fortuna de pisar plazas importantes y de cumplir sueños. Sin embargo, creo que hay días marcados como los del debut de becerrista, de luces o con caballos. Además, también hubo tardes importantes pasando por algunos de los certámenes muy relevantes. Tampoco me podría quedar con una faena, porque es verdad que todavía por suerte me queda mucho y con suerte, ojalá que así sea. Sin embargo, creo que las más importantes son las primeras veces. La primera vez que empecé a torear, que maté a un becerro o que me maté un novillo, todo eso lo recuerdo más que una faena.

¿En qué punto consideras que se encuentra la fiesta? ¿Crees que hay peligro ante estos movimientos animalistas que nos están coaccionando?

Hace años se politizó, bueno se empezó a politizar y ahí yo creo que ha sonado más el efecto en contra de la fiesta. También es verdad que la reacción de unos años atrás ahora ha sido más fuerte por nuestra parte, así que aunque esté en boca de todos en la sociedad o de la política, creo que no peligra porque la gente sigue yendo a las plazas, se siguen haciendo ferias, siguen saliendo toreros. Al final eso es el indicador más importante, porque es verdad que la amenaza y su teoría están aquí.

¿Cómo te ves en un par de años?

A veces pienso en cómo seré dentro de dos, cinco o diez años y, la verdad, me da vértigo pensar en el futuro, porque tampoco me gusta prefiero metas u objetivos a corto plazo y vivir el presente que al final es lo que determina nuestro futuro. Pero ojalá, sobre todo, sea feliz en lo que sea.

¿Qué opinas del escalafón novilleril?

Creo que ahora mismo hay un gran nivel de novilleros y es verdad que es difícil porque siempre lo ha sido, pero ahora que son pocas novilladas… Creo que el nivel de todos los novilleros es altísimo.

 

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