lunes, 29 de abril de 2024

De poder a poder

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Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

La Plaza de toros de Las Ventas acogió una novillada picada en la que los espadas Mario Alcalde, José Rojo y Carlos Domínguez se midieron a los de Conde de Mayalde. Los astados, más allá de las teclas que obligaron a buscar, tuvieron movimiento y entrega, dejándose llevar en la faena de muleta con lucimiento, para ello hubo que buscar tandas cortas y en el sitio. Mario Alcalde no tuvo opciones con el primero de su lote, pero con el segundo dejó una faena de poder a poder. La desarrolló al natural, encajándose y dejando pases cadenciosos y templados con un animal que buscaba y sabía lo que dejaba atrás, pero el presidente le negó una oreja de ley. José Rojo, por su parte, salió a por todas, muy decidido, con un toreo de tandas cortas muy definido y asentado con el que caló hondo en los aficionados. No pasó lo mismo con el quinto, un novillo que no le dio opciones, fue áspero, incómodo e irregular, pero al que sacó todo lo que se le podía sacar. Carlos Domínguez dejó frío a los tendidos con el tercero. Algo parecido ocurrió con el sexto, astado al que llevó al natural. Fue molesto, no humillaba, soltaba la cara y no terminó de encontrar el compás, a pesar de que dejara pinceladas sobre el pitón izquierdo, pitón por el que desarrolló la faena.

“Escultor” abrió la tarde rematando en tablas, para después meterse en el capote de Mario Alcalde, que recogió la embestida para lucirlo en los vuelos del saludo capotero. Tras el tercio de varas, pasando dos veces por el caballo, se lució José Rojo con el capote, con gusto, hasta rematarlo. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes de empezar, Mario se fue a los medios y brindó al público. Lo citó desde allí, con la muleta plegada, esperando que el animal alcanzara la tela para darle vuelo. Repitió y al tercer pase cayó sobre el firme, teniendo que salir toda la cuadrilla para levantarlo. Volvió a empezar, ahora ya desde el tercio. Lo pasaba, encajándose a su paso, pero sin poder excederse con el animal. El de Conde de Mayalde se metió en tablas y el espada tuvo que, al natural, recetarle una tanda suave y pausada. No había mucho que sacar de este primero de la tarde, pero las protestas no condicionaron a Mario, que insistió en torearlo. Tomó la franela sobre el pitón derecho, muy encima, aguantando, pasándolo sin que dijera nada más.  Se perfiló y le metió la mano con aseo.

“Chorlito II” salió como el primero, rematando, pero tardó en adentrarse en los vuelos de José Rojo, que trazó un saludo corto. Mientras el espada lo conducía hasta el caballo hizo algún que otro extraño sobre el pitón derecho, metiéndose lor dentro. Sin embargo, las protestas llegarían tras el tercio de varas, donde el toro quedó claramente mermado de las manos. Finalmente, el presidente sacó el pañuelo verde. José Rojo decidió correr turno y salió “Jaro”, un novillo suelto con el que el novillero se quiso lucir, saliendo suelto y sin bajar la cara en todo el saludo capotero. Alcanzado el último tercio, se dirigió a los medios y allí brindó al público. Sin embargo, lo recibiría en la muleta en el tercio, citándole de lejos, aprovechando la inercia para pasarlo por alto, alternando muletazos por alto y por bajo. Después de las probaturas, tomó la franela sobre el pitón derecho, ligando la movilidad que el animal le prestaba. Diseñó tandas cortas, el cite en largo para después exprimirlo en la tela. Cambió de mano y el de Conde de Mayalde respondió con prontitud, entrega y obediencia ante las demandas del espada. Se fueron acortando las distancias y empezaron lás primeras protestas en la embestidas. Alargó su recorrido, vaciándolo en la tela, sin olvidar el tiempo, dejándolo también recuperarse entre series. Ya no pasaba de la misma manera, tampoco era el sitio, cuando lo quiso retomar por el pitón derecho, necesitaba pasarlo un par de veces antes de que volviera a romper en la tela, sería en el tercer derechazo. Culminó con una buena estocada.

