sábado, 4 de mayo de 2024

Alejandro Peñaranda, Puerta Grande en Arganda del Rey

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Arganda del Rey continúa con su ciclo de novilladas. Este lunes 5 de septiembre le llegaba el turno a los ejemplares de Ana Romero. La terna, compuesta por Diego García, Jesús García y Alejandro Peñaranda, se midió a un encierro exigente y de calidad, a los que, sin llevarles la contraria, se pudieron imponer. Fue la espada la que evitó algún que otro triunfo más, aunque la novillada no se quedó sin Puerta Grande, pues el espada que entró por la vía de la sustitución, la abrió tras cortar dos orejas, una al tercero y otra al sexto. Su toreo templado y lento cautivó a los tendidos, con buena estructura del último tercio. Diego García también paseó un apéndice, que arrebató al segundo de su lote, al que tuvo que insistir y provocar hasta la saciedad. Jesús García dejó una vuelta al ruedo tras la faena diseñada al quinto, al que tuvo que sujetar para que no se le fuera a tablas.

Abría la tarde un novillo de Ana Romero al que Diego García saludó meciéndolo en los vuelos de su capote, luciéndose a la verónica. Tras unos tercios de varas y banderillas, llegaba la faena de muleta, la cual inició con un ligero tanteo. No le llegó a bajar la mano del todo, dejando que se fuera adaptando. Siguió sobre el pitón derecho, con un nivel que pedía tela, pudo ligar esa primera tanda, ahora sí bajándole la mano y tirando de el siempre hacia adelante. Cambió al natural, enganchándolo delantero, muy suave, sin terminar de abrirlo. Recuperó el pitón derecho, pitón por el que encontró mayor acople y menos protestas, pues en cuanto tocaba la tela descomponía en su salida. Dejó algún que otro pase, de imposición, manteniendo el recorrido que este pautaba, para después cerrar por manoletinas. Mató al tercer intento.

Jesús García saludó al segundo de la tarde, le costó meterlo en los vuelos, pero pudo llegar a estirarse con el al tiempo que tiraba del animal hacia adelante. Jesús García inició la faena con un inicio muy lineal y suave, intentando bajarle la mano. El novillero tuvo que apretarlo para mantenerlo fijo en la muleta, tocándolo con mucha voz. Lo toreó sobre el pitón derecho, llevándolo muy tapado con la muleta, sin alargar en exceso su salida. Le echó la mano delantera, siendo el espada quien se adelantará e impusiera, sin esperarlo. La faena se convirtió en un tira y afloja para que no se rajara. El de Ana Romero tenía buen son y le permitió los adornos a Jesús, cuando pasaba lo hacía con uniformidad. Tampoco se olvidó de mostrarlo sobre el pitón izquierdo, con un toreo breve que rápidamente tornaría a los derechazos. El animal ya estaba metido en tablas, pero logró robarselos de dos en dos. La espada quedó delantera.

Alejandro Peñaranda se midió al tercero, un novillo que salió rematando en tablas y al que puedo saludar en un recibo variado y lucido. Brindó desde los medios, para después recibirlo en la franela junto a las tablas. Lo sacó de aquellos terrenos y empezó a templarlo por abajo, con sabor y compás sobre el derecho. Le dio el pecho, mostrándosela muy plana para iniciar la serie. El resto de pases llegarían con la inercia, que quiso aprovechar para darle continuidad a la faena, una faena a la que no le faltó movimiento ni entrega. Al natural, los vuelos diseñaron el recorrido sin pausa. Tocando, llevando y dejando puesta en el morrillo, listo para que el animal la tomara. Volvió sobre el pitón derecho, manteniéndose en el sitio, para pasarlo y envolviéndoselo a su alrededor, mirándolo pasar. Dejó un espadazo en el sitio.

Marcaba el ecuador del festejo Diego García, con un saludo templado en el que le fue ganando terreno hasta sacarlo a los medios, donde lo remató, tras un largo y elaborado saludo. Diego lo recibió en la franela genuflexo, buscándolo por abajo, sacándolo del tercio, pero sin apretarlo en exceso. El trazo lineal destacó en la primera tanda sobre el pitón derecho. Un novillo exigente con una embestida que había que templar y exigir, pero sin llevarle la contraria. Se volvía rápido, pero logró que se parase después de cada pase, teniendo que recomponer el sitio. Había que cruzarse y provocarlo a pitón contrario, siendo ligeramente tardío al cite, le costaba seguir y darle continuidad al último tercio. Diego García tuvo que acortar las distancias, acercándole la tela al morrillo para que entrara, todo a base de insistencia. Cada vez afeaba más su embestida, a pesar del poder creciente de Diego con la muleta. Logró darle continuidad en los últimos compases, dejándosela muy puesta. Tras dejar una gran estocada el novillo salió tras el y a punto estuvo de prenderlo.

El novillo buscón y receloso de Ana Romero le tocó en suertes a Jesús García, que no pudo expresarse con el percal.  En el inicio de faena fue tirando de su embestida, muy despacio, sin que el animal se terminara de definir. Era un novillo atropellado al que tuvo que parar y dosificar, intentando que tomara el vuelo que le dejaba delantero. En las series sobre el derecho dio profundidad y longitud a los pases, al adelantarle la mano y llevárselo hasta el final. El de Ana Romero, que en sus salidas miraba las tablas, lo mantuvo Jesús en el engaño, trazando series cortas y dejándolo respirar entre ellas. Había que llevarlo hacia los medios. Al natural, que también lo quiso mostrar, no tuvo el mismo son. Culminó recuperando el pitón derecho, doblándose con él y llenando más los pases. Mató de manera efectiva.

Peñaranda saludó al último de la tarde en un recibo comedido y bien llevado. Llegó el último tercio y Peñaranda no se excedió con el en el inicio, lo llevó por alto hasta sacarlo a los medios. Un vez en el sitio empezó a envolverselo sobre el pitón derecho, con mucha suavidad y acople entre ambos, sin tirones, con despaciosidad. El novillo acometía abajo en un tranco sostenido y uniforme que le dejó muchas opciones al novillero de Iniesta. Le abrió el compás con un sutil toreo al natural en el que la muñeca empezaba a girar desde el inicio del pase, envolviéndolo en la franela. Peñaranda parecía parar el tiempo con el último de la tarde, con un toreo muy templado y depurado, que logró enlazar un pase con otro al dejársela puesta, esperándolo en la tela, buscándolo abajo. Cerró la faena a pies juntos, para después dejar algún que otro pase sobre el pitón izquierdo y una estocada al segundo intento.

Novillo de Ana Romero para Diego García, vuelta al ruedo y oreja; Jesús García, silencio y vuelta al ruedo; Alejandro Peñaranda, oreja y oreja.

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