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GUARISMO DEL OCHO
Lea Vicens estaba acartelada en el festival taurino de Villarrubia de Santiago. La amazona tuvo en suertes un primer astado que no le dejó demasiadas opciones para el triunfo. El astado no tuvo fuerza y marcó descaradamente su querencia a tablas. Ante esta situación, la francesa pidió torear el sobrero, petición que desde la presidencia le aprobaron.
Sin embargo, el sobrero, que le permitió lucirse y hacer las cosas muy bien hasta las banderillas, pues el rejón de muerte no cayó en el sitio y el animal no terminaba de doblar. Estaba demasiado entero, así que se bajó del caballo y trató de descabellar, sería en ese momento cuando la rejoneadora sufriera un feo percance por la espalda, justo al lado de las tablas. El astado estaba con ella, no hacía caso a los quites de su cuadrilla, ni a los de El Fandi, que agarró al toro para poder quitárselo de encima.
No había manera de que encontrara la muerte, así que salió para buscar a su caballo y volver a dejar el rejón de muerte. Tuvo que volver a descabellar para poder pasaportar al último de la tarde.