David Galván, matador de toros natural de Cádiz, tomó la alternativa hace diez años y desde entonces no ha parado de evolucionar, siempre en ascenso. A día de hoy no cambia nada de lo que ha vivido, pues todas esas experiencias son las que hacen que se encuentre con más ilusión que nunca. Está totalmente mentalizado para afrontar su compromiso en la Copa Chenel, enfocado en apasionarse con lo que hace delante del toro. El próximo sábado 26 de marzo trazará el paseíllo en Alalpardo junto con Francisco J. Palazón y Sebastián Ritter, para medirse a los toros de El Retamar y José Escolar. Una tarde en la que se disfrutará de una terna ilusionante, con tres toreros de personalidades muy diferentes y con un desafío ganadero, con dos encastes de matices muy marcados. 

Profesionalmente me definiría como un torero con personalidad. Siempre intento estar enfocado en apasionarme con lo que hago delante del toro. Esa personalidad y esa expresión que saco al torear, inteto que sea siempre diferenciadora y distinta a los demás en cuanto a mi concepto. La personalidad quizá sea la mejor baza para poder definirme como torero.

Ha sido una evolución constante, siempre ascendiendo, porque ha sido una carrera profesional hasta el día de hoy muy intensa con muchos momentos, con connotaciones de todo tipo. Sinceramente, no cambio nada, a día de hoy puedo decir con rotundidad que no cambio absolutamente nada de lo que he vivido, porque precisamente todas esas experiencias son las que hacen que a día de hoy me encuentre con más ilusión que nunca, más motivado y más preparado mentalmente. La madurez en los diez años que llevo de alternativa creo que ha sido una madurez ascendente.

Me parece una terna ilusionante, somos tres toreros con tres personalidades diferentes, tres conceptos basados, creo, en el compromiso con nuestra profesión y en la entrega, por encima de todo. Creo que es una terna interesante de cara al aficionado, porque somos toreros que interpretamos el toreo de forma diferente.

El desafía ganadero, en este caso, cobra una importancia muy interesante de cara al aficionado. Con dos encastes totalmente diferentes, con matices muy marcados en ambos casos y que hace que tenga un atractivo muy importante.

En la corrida y en sí la esencia de la Copa Chenel, el protagonista es el toro y después  los matadores que estamos acartelados. Puede ser una tarde muy importante para todos los que estén presentes.

Tengo las expectativas siempre altas, en dar los máximos resultados, los más rotundos a corto plazo, esos son los argumentos que quiero dar este sábado 26 de marzo. Quiero dar la mayor dimensión de mí para que a partir de la tarde del sábado germine todo que siempre he querido.

Soy partidario de que en lo que nos enfocamos y en lo que trabajamos en el presente, es lo que realmente sembramos en ese corto plazo, lo que después va a germinar en el futuro. No me gusta hacerme expectativas de lo que pasará después.

A lo largo de mi profesión, he comprobado que crearse expectativas muy a largo plazo no beneficia los resultados a corto plazo. Entonces intento enfocarme en la corrida del sábado, para que sea una germinación de lo que he sembrado en ese corto plazo.

Muchas veces te creas pensamientos que son totalmente subjetivos e irreales, llamémosles miedo o inseguridades, que después no suceden. Eso lo que hace es limitarnos, por ello intento enfocarme en el día a día y vivir el momento con intensidad para que ese momento sea lo que me lleve al objetivo. Aunque, ese objetivo lo dejo un poco en manos de Dios, tomando yo la acción masiva en el momento. Eso me motiva, para  hacerlo a gusto y sin miedo, sin limitaciones. Lo hago con fluidez.

Siempre he sido muy disciplinado y me ha gustado mucho la preparación física. También me gusta mucho el toreo de salón, desde mis inicios. Soy una persona que me considero muy perfeccionista, siempre busco la perfección en todo lo que hago y, a veces, es un poco frustrante. Lo es, porque en esta profesión la improvisación está al azar y no se consigue ir sobrado de perfección, pero eso es lo que me motiva para seguir ahondando. 

En el plano físico, tengo un entrenador personal, con el que hago un tipo de entrenamiento específico, combinando el aspecto físico con aspectos neuronales que me sirven después para potenciar los aspectos de reacción, como la agilidad. Todos los aspectos necesarios que el toro después te demanda.

Cada compañero tiene su método y su fórmula. Esto no es una regla de tres, el toreo no es un deporte, el toreo es un arte y se mueve por sensaciones o sentimientos. Para sacar el máximo potencial, en mi caso, el complemento para alcanzarlo es el físico, tengo que encontrarme bien y preparado físicamente para llegar al máximo nivel.  

Me parece una labor para ponerla en valor, porque atravesamos momentos difíciles. Hay que superar muchos desafíos, así que tener personas que estén dispuestas a afrontarlos con esa fuerza y actitud, son de admirar y valorar. Para los chicos de la Fundación es uno de sus parámetros principales, esa actitud proactiva en crear y en inventar condicionantes que motiven a la afición y que muevan el sistema taurino.

Son formatos novedosos, contemporáneos, sobre todo con la esencia de lo de siempre, pero combinado con lo moderno. Hay una mezcla bastante interesante, además, me parece muy importante dar el protagonismo al toro y combinarlo con toreros con proyección, una historia, una personalidad y un concepto diferente. Toda esa mezcla enriquece.