domingo, 5 de mayo de 2024

Bruno Aloi: “No me veo siendo un torero más”

Bruno Aloi
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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
Bruno Aloi es un novillero mexicano que llegó a España en plena pandemia con el sueño de ser torero. El pasado año, debutó sin caballos en la localidad madrileña de Colmenar de Oreja y durante su campaña americana alcanzó su primer paseíllo como novillero con picadores. Ahora ha regresado a España, con una nueva incorporación en su equipo de apoderamiento, la de Tomás Campuzano. No quiere que su Temporada pase en blanco y, aunque por el momento está centrado en entrenar, sabe que las fechas llegarán para los próximos meses. España le ha formado y le ha hecho mimetizar la técnica con su raza, toreando con personalidad en cada tarde.
¿Por qué el toro? ¿Cuál fue tu primer contacto?
Decido dedicarme al toro,  profesionalmente, cuando tenía 15 años.  Desde chico fui muy aficionado, pero nunca quise dedicarme a esto. Comencé a torear algunos festivales como aficionado, entrenando más a menudo, fue en ese momento, en el que me enamoré de este mundo, porque no me veía en ningún otro lugar, sabía que era aquí.
Tu camino no ha sido sencillo, pusiste rumbo a España, ¿Cómo fueron tus inicios?
Mis inicios fueron en el campo. Cuando decido dedicarme al toro, se lo dije a mi padre, porque quería ir a España, a la Escuela de Madrid. Mi intención era la de formarme acá, pero él me dijo que tenía que acabar los estudios de bachillerato para poderme marchar.
Llegué a España y entré en la Escuela de Madrid, donde estuve alrededor de dos años. Poco a poco fui aprendiendo y conocí a mi apoderado, con quien pude juntar 18 novilladas sin caballos. Además, este invierno debuté con caballos en mi país, alcanzando las cinco novilladas picadas. Ahora, regreso a España para poder seguir y hacer campaña aquí.

 

Has vivido la Tauromaquia en México y en España, creo que nos puedes hablar de sus diferencias y contrastes.
El principal cambio es el animal, su embestida, los encastes, el comportamiento… es menos agresivo en la velocidad de la embestida. También hay diferencias en la afición y profesionalismo que existe en España y México.
Cuando yo decido venir a España, lo hice sabiendo que me podía hacer un hueco. En México, es mi casa y siempre habrá una oportunidad. En definitiva, cuanto antes me abriera hueco en España, antes podría regresar a mi país, pero dando prioridad a Europa.
¿Cuál dirías que ha sido el mayor hándicap con el que te has encontrado?
Te puedo decir que cuando llegué, sentí la rivalidad que había entre los toreros españoles. No es sencillo abrir camino en Europa, porque hay una gran cantidad de toreros si lo comparas con lo que hay allá.
Hay muchas escuelas taurinas, con muchos alumnos, y nosotros como aficionados, siempre vemos a los mismos toreros en las mismas plazas. Torean cinco cuando, en realidad, hay ochenta en la Escuela. No deja de ser una rivalidad bonita, intentando sobresalir entre ellos.
Además, llegué en un momento muy complicado, en plena pandemia. Quería debutar sin caballos y me encuentro la pandemia y que casi no se hacía nada de campo. No tuve muchas oportunidades.
La evolución se va haciendo notar en tus manos, ¿qué cambios has experimentado?
Inicié mi andadura en España con mucha afición, raza y queriendo ser torero, pero sin esa técnica. Eso es algo que ido moldeando desde que llegué, con una ambición tremenda, ambición que nunca he perdido, porque la he aprendido a controlar y amoldar. Ahora tengo otro dominio, gracias a la escuela que me ha dado España. La evolución que he experimentado en este corto periodo de tiempo ha sido muy bonita.
Recientemente, el diestro Tomás Campuzano se ha incorporado a tu equipo de apoderamiento, ¿cómo ha sido?
La incorporación del maestro Tomás es abismal, por todo lo que él ha toreado y pasado en los ruedos españoles. Estar con un maestro de su altura y poder escucharlo… es un privilegio. No hay nada más bonito que escuchar a los mayores, por todo lo que han vivido… mi padre, mi abuelo, mi mamá. Todas aquellas personas que aportan pasajes de la vida, es lo mismo que ocurre en el mundo del toro.

