lunes, 6 de mayo de 2024

Sergio Rodríguez abre la Puerta Grande

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Arganda del Rey apuraba su Feria de Novilladas, con la penúltima del ciclo. Rubén Fernández “Cuatio”, Jorge Molina y Sergio Rodríguez se midieron a los astados de Juan Manuel Criado. Los astados brindaron opciones para el triunfo, teniendo fondo y calidad, siendo este el segundo y tercero de la tarde. El resto del encierro dificultó la labor, a lo que se añadió el viento. Resultó muy exigente, con novillos a los que había que someter y buscar, llevando muy controlado el cite para después ligar por abajo, tirando de la embestida. Sergio Rodríguez triunfó con rotundidad, abriendo la Puerta Grande tras una primera faena de dos orejas. Cuatio tuvo la otra cara de la moneda, con uno de los peores lotes de la tarde. El cuarto, en el inicio de faena se lo llevó por delante, dejándole una herida por asta de toro. Jorge Molina tuvo que asumir el papel que le correspondía y estoqueó a tres novillos, en una tarde en la que tuvo pinceladas y en la que se mostró, con faenas de muchi esfuerzo y poco vuelo.

Abría la tarde Cuatio, con un novillo que se desplazaba y entraba con fuerza, pero el espada se pudo estirar con el. Solo le faltó bajarle la mano. Empezó la faena por estatuarios, por alto, dejando algún pase cambiado por la espada. Le dio sitio y siguió, ahora sobre el pitón derecho, alargando las embestidas, bajándole la mano poco a poco. El novillo se dejaba someter y llevar, aunque soltando la cara al final del natural, descomponiéndose al tocar la tela. Con tanta suavidad lo quiso llevar que lo desarmó. Retomó la tanda al natural, muy despacio, aproximando la muleta al morrillo y enganchando la embestida hasta el final, a cámara lenta. Sobre el pitón derecho era algo más atropellada la serie, quedándose corto y afeando. Alargó la faena exprimiéndolo hasta agotarlo. Dejó media estocada certera.

El segundo de la tarde le presentó un saludo capotero completo.  Salía suelto y llegó a emplazarse, pero Jorge Molina logró moverlo hasta encelarlo para sacarlo a los medios y estirarse con el. Los milagros existen, en el tercio de banderillas, estuvo a punto de prender al de plata. Molina inició la faena genuflexo, bajándole la mano en un tanteo breve marcado por el toque. Verticalidad, manteniéndose con firmeza en la arena, tirando del animal hacia adelante, envolviéndolo alrededor de su cintura. Le llevó a media altura, buscándolo en el morrillo para después seguirlo y ligarlo. Los toques debían ser secos y fijadores, pues le costaba entrar en la tela. Hizo las cosas muy despacio sin deslucir, a pesar de la brusquedad que el animal demandaba. Al natural encontró mayor acople, dejándole los vuelos en el morrillo, enganchando así la embestida, pero con una continuidad frustrada con la que dejó, pero no rompió. Culminó sobre el pitón derecho, provocando el primero y ligando el resto. Metió la manocon aseo, pero no doblaría hasta el golpe de cruceta.

Sergio Rodríguez trazó un saludo intenso, lucido y muy armónico, estirándose mientras le ganara terreno. El espada inició la faena junto a las tablas, genuflexo, bajándole la mano, para después llevarlo por alto y pasarlo por ambos pitones. El novillo tenía celo y se movía con garbo y gracia dándole un punto más de intensidad a la faena de Sergio. Le dejó tiempo y sitio, citándolo en la larga distancia, con una respuesta pronta del animal. Después solo tuvonque aprovechar la inercia, dejándosela en la cara y ligando, sin que parase. Cambió al natural con suavidad, siempre puesta en el morrillo, iniciando el pase a media altura para para después dejársela muerta. Los vuelos y el giro de muñeca lo devolvían una y otra vez a la muleta. Había armonía en sus embestidas, metiendo la cara abajo, sin brusquedad, siempre acompañando la tela. Lo desarmó, pero no tardó en recomponer la serie, al natural, cruzándose y dejando el engaño muerto. Jugó a favor de las querencias del animal. Culminó de rodillas para cerrar la tanda con el de pecho. La espada quedó arriba y tuvo un efecto fulminante.

Marcaba el ecuador del festejo el saludo capotero de Cuatio, que lo bregó con habilidad, ganando terreno. El novillero local quiso iniciar la faena de rodillas, pero con un toque tardío se lo llevó por delante. Se lo llevaron a la enfermería y tuvo que ser Jorge Molina el que saliera a completar la faena. Buscó los terrenos, abriendo, dejándoselo abajo, muy despacio, sin brusquedad. El astado tenía algunas medias arrancadas, que lo buscaban. Le acabó ganando la partida por abajo, pero el aire era otro inconveniente más en la faena. Necesitaba fuerza y firmeza, sin llevarle la contraria. No tuvo acierto con los aceros.

El quinto, pero segundo del lote de Sergio Rodríguez, saltaba al ruedo. El novillero trazó un saludo bregado en el que condujo la embestida por abajo. Inició la faena por abajo pero, rápidamente, se levantó con el, pues el animal buscaba y soltaba la cara. Sergio se mantuvo firme con un novillo que le ganaba terreno y que no prestaba una uniformidad. Lo buscó en el paso largo, limpiando y tapando con la muleta, dándole amplitud, sin que tuviera donde elegir y solo viera tela. Sergio se cruzó y guió, siempre recomponiendo y evitando que se le fuera, aprovechando todas y cada una de las embestidas en las que el astado empujaba hacia adelante. El viento seguía complicando la labor del novillero, que fue cerrando los compases sobre el pitón derecho apretándolo y siguiéndole, encontrando la continuidad provocada. Pinchó para después dejar una estocada rotunda.

Cerraba la tarde el que debía haber sido el quinto. Lo saludó Jorge Molina, con un recibo llevado y bregado de escaso lucimiento. Inició el último tercio bajándole la mano, pero pocas fueron las probaturas. Se decidió por el pitón izquierdo, toreando al natural, con gusto y despaciosidad, tirando hasta el final del astado. Citó y estiró con pulcritud, llevándolo totalmente metido en los vuelos. Siguió sobre el derecho, cruzándose para después abrir el muletazo. Lo dejó respirar, dándole tiempo y sitio, para después retomar el último tercio con el paso atrás y la firmeza del cite en el que no dejó de tirar. encontró mayor acople al natural. Tras varios intentos logró hundir el acero.

Arganda del Rey. Novillos de Juan Manuel Criado para Rubén Fernández “Cuatio”, vuelta al ruedo y herido; Jorge Molina, palmas, silencio y silencio; Sergio Rodríguez, dos orejas y vuelta al ruedo.

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