sábado, 4 de mayo de 2024

Entre el valor seco y el peligro sordo

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Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 
Las Ventas acogía la primera novillada del serial de San Isidro. Los espadas Diego García, Christian Parejo y Mario Navas se midieron a los astados de la ganadería de Los Maños. Unos animales de Santa Coloma que fueron variados, descastada de diferente juego, siendo el segundo de la tarde uno de los más complicados, llevando el peligro seco por seña de identidad. El resto entre mansos y sin aquel punto de transmisión pasaron desapercibidos. Diego García deslució con la espada su primera faena, una faena a la que le faltó acople. Las opciones con el cuarto fueron nulas, un novillo manso que se desentendía de la franela. Christian Parejo se aferró a su valor seco para pasar al primero de su lote. Echó raza y le robó la faena a un novillo descastado, metido en tablas. Mario Navas tuvo su tira y afloja con el tercero, agotando las todas las opciones.
Diego García abría la tarde con un novillo de Los Maños al que saludó con lucimiento. El animal se metía algo más recto por el pitón izquierdo, abriéndose más por el derecho. Tras un pasable tercio se varas llegaron los quites, dejando uno muy torero Parejo, con la correspondiente réplica de Diego. Salió y brindó desde los medios, iniciando la faena de muleta junto a las tablas, pasándolo por ambos pitones. Hizo el trasteo manejando la embestida y el viento, que también molestó. Siguió sobre el pitón derecho, con mucha voz y firmeza en el cite, guiando en todo momento el recorrido. Lo llevó en largo,un toro que acometía abajo, pero que con el avance del natural iba soltando algo más la cara. Cambió al natural, perdiéndole pasos intentando encontrar un acople que no llegaba. Retomó la mano derecha y el animal respondía con mayor armonía. Ya se había desvinculado de la faena. Falló con la espada.
Christian Parejo recogió la embestida del primero de su lote, atándolo en corto con un saludo por abajo en el que lo pasó genuflexo, al tiempo que le fue ganando terreno. Mario Navas tampoco perdonó su quite, bastante ceñido, por cierto. El caos reinó durante el tercio de varas, en el que se pasó en faltó en más de una ocasión. Salió a los medios y brindó al público venteño, después dejó la montera en el tercio y se fue directo a por el animal. Lo recibió en la franela por estatuarios, sin probaturas previas, pasándolo tan justo que lo volteó. Se esperó lo peor, pero se recompuso y volvió para culminar el inicio por estatuarios. Continuó toreándolo y pasándolo como pudo, entre el peligro sordo y el valor seco, sabiendo que el viento lo descubriría y el de Los Maños que se vencía, yendo recto al cuerpo. Siguió, buscándolo por el pitón izquierdo, abriéndolo, dándole salida a un novillo que se movía a base de arreones, que no humillaba y que pasaba buscando. El astado quería irse, pero el espada logró sujetarlo en la tela. Metió la mano con habilidad después de haber escuchado el primer aviso. Sin embargo, quedó una media estocada insuficiente que le obligó pasar unas cuantas veces más.
Mario Navas trató de hacerse con “Molinero”, un novillo que salió suelto que se le coló por el pitón izquierdo. El espada recogió el capote, tratando de manejarlo con mayor soltura ante el vendaval. Diego no perdonó su quite tampoco, que fue breve y muy comedido. Navas brindó y lo recibió en la franela, pasándolo por abajo, probándolo por ambos pitones, aguantando las miradas directas al cuerpo. Eligió la mano derecha, adelantándosela, tratando de llevarlo tapadito de principio a fin. El de Los Maños no bajaba la cara, se resistía, mostrando una embestida ajena y buscona que se terminaba quedando muy encima. Cambió de pitón, reestructurando en cada natural, pasándolo de uno en uno, ahormando una faena complicada en la que el animal se revolvía con facilidad. Siguió abriéndolo, mostrándole la salida, marcando el recorrido con la ayuda en el cite. Volvió a retomar el pitón derecho, pitón por el que se aguantaba y pasaba. Lo colocó y le metió la mano, dejando una espada delantera y sin efecto.
Marcaba el ecuador del festejo “Secretario II” en las manos de Diego García, que logró encelarlo en el capote y lucirse momentáneamente con el. El viento no ayudó demasiado en el tercio de banderillas, que volvió a reinar el caos una vez más.  Bordeó las tablas y fue al encuentro del animal, pasándolo en largo, con un trasteo llevado por ambos pitones, con el que lo fue atando en corto. Empezó a bajarle la mano en aquella primera tanda sobre el pitón derecho, templando y ahormando las embestidas. Logró sujetarlo prácticamente metido en tablas. No sólo con eso, dio tiempo y sitio, para volverlo a meter en la tela, pero una vez que lo volvió a exigir, el novillo se iba desentendido de la franela. El animal se metió en tablas y Diego se metió en sus terrenos tratando de sacarlo en todo momento, pero sus embestidas se traducían en arreones. Falló con la espada.
Christian Parejo saludó a “Tostadino” en una brega que encontró momentos de expresión. Se limitó por el viento. Destacó Curro Javier en el tercio de banderillas, siendo uno de los pares mas destacados de toda la tarde. Parejo se situó bajo los terrenos del seis, citándolo en la media distancia, pasándolo por alto, manteniéndose anclado en la arena. Empezó a moverle para después seguir con quietud, dejando un pase cambiado por la espalda y variedad por alto y por bajo. Tomó la franela sobre el pitón derecho, encontrando continuidad y pulcritud, al llevarlo despacio y con suavidad. Aunque salía desentendido y no terminaba de entregarse ni de romper abajo, encontró acople. Abrió el trazo, pasándolo de uno en uno, exigiendo y dominando las tandas. Lo pasaba, tratando de estirar la embestida y lo esperaba en el sitio, con quietud, imponiéndose en unos terrenos que eran los del novillo. Le puso la tela en la cara, buscando enganchar la embestida para meterlo en los vuelos, pero cada vez era más corto. Cerró por manoletinas y lo pasaportó.
“Confietero” y Mario Navas cerraban la tarde con un saludo que se inició en la brega, pero que al ganarle terreno y sacarlo del tercio encontró armonía. Terminó por prederlo, sin aparentes consecuencias, pero el animal avisaba, buscando. Navas lo llevó por abajo, sacándolo de tablas, llevándolo al tercio. El viento seguía molestando y el novillo que no tenía ninguna opción, lo pasó un par de veces y cambió la ayuda por la espada. Pero el animal doblaría  con el golpe de cruceta.
Novillos de Los Maños para Diego García, silencio tras aviso y silencio; Christian Parejo, silencio tras dos avisos y ovación tras aviso; Mario Navas, silencio y silencio.

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