miércoles, 8 de mayo de 2024

El chotis sevillano

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Crónica

APC

Sevilla comenzaba su serial continuado de la Feria de Abril. José Garrido, Joaquín Galdós y Alfonso Cadaval se midieron a los astados de Santiago Domecq, en una tarde en la que destacaron el tercer y cuarto ejemplar de la ganadería. Hubo matices, aunque también lotes sin demasiadas opciones, a pesar de la entrega y decisión de los matadores, que no dejaron que se les fueran sin torear.

“Capitán” saltó al ruedo, pero no tardaría en ser devuelto tras partirse el pitón contra el burladero. En su lugar salió “Habilidoso”, el primer sobrero, al que Garrido trató de envolver en el percal, muy despacio. El toro obediencia con un tranco irregular, pero con repetición y bajando la cara ante la mano baja del tanteo de Garrido. Un animal complicado que exigía sin piedad. Trató de tirar hacia delante, alargando, pero sin evitar que le volviera la cara. Se metió en sus terrenos, exigiendo, sin que le pudiera, a pesar de las encasas condiciones que el animal mostraba. Falla con la espada, logrando hundirla al tercer intento, llegando a escuchar el primer aviso. 

“Altacumbres” salió con muchos pies, lo frenó Galdós, por abajo, sacándole, al tiempo que se estiraba, hacia los medios. Lo probó por abajo, midiendo la distancia, cuidando la embestida. Lo llevó en el tercio, uno a uno, con un toro parado, corto y de poca entrega, que se le llegaba a meter por dentro. Galdós recurrió al toque firme, para después encauzar una embestida que no tomaba vuelo, solo había medias arrancadas. Metió la mano con habilidad, pero no sería suficiente y el animal doblaría en el descabello. 

“Chismoso” salió suelto, pero Cadaval hizo por que se quedara con él con un buen saludo capotero. Lo probó por ambos pitones, con un inicio breve pero bien definido. El animal seguía el engaño con movilidad y fijeza, entregado a la verticalidad y toreo en redondo de Cadaval. La banda sonó y no era para menos, la faena rompió con ritmo y delicadeza. Mirada baja, paso atrás, la franela en el morrillo y su corte clásico cautivaron en Sevilla. Reunió y ahormó las embestidas sobre las opciones que le brindó el de Domecq, toreándolo en el sitio, en series cortas, muy medidas. 

Garrido se estiró con intermitencia ante las embestidas de “Gracioso”. No ralentizó la embestida, continuó a un ritmo frenético, aun así Garrido aprovechó la explosividad de esa embestida para ponerse de rodillas y ligar a base de inercia, envolviéndoselo al cuerpo. Siguió sobre el pirón derecho, con un toreo en redondo muy depurado. Lo dejó respirar y retomó ese pitón derecho, alargando las series, haciendo sonar la música. El animal acudió sometido a la franela de Garrido, que no paró de exigirle. Mató con seguridad.

Galdós se fue a la puerta de chiqueros para recibir al quinto a Portagayola. Lo recibió genuflexo en la muleta, probándolo por ambos pitones. El animal pasaba por alto, así que el diestro tuvo que medirle las distancias. Trazó una buena serie por abajo, sin alargarla en exceso, buscando la salida del animal, sin forzarle, pero en un trazo largo. No había demasiadas opciones para el lucimiento y aún menos sobre el pitón izquierdo. Sobre derecho logró la humillación inicial y la continuidad intermedia, aunque con suavidad. Mató con media estocada. 

“Faraón” y Cadaval cerraban la tarde. Lo tanteó levemente por abajo, para levantarle poco a poco la mano. El animal estaba justo de mano y no podía bajarle mano en exceso, debía llevarlo a media altura, manteniéndolo. Se puso y marcó el compás, repleto de despaciosidad y pases largos. Con la mano en la cadera, su postura vertical y la distancia pautada, le recetó una faena de temple. El uno a uno le llevó a completar las series, el animal no aguantaba mayor dominio. No dejó que el animal se le fuera sin torear, lo dio todo. 

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