 

¿Cuál ha sido el mejor consejo que te ha podido dar?
Su mejor consejo ha sido uno que ya me han dado muchas personas, solo que él lo hace desde un punto de vista muy bonito. Su consejo es: “Ganas, ganas, ganas y más ganas”. A lo largo del día faltan horas para pensar en el toro, 24 horas no son suficientes.
Si hablamos de tu preparación y de tu día a día ¿Cómo es un día con Bruno Aloi? ¿Cómo lo compaginas?
Me levanto y suelo salir a correr y hago un poco de cardio,  porque si no inicio el día haciendo ejercicio ya estoy de mal humor, como si no lo hubiera aprovechado. Después ya desayuno e intento entrenar de salón, que es lo que más me gusta hacer, porque es como uno moldea los movimientos y después salen en la plaza. Cuando termino, como y, por la tarde, si puedo, retomo el entrenamiento de salón.
Al final, se genera esa necesidad de tener la muleta en la mano. De hecho, alguna vez estoy sentado en el sillón viendo una película y quiero coger la muleta, porque siento que me hace falta algo en la mano.
Además, también estoy estudiando una carrera, lo hago de manera online y me conecto más o menos cuatro veces a la semana. Desconecto un par de horas por la tarde para las clases de la universidad. Esta fue una condición de mi padre, que la veo muy lógica, porque siempre hay que tener un plan de vida.
Entonces, al margen de todo lo demás, tendré un grado en ADE, algo que hice pensando en el futuro, porque querré administrar las ganancias y eso me causa ilusión.  Al final, administrarse uno mismo es muy importante, porque uno puede confiar en las personas de su alrededor, pero si uno no tiene ni idea, tendrás que depender del resto. Ahí es cuando pueden venir los problemas.
Después de la Temporada que acabas de cuajar en México, con ese debut ¿Cómo se plantea la Temporada 2023?
Tengo a la vista entrenar, porque ahora mismo no hay fechas, aunque sé que saldrán, tengo claro que no es una temporada que vea en blanco. También es cierto que estamos empezando la temporada y en los próximos meses saldrán cosas. Estoy tranquilo.
¿Y en el corto plazo? Pongamos unos cinco años
No me veo de otra forma que no sea como figura del toreo. Desde que me hago ideas en el mundo del toro, pienso que si quieres algo hay que intentar ser el mejor. Yo siendo un torero más no me veo. Estoy dispuesto a ser figura del toreo y ahí es donde yo me veo.

 

Antes de llegar a figura hay que pasar por una alternativa, ¿cuál sería tu cartel soñado?
Me falta toda la fase como novillero con caballos, pero si pensara en una alternativa me vería con dos figuras del toreo, para poder compararme con ellos y poder sobresalir. No sabría decirte un cartel, porque a lo largo de mi carrera como novillero puede haber muchos toreros que me aporten cosas y quiera compartir el cartel de alternativa con ellos.
Una ganadería que me gustaría que se anunciara en esa tarde sería la de Victoriano del Río, un hierro al que sigo mucho y con el que yo me veo. Ese toro dejaría desarrollar el toreo que a mi me gusta.
La plaza sería cualquiera de primera en Europa, como pueden ser las de Arles, Nimes, Sevilla, por ejemplo. Para Madrid me gustaría esperar, es una apuesta muy grande y me gustaría ir a otro nivel, siendo ya alguien de ahí arriba.
Si nos volvemos a centrar en el 2023 y en tu etapa como novillero con caballos, ¿en qué certámenes te gustaría participar y ganar?
Ahora mismo, donde haya una oportunidad de torear y triunfar quiero estar. Me encantaría el Alfarero de Villaseca, La Espiga de Calasparra, el Zapato de Arnedo, Algemesí, Arganda, Moralzarzal, Guadarrama… También me gustaría participar en el Circuito de Novilladas, porque tiene nombre. Isaac Fonseca, siendo el triunfador, ha roto en la fiesta, tomó la alternativa y sigue creciendo.

 

 

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