Entrevista
PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
Candela “La Piyaya”, novillera de la Escuela Taurina José Cubero “Yiyo”, ha dejado muy buenas sensaciones durante la Temporada 2022. Sin embargo, a principios de noviembre sufrió un serio percance del que todavía se está recuperando, por lo que espera que no le afecte al principio de la Temporada 2023, Temporada en la que quiere dar el paso a caballos. Candela ha vivido el mundo del toro desde que era pequeña, pues su familia está profundamente vinculada al mundo del toro. Desde los 6 años tuvo claro que quería ser torera, pero no sería hasta los 10 cuando se apuntara a la Escuela.
¿Qué tal te encuentras después del percance? ¿Cómo está siendo tu proceso de recuperación?
Estoy mucho mejor, los médicos me han dicho que poco a poco tengo que volver a tomar otra vez contacto con los trastos y con mi vida normal. Lo cierto es que fue un susto grande, no me pegó ninguna cornada, pero estando en el suelo, me pisó y me desplazó el pulmón. Me entró líquido y me tuvieron que operar de urgencia para poder sacarlo. Ahora la recuperación es muy lenta, por así decirlo, pero ya estoy cogiendo los trastos y voy haciendo más esfuerzo.
¿Crees que puede llegar a afectar a lo que será el inicio de la próxima temporada?
Espero que no. Creo que en enero, como mucho a principios de febrero, ya estaré toreando en el campo tentaderos con animales. Espero que no afecte.
Si dejamos a un lado la parte más amarga de lo que es la profesión y nos centramos en lo que ha supuesto tu temporada 2022 ¿Cómo la definirías? ¿cómo te has sentido?
Ha sido una temporada dura, pero bonita, porque empecé no teniendo nada. Toreé en mayo en Valverde de Alcalá y parecía que no iba a ir muy bien, pero he acabado con ocho festejos y estoy muy contenta.
¿Cuál ha sido la evolución que has experimentado?
La evolución la he experimentado a nivel mental, preparándome y viéndome más segura delante de los novillos.
¿Cómo es esa preparación diaria de la que nos hablas?
Además de ir a la escuela, estoy estudiando. Estudio un grado en el que hago mucho ejercicio y no puedo ir todos los días a entrenar, pero la parte física la tengo bastante completa. Además, en la Escuela, tenemos una parte física y otras en las que hacemos toro o damos teoría, en la que nos explican la historia del toreo, los encastes y todo lo relacionado con el toro.
Conocemos tu preparación, pero ¿cómo es Candela cuando llega a una plaza de toros? ¿qué se te pasa por la cabeza?
Me gusta mostrar al público que se domina la situación, que sé lo que estoy haciendo. Intento hacerlo con la máxima naturalidad posible y creo que mi toreo se basa en eso, en expresarlo de una manera natural, tal y como soy yo, clásica.
¿Crees que ha influenciado de alguna manera tu padre?
Mi padre, al ser matador de toros, es la persona que se conoce, pero mi abuelo ha sido mozo de espadas del maestro Fundi. Además, mi abuela, su familia es ganadera, el mundo del toro lo conozco desde que soy pequeñita. Todo ello ha influenciado.
¿Qué puntos de unión encuentras entre la Tauromaquia de tu padre y la tuya?
Antes de que yo quisiera ser torero, iba a entrenar con mi padre y aunque las épocas cambien, veo similitudes en la ilusión que ambos ponemos, así como en el esfuerzo y la dedicación. Me veo reflejada y vinculada a ello.
¿En qué momento decides querer ser torero?
Desde que tengo uso de razón he estado toreando. Pero fue cuando toreé mi primera becerra con 6 años, porque sentí cosas que solo puedes llegar a sentir cuando estás toreando. Desde ese momento, quise apuntarme a la escuela, aunque con seis años todavía no tenía la edad, así que hasta los 10 no me pude apuntar.
¿Qué esperas de la próxima temporada? ¿Cómo te ves en el corto plazo?
La próxima temporada daré el salto a torear sin caballos, que lo debería haber dado esta temporada, pero hubo algunos problemillas con las novilladas que iba a torear y al final no pude. Creo que durante la próxima temporada y la siguiente, la gente y la afición me va a poder conocer más y espero que suene mi nombre mucho más.
