martes, 7 de mayo de 2024

Un extraordinario “Manchego” marca la tarde en Madrid

Facebook
Twitter
WhatsApp

Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Madrid acogía una novillada en la que Solalito, El Niño de Las Monjas y Luis Pasero,  que se midieron a los de Casa de Los Toreros y Montealto. El encierro dejó poca chispa en la tarde, a pesar de que destacará muy por encima el tercero, un novillo extraordinario de la ganadería de Casa de Los Toreros. Se vieron pinceladas, una estocada y algún que otro natural. La tarde no llegó a los tendidos, sin contenido.

Abría la tarde un novillo de Casa de los Toreros al que saludó Solalito, sin llegar a estirarse con el animal, ya que salió suelto, entrando sin interés en el percal. El tercio de varas se vio inmerso en el caos, de caballo a caballo sin que le cortaran y se evitara. Entre protestas por parte del animal, se alcanzó el último tercio, el cual inició anclado en el firme, para después andarlo y seguir pasándolo por alto. Fue un tanteo breve, dando paso a unas tandas de escaso acople en las que la embestida fue irregular. Siguió sobre el pitón derecho, en el tira y afloja por templar la embestida.  Cambió al natural, perdiéndole pasos, echándole los vuelos al morrillo, robándole cada pase, a pesar de que sabía que no quería pasar. Retomó la mano derecha, bajándosela, envolviéndoselo a su alrededor, dejando una faena teclada y de técnica. Volvió a alternar pitones, pero cada vez le costaba más pasar. Solalito puso todo lo que a su oponente le faltó, acortando las distancias, con desplantes. Cambió la ayuda por la espada y aunque le costó hundirla, logró meterle mano. Al doblar el animal un espontáneo antitaurino saltó al ruedo. 

Saludó en un recibo capotero breve al segundo de la tarde El Niño de Las Monjas. Inició la faena de muleta después de bordearse las tablas y acercarse al animal. Empezó a pasarlo por abajo, genuflexo, obligándole. Rápidamente tuvo que levantar la mano para evitar que este cayera al firme. Continuó sobre el pitón derecho, aprovechando la movilidad e inercia, para darle continuidad a la serie. Se cambió la muleta de mano, sobre la izquierda, abriendo el compás, llevándolo con los vuelos, en aquellos terrenos del tercio, sin alejarse demasiado de tablas. Retomó el pitón derecho, fijándolo, llevándolo metido en la muleta, sin quitársela del morrillo. Estuvo firme y con determinación, tampoco quiso alargar la faena, por lo que tomó el estoque y, después de dejar unas manoletinas muy ovacionadas, lo colocó en suertes, pero falló con la espada.

Luis Pasero salió para recibir al tercero de la tarde, un novillo muy protestado durante los primeros compases. Se cambió de tercio sin llegar a ver un saludo capotero completo, lo desarmó y fue directo al caballo. Después del caos, llegó la faena de muleta, faena que inició genuflexo por abajo, para después levantarse y andarle para ganarle terreno y rematarlo fuera del tercio. Continuó sobre el pitón derecho, tocándolo y llevándolo, ya que el novillo entraba con repetición y ritmo. Le adelantó la mano y después con la muleta pegada al morrillo, siguió con fijeza, metiendo la cara abajo, totalmente ensimismado en la franela. Al natural se encajó y llevó hasta al final, ante un novillo de condiciones extraordinarias, con prontitud y obediencia, que se dejó someter. Siguió tocándolo abajo y llevándolo, con suavidad. La faena estaba hecha, así que culminó con unos pases por bajo, ya dentro del tercio. Lo cuadró, pero la espada empañó la faena, aunque fue al segundo intento cuando dejó una estocada certera.

“Capirote” de la ganadería de Montealto y Solalito marcaron el ecuador del festejo con un saludo capotero comedido, en el que no se pudo lucir, lo bregó con algún que otro momento comprometido. Fue el propio novillero quien protagonizará el tercio de banderillas, dejando los palos con habilidad. Se cambió de tercio y se fue directo a los medios, citándolo en la larga distancia, lo pasó, pero sin poder aprovechar la inercia, se paró y tuvo que seguir de uno en uno. Se echó la muleta a la mano derecha, mostrándosela delantera para enganchar la embestida desde el principio. No tardó en mostrarlo al natural, citándolo con despaciosidad, pero sin uniformidad. Volvió, se cruzó y pase a pase, buscándolo a pitón contrario, lo arrastró en el natural, haciéndolo pasar y logrando limpiar el muletazo. Sin embargo, eso no lo logró en cada pase, diseñando una faena a la que le faltó transmisión, ya que no estaba llegando a los tendidos. A pesar de que le pidieran el tiempo, recuperó el pitón derecho y metido en el tercio, entre pitones, le insistió con el cite en el morrillo. Quiso adornarlo dejando algún que otro pase en redondo. Dejó una buena estocada con la que el animal dobló.

El Niño de Las Monjas se fue directo a la puerta de chiqueros para recibir al segundo de su lote. Pero en su salida, el novillo obvió al espada, por lo que Jordi se levantó y bregó, a pesar de que salió suelto. El animal metió bien la cara abajo en el saludo. Salió a los medios, brindó la faena y desde aquellos terrenos lo citó para dejar un pase cambiado por la espalda. Dejó seguir la inercia, pasándolo con ritmo, pero sin acople. El novillero siguió con paciencia, tratando de templar y ahormar unas embestidas defensivas en las que quería y no podía. Poco a poco lo fue metiendo, bajándole la mano paulatinamente, una vez que ya estaba totalmente dentro. Al natural, pasaba con la cara por encima del estaquillador. Se le llegó a meter por dentro, fue entonces cuando recuperó el pitón derecho, pasándolo entre asperezas, acortando las distancias y jugándosela. Falló con la espada, teniendonque descabellar.

“Veraniego” de Montealto cerraba la tarde en las manos de Luis Pasero, que lo bregó ganándole terreno hasta sacarlo de tablas. Brindó al público y se acercó a las tablas, para bordearlas hasta citarlo. Lo fue metiendo, pasándolo por ambos pitones. Se decidió por el derecho, alargando el trazo y llevándoselo atrás. Sin una faena definida, le siguió insistiendo con la mano derecha. Sin cruzarse cambió al natural, pasándolo de uno en uno, abriendo el compás, aireando el natural, alejándoselo del cuerpo. Dejabas pases sin contenido, con un novillo no del todo uniforme. Cambió la ayuda por la espada y dejó una muy buena estocada con la que el animal dobló.

Madrid. Novillos de Casa de los Toreros y Montealto para Solalito, palmas y ovación; El Niño de las Monjas, silencio y silencio tras dos avisos; Luis Pasero, vuelta al ruedo.

Entradas Relacionadas

Scroll al inicio