Carlos Domínguez saludó al tercero de la tarde, un novillo que salió suelto y al que tuve que bregar, ya que no se pudo estirar en exceso, salvo alguna que otra pincelada. En el tercio de varas, el animal se fue directo al caballo que guadaba la puerta y allí fue picado. Tras brindar al público, Carlos Domínguez, fue al encuentro con el animal, recibiéndolo de rodillas, sin probaturas, aprovechando la inercia de la media y larga distancia para atarlo en corto y envolvérselo a su alrededor. El inicio tuvo chispa, un inicio que continuó sobre el pitón derecho, también en la media distancia, dándole continuidad a una embestida que se movía y humillaba, metiendo la cara abajo, aunque no con total pulcritud. Faltó algo de temple y despaciosidad al natural, algo que poco a poco fue intentando aplicar en las tandas. Terminó toreándolo en el tercio, con un animal que le fue ganado terreno y que cada vez se le quedaba más corto, por lo que tuvo que perderle pasos después de cada pase para volver a ahormar la tanda. Había repetición y movimiento, pero con muchas teclas. Volvió al pitón izquierdo, para abrirlo, dándole mayor amplitud a la embestida, pero ya uno a uno, limpiando el muletazo, evitando que se desluciera. Cerró por manoletinas.

Marcaba el ecuador del festejo un novillo de nombre “Chorlito I”, al que Mario Alcalde saludó en una delicada brega con la que le fue ganando terreno, pero llegar a sacarlo del tercio. Se dirigió al tercio, ya con la muleta en la mano, esperándolo anclado en el albero, pero el animal se lo llevó por delante, volteándolo y marcándolo con los pitones. Tras el serio percance sufrido, se quitó la chaquetilla, se recuperó y volvió al ruedo para dejar una primera tanda muy ovacionada. Siguió sobre el pitón izquierdo, despacio encajándose, alargando la embestida para llevarlo hasta el final. Volvió a desarnarlo y tuvo que volver a empezar. Lo movió y cambió los terrenos, continuando con el toreo al natural, asentado con un novillo complicado y que sabía lo que dejaba atrás. Encontró acople, de poder a poder, pasándolo cada vez más en largo, pero sin lograr que bajara la cara. Siguió insistiendo, metiéndose, prácticamente, en tablas, por lo que tuvo que tirar del animal y llevarlo hacia el tercio. Dejó un toreo cadencioso y muy torero que caló hondo en el público venteño. Dejó una estocada entera y muy efectiva.

José Rojo no esperó que el de Conde de Mayalde corriera la plaza y salió a frenar al segundo de su lote. El novillo salió suelto y volvería a entrar en el percal de Rojo, pero sin que se pudiera estirar demasiado con el. Llegó el último tercio y el espada lo sacó de tablas, tirando del animal, para después empezar a llevarlo sobre el pitón derecho,  primero por alto, abriendo y dando salida al de Conde de Mayalde. Continuó sobre el mismo pitón, tratando de asentarse con un novillo al que tuvo que perderle pasos y que después le costaba ligar. Era irregular, repitiendo en los tres primeros pases de cada serie, pero no para lucir su embestida. Se cambió la muleta de mano, llevándolo al natural, pase a pase, sin perder la distancia. Rojo estuvo por encima, pero las opciones que el animal le brindó fueron mínimas, por lo que decidió no alargar una faena en la que ya hizo todo lo que se podía. Sentenció con un estocada rotunda.

Carlos Domínguez saludó al sexto de la tarde, un novillo muy ovacionado en su salida, pero que en el saludo capotero soltó las manos altas por ambos pitones.  Tomó la franela y bordeando las tablas, inició el último tercio, pasándolo por ambos pitones en un trasteo  breve que continuó al natural. El de Conde de Mayalde le soltó la cara, mostrando una embestida irregular, que trató de dar forma exigiéndole abajo. Cambió la muleta de mano, pero por el pitón derecho era más de los mismo, pasaba sin transmisión. Le perdía pasos y volvía a componer la tanda. También le dio tiempo y sitio, entre series. Recuperó el pitón por el que empezó, el izquierdo, sin encontrar el compás, no había pulcritud en sus embestidas, por lo que el lucimiento,  lo encontró en los naturales a media altura, lentos y suaves, tenplando así al animal. Insistió al natural, tirando del animal hacia adelante, cruzándose, acortando las distancias, tratando de alargar el trazo, pero sin terminar de limpiar el muletazo.

Plaza de toros de Las Ventas. Novillos de Conde de Mayalde para Mario Alcalde, ovación y ovación tras petición; José Rojo, ovación tras petición y ovación; Carlos Domínguez, silencio y palmas.

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