jueves, 2 de mayo de 2024

María José Barquero: “Creo en él y en que esta va a ser su Temporada”

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Especial del Día de la Madre

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 
María José Barquero es la madre de Alejandro Chicharro, un novillero madrileño que año tras año va abriéndose camino en esta profesión. Su madre nos aporta esa sensibilidad y ese otro punto de vista, desde el cariño y el sufrimiento. Siempre lo acompaña a las plazas, para ella es una obligación, aunque lo pase mal e intente usar su cámara de fotos de parapeto. Siempre supo que quería ser torero, pero cuando lo vio debutar con caballos en el Circuito de Madrid, supo que no había vuelta atrás. Sólo quiere que sea feliz y sepa mirar atrás, para saber siempre de dónde viene y hasta dónde ha llegado.
¿Qué sentiste cuando Alejandro te dijo que quería dedicar su vida al toro?
Desde muy chiquitito siempre ha dicho que quería ser torero. No ha sido de sopetón, lo lleva queriendo ser desde que nació. Pero el año pasado me dio un vuelco el corazón, me di cuenta de que no había vuelta atrás y de que era verdad, que no es un juego y ahora ya que está con picadores ya si que estamos perdidos del todo, ya no va a decir voy ser mecánico voy a estudiar… 
¿Cómo viviste aquellos primeros años?
Muy mal, yo era el enemigo en casa. Alejandro siempre ha sido mal estudiante porque le gustaba más el campo y, también, porque se distraía con una mosca. Por eso,  le chantajeaba con que si no estudiaba no iría a la Escuela, pero hace unos años, harta de estar todo el día enfadada con él, castigándole, vi que no servía de nada… a las pruebas me remito. Perdí la guerra y llegó un momento en el que me uní al enemigo, me uní a la lucha, no servía de nada enfadarme y que fuera a los tentaderos a cambio de estudiar. 
¿Cuál fue tu primera impresión cuando le viste en su debut?

En mayo del 2019, en el Álamo, fue cuando mató su primer novillo vestido de corto. No había debutado de luces ni había matado ningún novillo y pasé mucho miedo, porque le cogió, como en casi todas, y perdió la consciencia. En ese momento, tienes un golpe de realidad, porque esto es de verdad.
En su debut de luces, el 2021 en Miraflores un 15 de agosto, lo pasé fatal porque no sé cuántas veces lo cogió. Recuerdo que eran novillos de Flor de Jara, que el primero era buenísimo y lo hizo espectacular, pero con el segundo había que tener más tablas, unas tablas que él no tenía porque era su debut de luces. 
A día de hoy sigo pasando mucho miedo, pero más a que él no consiga realizar su sueño o que no le salgan las cosas como él quiere. Curar la cabeza es más difícil que curar las heridas 
Como madre, ¿prefieres ir a la plaza o quedarte en casa? 
Para mí es una obligación, sería muy egoísta quedarme en casa, eso sería más fácil. Por mi parte, hasta que él quiera yo voy a seguir yendo. Puede que llegue un momento en el que me diga que no quiere que vaya, pero creo que tengo que estar ahí, aunque me quede cerca de la puerta para luego irme.
¿Cómo se vive el día del festejo?
El día de antes estás como en una nube. Los días previos los paso fatal, aunque no me de cuenta, estoy nerviosa y de mal humor. El día del festejo estoy tranquila, vas al sorteo si puedes o estás con él, pero ya cuando va a entrar y hace el paseíllo ya me empieza a entrar un agobio…
Para quitarle importancia, porque si no la presión de verlo es insoportable, saco mi cámara de fotos, me pongo detrás y parece que estoy en una película. Por eso, siempre voy con la cámara, luego hago mil fotos y ninguna sirve, pero a mí me sirve de parapeto 

Alejandro es uno de los novilleros que se mete en terrenos comprometidos cuando está toreando, con verdad, a por todas. ¿Cuáles son las mayores dificultades a los que os tenéis que enfrentar día a día?
Nosotros no venimos de un mundo de toreros, así que es muy difícil que pueda llegar a torear tanto o hacer tanto campo como alguien que está en este mundo de antes. Es un poco frustrante para él, porque mi marido y yo somos trabajadores y no nos podemos permitir llevarle al campo para que mate los novillos que necesite.  Lo sabe y lo asume, pero los inviernos son muy largos y lo pasa bastante mal.
Yo le digo que es algo hasta bueno, porque te hace tener más hambre de torear, más ambición que, quizá, otros que lo tienen más fácil. Así que intento darle otro punto de vista, solo tiene 19 años y a esa edad a quien menos caso haces es a los padres. 
Para la edad que tiene es muy maduro y eso se lo ha dado el mundo del toro, que le ha hecho asentarse muchísimo.
¿Cómo es Alejandro en casa, es muy diferente a cómo se comporta en la plaza?
Alejandro es como se le ve en la plaza, muy noble, muy buena persona y muy defensor de sus amigos y de su gente. Siempre se pone por delante de cualquiera para ayudar. Siempre ha sido un niño muy bueno, aunque un poco “trastete”.  Fue sietemesino y eso le ha hecho ser como es ahora, porque de pequeñito lo pasó mal.
Además, la educación y respeto que se les da a estos chicos, que quieren ser toreros, les hace vivir en un mundo de adultos. 
Ha debutado con caballos en el Circuito de Madrid, se ha clasificado para las semifinales, ¿cómo lo ves en el corto plazo?
Quiero pensar que va a triunfar, porque ese es su sueño y lo único que quiero es que sea feliz, pero hay veces que me cuesta. Es tan difícil este mundo, es tan difícil que se fijen en ti y que hablen de ti en los medios cuando lo haces bien…  Tengo Fe, creo en él y en que esta temporada va a ser su temporada, aunque esté recién debutado con picadores. Él lo tiene tan claro y tiene tanta hambre de esto que si la suerte acompaña va a ser su temporada y triunfará en las plazas que vaya.
Cuando perdió la última vez el Certamen de “Camino Hacia Las Ventas” lo pasó fatal, pero eso también le ha hecho madurar, porque en estos chicos que quieren ser toreros, aparte del entrenamiento físico, la cabeza es muy importante. Hay que saber asumir y afrontar cuando no triunfas o no te salen las cosas. Alejandro con esas dos tardes ha aprendido a gestionarse, las cosas pasan por algo, siempre se lo digo y que de vez en cuando un toque de humildad está muy bien, te pone los pies en la tierra. 
Con el corazón en la mano, ¿Qué mensaje le darías para que siga adelante?
Solo le diría que sea feliz, que disfrute y que nunca deje de mirar atrás, que vea quién es y  dónde está y  quiénes somos nosotros. Que nunca se le olvide eso y que ya llegar hasta aquí para él es un triunfo. Que no le pase nada y que consiga lo que él sueña, porque va todo tan rápido…

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