sábado, 27 de abril de 2024

García Pulido, clase y temple en Madrid

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

Las Ventas acogía una novillada en la que Álvaro Seseña, Guillermo García Pulido y Víctor Cerrato se midieron a los astados de las ganaderías de Guerrero y Carpintero, Montealto, Villanueva, Ángel Luis Peña, El Retamar y Zacarías Moreno. Destacaron los de Montealto, Villanueva y Ángel Luis Peña. Aunque si hay que hablar de una faena y un nombre sería de García Pulido y su labor con el Montealto, un novillo entregado, con ritmo y obediente al que el espada, a base de buenas maneras, clase y un gran sentido del temple cortó una oreja de peso. Todos esperaron su faena ante el quinto, pero el astado no dio opciones, muy escaso de fuerzas, para llevar entre algodones. Álvaro Seseña salió a por todas, yendo directo a la puerta de chiqueros incluso, pero la espada y su labor ante el cuarto, llevándolo de uno en uno enfrió los tendidos. Víctor Cerrato pudo mostrarse algo más con el primero de su lote, un novillo de Villanueva al que había que atacarlo para que este entrara, porque se entregaba con todo. Con el de Zacarías no le dejó completar una tanda. Destacó su estocada, por la que el público pidió una oreja que el presidente no concedió.

Abría la tarde “Vara”, de la ganadería de Guarrero y Carpintero, al que saludó el novillero Álvaro Seseña. El animal salió suelto, pero no corrió tras el, lo esperó y continuó con el saludo a pies juntos en las tablas. En el tercio de varas derribó al caballo por los cuartos traseros. Tras los dos puyazos recibidos, salió García Pulido para hacer el quite, un quite breve con el que lo mostró en su capote. Culminó el tercio de banderillas y el espada tomó la muleta y la ayuda, pidió permiso y brindó. Lo recibió en la franela genuflexo,  pasándolo por ambos pitones, sin terminar de templarlo mientras lo sacaba a los medios. Lo citó, ahora ya sí sobre el pitón derecho, enganchando las embestidas, pero sin limpiar el muletazo en las salidas, ya que el animal se enganchaba en la tela. Le adelantó la mano y se la bajó a un novillo, con movilidad  y repetición al dejársela puesta. Cambió al natural, volviendo al uno a uno, de trazo largo pero con naturales irregulares y embestidas en dos tiempos. Volvió al sitio, cruzándose, poniéndole el pico en el morrillo, pero ya no pasaba. Falló con la espada.

García Pulido saludó a un novillo de Montealto parado de salía al que costó darle continuidad y lucimiento en el capote. Sería en el caballo donde se empleara, empujando, arremetido contra el peto en su segunda entrada. Se alcanzó el último tercio y García apellido ya empezaba a hacerse con la embestida en el trasteo. Cambió los terrenos, lo sacó a los medios. Al natural, le echó los vuelos con suavidad, se la dejó abajo y ligó las embestidas, recibiendo una sonora ovación desde el tendido. Siguió, ahora con la muleta sobre el pitón derecho, anclándose en la arena, dejando el paso atrás, poniendosela en el morillo y arrastrando la embestida. Con un inicio un tanto dubitativo, después tomaba los vuelos y los seguía con ritmo. Pulido le ponía los vuelos con delicadeza, llevándolo toreando de principio a final. Recuperó el pitón izquierdo, cruzándose, con muleta plana, ralentizando los naturales y esperando las embestidas sin afear. Decidió no alargar sj faena, cambiando la ayuda por la espada y cerrando por bernadinas, terminando de convencer a un público que se mantuvo entregado desde el tanteo. Mató con acierto, en todo lo alto.

Víctor Cerrato salió para recibir al tercero de la tarde, un novillo de Villanueva un tanto reservón en el capote, metiéndose recto. Fue el novillo a buscarlo a los medios, donde lo descubrió. Después de un buen tercio de banderillas, el novillero salió a los medios para brindar al público. Lo pasó por ambos pitones, alternando altura, en un tanteo breve que rápidamente dio paso a la primera tanda sobre la mano derecha. Tuvo que fijarlo con firmeza y mucha voz para que el novillo entrara, pero una vez metido en los vuelos, los seguía, humillando, con codía y entrega ante las demandas del espada. Insistió sobre el mismo pitón, llevándolo hasta el final, alargando el pase. Cambió de mano y empezó a mostrarlo al natural, uno a uno, pero sin perder el ritmo, atacándole, siendo así como el animal respondía. Volvió al pitón derecho, pitón por el que había más contenido. Antes de pasaportarlo dejó una nueva tanda, ahora metido entre pitones. Falló y logró meterle mano al segundo intento.

Álvaro Seseña se fue a por todas, directo a la puerta de chiqueros para recibir al tercero de la tarde a Portagayola. Bien realizada, solo que él novillo se quedó con el capote en su pitón, una vez que se liberó de el, Seseña continuó con el saludo, dejando una larga cambiada junto a las tablas, para después seguir estirándose con el. El novillero se fue a los medios y, antes de comenzar su faena, brindó al público. Sería allí donde lo esperara, para dejarle un paso cambiado por la espalda y seguir aprovechando la inercia, sin moverse. Sobre el pitón derecho, a media altura, sujetándolo. El espada supo aprovechar la inercia del primer cite en largo, para después darle continuidad a la serie. Al natural, el animal seguía el vuelo de la franela, una franela que iba rozando el albero. El de Ángel Luis Peña respondía con fijeza y prontitud al toque, solo que necesitaba que se la dejaran puesta y ligaran para que rompiera en la tela. Falló con la espada.

El de El Retamar salió suelto y García Pulido, a pesar de robarle algún que otro lance en el saludo capotero. Lo recibió en la muleta a pies juntos, probándolo por ambos pitones, con suavidad, muy despacio, sacándolo de las tablas, llevándolo hacia el tercio. Pulido tuvo que acortarle las distancias y fijarlo con firmeza en el cite para que el animal entrara y siguiera la tela. El animal seguía la tela, pero sin transmisión,  aún así el espada quiso seguir intentando buscarle las opciones. Al natural, se cruzó y le echó los vuelos delanteros para enganchar la embestida, pero entre algodones, ya que el de El Retamar andaba más que justo. Retomó la mano derecha, arrastrando la embestida, ligando de dos a tres muletazos, pero sin bajarle la mano, llevándolo a media altura y sin perder el temple. No tuvo acierto con los aceros.

El saludo de Víctor Cerrato fue comedido con el Zacarías Moreno. Genuflexo, lo tanteó en el inicio del último tercio, tanto le bajó la mano que el animal clavó los pitones en el firme y se pegó la voltereta. Una vez fuera del tercio, sobre el pitón derecho lo fue moviendo, buscando el sitio y un acople que parecía no encontrar. Cambió al pitón izquierdo, pero el resultado fue muy parecido, así que recuperó la mano derecha, encontrando embestidas rectas y de poco contenido. Cambió la ayuda por la espada y lo pasaportó con una estocada con la que lo volteó, tirándose muy recto, a matar.

Madrid. Novillos de Guerrero y Carpintero, Montealto, Villanueva, Ángel Luis Peña, El Retamar y Zacarías Moreno para Álvaro Seseña, silencio y silencio tras aviso; García Pulido, oreja y silencio tras aviso; Víctor Cerrato, saludos y vuelta al ruedo.

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