lunes, 6 de mayo de 2024

Ovaciones en la primera de Colmenar Viejo

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Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Colmenar Viejo iniciaba su Feria con una novillada picada en la que los espadas Jorge Martínez, Álvaro Alarcón y David López se midieron a los astados de Castillejo de Huebra y José Manuel Sánchez. Los astados no dejaron opciones para el lucimiento y triunfo. Fueron los novilleros lo que tuvieron que ponerlo todo para robarles las faenas, siendo especialmente complicados en la primera mitad del festejo, con novillos que buscaban y se agotaban rápido. Jorge Martínez mostró firmeza con los de su lote, pero el primero resultó imposible y el cuarto complicado, obligándolo a rectificar. Álvaro Alarcón pudo brillar con el segundo de su lote, sin embargo, alargó en exceso la faena y la espada deslució su meritoria labor. David López se mostró voluntarioso y pudo haber tenido premio con el sexto de la tarde, siendo este el mejor novillo de la tarde.
Abría la tarde “Curiosito II” en las manos de Jorge Martínez. En el saludo capotero resultó un novillo incierto y de escasa fijeza, sin entrega y sin ninguna fuerza. Llegó el último tercio, sin que el animal hubiera tenido unas condiciones óptimas. Jorge trató de cambiar los terrenos, tirando del animal, dejándolo en el tercio. El astado estaba fijo en el novillero, llegando a ignorar el cite de muleta para ir directo al cuerpo. Salía suelto, el espada le mostró la salida, pero siempre en el sitio para devolverlo a la franela con un toque firme. Al natural, le dejó los vuelos, tratando de darle forma, pero este entraba recto, con una ligera intención de seguir el pico. Aquello fue un espejismo, seguía con el novillero, que siguió curvando, diseñando una faena extremadamente compleja. Cumplió con la espada, entrando en varias ocasiones.
Álvaro Alarcón no logró encelarlo en el saludo capotero, el novillo salió suelto. Brindó desde los medios para después tratar de fijarlo en aquellos terrenos, pero el animal marcó su querencia descaradamente. Le adelantó la mano y lo llevó hasta el final, pasándolo a media altura, mimándolo, dándole continuidad a la faena, pero sin que terminara de romper en la tela. Al natural, se encajó y alargó todavía un poco más la embestida, echándole los vuelos al morrillo, cruzándose, provocándolo. Lo hizo todo Álvaro ante la insípida embestida del segundo de la tarde, que no tuvo entrega en el mando de Alarcón. Fue certero con los aceros.
Algo más de lucimiento tuvo David López con el primero de su lote, estirándose en los medios entre destellos. Inició la faena con un ligero tanteo por alto, pasándolo por ambos pitones, andándole, sacándolo del tercio. Se descomponía al tocar la tela, había que mantenerle una altura uniforme, sin que terminara de sentirse podido.  Sobre el pitón derecho encontró un inicio humillado, pero con una salida algo más desmedida, que no le impediría darle continuidad. Al natural, lo estiró, pero ya le había tomado la medida, sabía donde estaba, entre miradas. Falló con la espada.
Marcaba el ecuador del festejo Jorge Martínez encontró ligazón con el segundo de su lote. Lo tanteó por alto en el inicio del último tercio, para después seguir sobre el pitón derecho. El astado llevó la cara a media altura, con un tranco insípida, que no terminó de romper en la muleta. Estaba justo, soltando la cara arriba, con un recorrido y fuerzas mermadas. Martínez le adelantó el cite, amortiguando la embestida en la franela, para después dejársela puesta y tirar, dejándole la salida. Sobre el pitón izquierdo era algo más incierto, corto e irregular, costándole adentrarse en el cite. Salía cruzando del natural, quedándose encima, obligando al novillero a rectificar y volver a componer la serie. Mató con con aseo.
Álvaro Alarcón lanceó a la verónica al segundo de su lote, con gusto y despaciosidad. Anclado al firme, tanteándolo por alto, lo pasó por ambos pitones, sin, prácticamente, corregir. Se mantuvo en el tercio, toreándolo sobre el pitón derecho. Entre tandas lo dejó respirar, para que el animal recuperara fondo y volviera a la tela. Alarcón se tomó su tiempo entre series, volviendo con rectitud a la cara del animal, pasándoselo alrededor de su cadera, con la cabeza baja, viéndolo pasar, con cadencia, despaciosidad y pulcritud. Cambió al natural, adelantándole los vuelos para enganchar la embestida delantera, para después dejarle el brazo con la franela en la cara, alargando la embestida. Insistió sobre el pitón izquierdo, dejándosela muerta y tirando, pero el animal empezaba a acortar recorrido. Cerró por manoletinas, pero alargó en exceso la faena y falló con los aceros.
David López cerraba la tarde con un saludo bien llevado y comedido que dio paso a los tercios de varas y banderillas. Llegaba la faena de muleta y el novillero la inició por abajo, genuflexo, entre probaturas, sacándolo de aquellos terrenos. Siguió, ahora toreando sobre el pitón derecho. Lo fue metiendo poco a poco, con un novillo que se dejaba mandar, entraba con celo y salía pidiendo franela. La faena tuvo continuidad, solo afeaban sus salidas por alto cuando el novillero se la dejaba puesta arriba en los remates. Cambió para mostrarlo al natural, para ello, muy despacio le dejó el pico por delante, fijándolo, para después tirar y adentrarlo en el trazo del natural. Volvió al derecho, cautivando a los tendidos, escuchándose los primeros “olé” rotundos. Acortó la faena, una faena que se iba acercando a tablas.
Colmenar Viejo. Novillos de Castillejo de Huebra y José Manuel Sánchez para Jorge Molina, ovación y ovación; Álvaro Alarcón, ovación y silencio tras dos avisos; David López,  silencio y ovación 

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