sábado, 27 de abril de 2024

Falló la espada

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Noticia 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 
Valdemorillo abrió su Feria con una interesante novillada de Sánchez Arjona que prometía no dejar indiferente a nadie. Un elenco novillero de triunfadores daban forma al cartel de este viernes. Los espadas estuvieron por encima de los astados, buscando opciones y salidas a unas faenas que se veían limitadas ante la falta de entrega. Muchas teclas en una tarde en la que la garra  y raza de Fonseca salió a relucir, que sin recibir nada a cambio por parte del astado, insistió tras el. Álvaro Burdiel encontró armonía con el que posiblemente fuera el mejor astado de la tarde. Sergio Rodríguez recuperó los olé en los tendidos, a base de suavidad y algún que otro percance del que se esperaba lo peor. Manuel Diosleguarde quiso sobre el pitón derecho, llevándolo muy despacio, pero la espada… Yon Lamonthe, al igual que Manuel Perera, no encontraron el sabor a la faena, los astados les complicaron su quehacer en el último tercio. Seis novilleros, con seis conceptos muy diferentes se encargaron de poner lo que los animales no pudieron. Sin embargo, se les resistieron los aceros, demorando la muerte de los novillos y enfriando los tendidos. Destacó el valor, la entrega y la armonía en Valdemorillo, aunque sin llegar a romper.
Rompía el paseíllo en Valdemorillo y salía el primer novillo de la tarde, de la ganadería de Sánchez Arjona, de nombre “Adobado” al que recibió en su percal el espada Manuel Diosleguarde. Lo frenó y enceló, sacándolo hacia los medios, tratando de atemperar su embestida. El tercio de varas transcurrió entre palmas.  Empezaba el último tercio, brindó al público, para tantearlo por ambos pitones, obligándole por abajo, abriendo el compás, sacándolo del tercio. Probó las distancias largas, para despues llevarlo cosido, ligando un muletazo con otro. Lo probó por naturales, sobre un pitón izquierdo que soltaba a la ligera, pero que encontró acople. Retomó la mano derecha, toreando con mayor profundidad y desmayo, intercalando tiempos, dosificando la entrega del animal, aguantándole en la tela. Encontró ligazón y continuidad, saboreando las pinceladdas que el animal le otorgaba. Ejecutó la suerte suprema sin acierto al segundo intento, tras una faena bien trazada, pero algo larga. 
Yon Lamothe frenó, abrió y guio con la seda a “Telonero” en su saludo comedido. Bien ejeutado el terecio de varas. El quite lo protagonizó Isaac Fonseca, que sin réplica, se dio paso al tercio de banderillas. Brindó al público e inició la faena de muleta junto a las tablas, buscándolo por abajo, probándolo, tirando de un animal reservado. Fuera del tercio, fue probando la distancia, hasta que este tomara la tela y se pudiera aprovechar la inercia. sIn embargo, había que mantenerlo y aguantarlo, soltaba la cara en la mitad de los muletazos. Tampoco se le podía exigir en exceso, pues perdía las manos.  Requería mucho toque y suavidad, a cámara lenta. Siguió sobre el pitón izquierdo, al natural, reestructurando el planteamiento después de que el animal pasara. Pidió paciencia, pues le puso empeño y entrega, mimándolo, pero sin mucho más que rascar, conluyendo en las tablas, acortando la distancia. Deslució la espada.
Fonseca se fue directo a la puerta de chiqueros para recibir al tercero de la tarde a portagayola. Continuó el saludo en el tercio, dándole sitio, tratando de acompasar al astado. Reinó el caos en el tercio de varas y banderillas, con un novillo de intencionns dudosas y que hacía hilo. El último par fue el más aplaudido, con razón. se dispuso en los mismo medios para iniciar la faena, dejando un pase cambiado por la espalda a pies juntos, muy muy ajustado. siguió alternando, sin probaturas, dejando clara su declaración de intenciones. Entre adornos y precisión fue ahormando los primeros compases de la faena. Muletazos de trazo largo, en los que había que dejársela muy puesta para que el animal no se fuera a tablas, algo que acusaba desde el principio. Fonseca fue tras él, sin que se le escapara, toreando por naturales en el tercio, uno a uno, muy despacio, guiando su embestida con los vuelos. No hubo fijeza, tampoco se pudo hablar de una tanda completa, pues acudía a tablas. El animal se recorrió toda la plaza, ante un Fonseca firme que no dejó de insistir, jugando los con vuelos, en un tira y afloja en el que el mexicano se entregó.  Falló con los aceros.
Manuel Perera recibió al cuarto de Sánchez Arjona a portagayola, muy ajustado. Después, siguió aprovechando el juego de sus brazos, abriéndolo, envolviéndolo en el capote.  Tras los correspondientes tercios, Perera acudió a los medios para brindar el novillo. Fue a su encuentro para postrarse de rodillas y empezar a ligar desde abajo. Fue un inicio suave. Continuó en los medios, con un cite  delantero, cruzándose, lo invitaba a entrar enn el engaño. Entre teclas, lo fue llevando, templando, pues el animal levantaba la cara, entrando recto en la tela, permitiendo los pases de uno en uno o de dos en dos.  En el toreo al natural, le echó la manao abajo, dejándosela muerta en el morrillo, con una ligera brusquedad para que se decidiera a entrar en la tela. Cada vez más parado, con una embestida que muy poco transmitía. Jugó en sus terrenos, acortando distancias, pero no hubo sabor.  Cerró por manoletinas y dejó una estocada de poco acierto.
Álvaro Burdiel se estiró y lució en el capote con el de Sánchez Arjona. Inició el último tercio sacándolo al paso, con unos leves pases de tanteo. Fuera  del tercio, el novillero aprovechó la larga distancia para después tomar la inercia y encelarlo en los vuelos de la franela. Toreó con quietud y profundidad, bailando con cada embestida. Presentó movilidad y ritmo, fijo en la tela, a pesar de que se quedara ligeramente corto en la muerte de cada natural. Trató de alargar todo lo que pudo, tranzando un pase largo y estructurado, con paso atrás y vuelta a empezar encontrado acople y armonía, sin deslucir. Toreó en redondo, llevándoselo hasta el final y dejándosela muy puesta. 
Sergio Rodríguez recuperó los “olé” en la tarde, con un saludo capotero que basó en verónicas.  Inició el último tercio de rodillas, dejando algún que otro momento de apuros. Volvió a la cara del astado y dejó el tanteo de rodillas para empezar a llevarlo sobre el pitón derecho. Dejó el pico por delante, buscándolo en el morrillo. El animal necesitaba ser sometido, levantaba la cara y se apoderaba de la sitaución pasando por encima del estaquillador.  Le bajó la mano y ya sobre el pitón izquierdo, cruzándose, ralentizó el movimiento de brazo y muñeca para encontrar el punto a las embestidas y no adelantarse al astado. Volvió con la derecha, metiéndose en su terreno, sin salir del tercio, dio forma a la faena, calando en los tendidos. el animal no permitía errores, se metía por dentro, buscando y sabiendo lo que dejaba atrás. el animal terminó por prenderle, en un percance del que se esperaba lo peor. No quiso pasar por la enfermería, ni se miró, volvió a la cara del animal para culminar su faena y dejar una estocada casi entera, pero que no fue suficiente.
Valdemorillo. Novillos de Sánchez Arjona para Manuel Diosleguarde, ovación tras aviso; Yon Lamothe, palmas; Isaac Fonseca, ovación tras aviso; Manuel Perera, silencio; Álvaro Burdiel, ovación;  Sergio Rodríguez, ovación.

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