Noticia
PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
Madrid ha recuperado la razón. La capital se ha inundado con mar de gente comprometida con nuestras tradiciones, de lo que se supone que todos deberíamos defender. Sin embargo, desde hace unos años, políticamente, nos han querido mantener silenciados, pasando desapercibidos. El Mundo Rural ha dicho basta y así lo ha demostrado, en una manifestación multitudinaria, ejemplar, responsable y muy reivindicativa.
Antonio Bañuelos, la Fundación Toro de Lidia, Cayetano Rivera, Román Collado, Manuel Escribano, El Juli, Ginés Marín, El Fundi, José Garrido, Bohórquez, la Unión de Criadores de Toros de Lidia… Una larga lista de empresarios dedicados al sector y profesionales taurinos como matadores de toros, novilleros o ganaderos, se han acercado para defender al mundo rural y portar una de las pancartas que se han lucido por las calles de Madrid.
La Tauromaquia ha salido a las calles, uniéndose al Mundo Rural. “Soy Mundo Rural, Soy Tauromaquia” se une junto con la agricultura, la ganadería, la caza, nuestro campo y su cultura y tradiciones, reivindicando los siguientes puntos:
- La defensa y promoción de la actividad derivada de la ganadería de bravo como patrimonio cultural.
- La regulación fiscal reducida para la venta del toro bravo como producto cultural
- Protección, desarrollo y difusión de las razas puras, con especial atención a las razas autóctonas españolas, como valor de nuestro patrimonio genético y natural.
- Plan de promoción del agroturismo generando riqueza al medio rural pero respetando la actividad agraria.
Una llamada de atención al Gobierno, ya que la situación del medio rural está en alto riesgo de despoblamiento, con políticas públicas de visión urbana y totalmente alejadas del mundo rural, con una infinidad de dificultades a los profesionales, que suponen continuos ataques a la gente del campo.
La Tauromaquia no se limita a las tardes en las plazas de toros, los festejos son el punto álgido de la Fiesta, donde se representan los valores, el esfuerzo, trabajo y sacrificio de todos los profesionales taurinos. Sin embargo, no nos podemos olvidar de que existe un arduo trabajo en el campo, de la mano de los ganaderos de bravo, siendo este el origen de todo, el origen del toro bravo. Qué sería de todos nosotros sin el trabajo de las ganaderías, la agricultura y la sostenibilidad del campo.
El siglo XXI ha llegado, pero no para avanzar, sino para coartar nuestras libertades, modificando la mentalidad hacia una sociedad vegana, generando una situación en la que el campo agoniza. Se necesita un cambio de políticas que hagan al campo y a su actividad productiva sostenible.
La gente del mundo urbano se alimenta de lo que el mundo rural produce. Las manzanas no nacen en los supermercados, ni por arte de magia, nacen gracias al sacrificio de los profesionales que se dejan la vida para que todos nosotros tengamos a nuestro alcance unos bienes de necesidad primaria.
La Tauromaquia está en un momento delicado frente a todos los lobbies animalistas que hacen un ataque indiscriminado a lo que no conocen. La Tauromaquia no es incompatible con la política, ni siquiera con los gustos de la sociedad moderna, siempre ha convivido con ello. La Tauromaquia solo es incompatible con la necedad.
El mundo rural se conoce en el campo y todos necesitamos que nos respeten, nos ayuden y colaboren en el desarrollo de todas las explotaciones ganaderas, en las actividades de los agricultores, la Tauromaquia, la caza, el campo, de nuestra cultura y de nuestras tradiciones. “Todos juntos por el campo”.
