jueves, 2 de mayo de 2024

Luque corta la única oreja de la tarde

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Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

Madrid albergaba una nueva tarde de toros, la octava de la Feria de Otoño, una tarde de “No hay billetes”. El Juli, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque dieron forma al cartel, junto con los astados de Santiago Domecq y La Ventana del Puerto. Variedad en embestidas y entrega, siendo manejables, acusando de salir de la franela con la cara alta y acortar su recorrido. El Juli no terminó de romper en Las Ventas, pasó sin pena ni gloria con faenas muy comedidas y estocadas de poco acierto. Perera estuvo a la altura de lo que se esperaba, con faenas de sello personal, en las que cumplió, cerrando en las distancias cortas. Luque brilló en la tarde cortando la primera y única oreja de la tarde, derrochando poder y dominio, metido en el sitio, reestructurando cuando era preciso. Con el segundo de su lote no encontró el acople del primero, un tira y afloja en el que el toro no le dio facilidades.

Abrió la tarde un ejemplar de Santiago Domecq, al que El Juli enceló en la tela, recogiendo la embestida  abriéndolo, pero sin terminar de fijarlo. Lo tanteó en la franela, por abajo, por ambos pitones, sacándolo a los medios. Un inicio muy comedido que dio paso a una serie por el pitón izquierdo en el que el sitio estuvo ausente. Citaba y lo dejaba pasar, sin decir nada, evidenciando sus salidas por alto y gobernadas por la brusquedad  lo mostró por el pitón izquierdo, acercándose al tercio, sin poder contar una serie completa. La espada fue un calvario, acertó con el descabello.

El segundo de la tarde, un ejemplar de La Ventana del Puerto se frenó en el percal de Miguel Ángel Perera, sin terminar de fijarse. Se ejecutó un tercio de banderillas excepcional y que el público supo recompensar con una profunda ovación. Brindó al respetable se fue directo a los medios, para empezar el último tercio a base de pases cambiados, el péndulo, ciñéndoselo por la espalda y abrochar su inicio con un pase de pecho. En la media distancia, aprovechó la inercia del primer muletazo para completar la serie, templándolo por abajo, encajándose con el. La emoción afloró en los tendidos con una aficionada que empezó a cantar, a lo que el siete respondió con palmas de tango. Mientras tanto, en el ruedo, Perera trataba de dominar a un astado que por el pitón izquierdo se reservaba mucho más, parándose en mitad de los naturales, pero a base de voz y toque prolongado logró robarle el toreo al natural. Volvió a la derecha  acortando distancias, para adentrarlo y después llevarlo hacia atrás con todo su cuerpo, mostrándole una salida. La estocada de mala ejecución.

Luque se estiró a la verónica con el primero de su lote en los lances de recibo. Lo sometió por abajo en los primeros compases de la faena de muleta. Fuera del tercio, encontró acople culminando la primera serie sobre el pitón derecho. Le bajó la mano y le dejó los vuelos en la cara, enlazando un muletazo con otro, sin quedarse fuera, metiéndose en sus terrenos y reestructurando, en el sitio. Con un ligero toque le adelantaba los vuelos, enganchando la embestida desde delante. El animal levantaba la cara, necesitaba tiempo después de tanta muleta. Volvió, tras una tanda sobre izquierdo, al derecho jugando en las proximidades, transmitiendo a los tendidos. Dejó una buena estocada.

El Juli logró captar la atención del segundo de su lote, al que pudo lancear a la verónica hasta sacarlo del tercio. No esperó para recibirlo en la franela, cambiándole rápidamente los terrenos, sacándolo a los medios. Tocaba con firmeza, perdiéndole pasos después de cada muletazo. Por el pitón izquierdo, su embestida no era tan clara, buscaba y salía con la cara alta. Retomó la mano derecha, donde se encajó, arqueándose, llevando con todo su cuerpo la embestida del astado. Le bajó aun más el engaño y con el pico abrió para después recoger. Lo dejó pasar sin terminar de exprimirlo. En esta ocasión, tampoco encontró acierto en la suerte suprema.

Perera tiró del astado hacia delante, sin dejar que se fuera del percal. De nuevo, destacó el tercio de banderillas. Empezó en el tercio la faena de muleta, por estatutarios, dejándolo pasar por alto, para después rematarlo por abajo. La primera serie sobre el pitón derecho fue ovacionada por el respetable y es que el público estaba entregado. Citaba y arrastraba, llevándolo metido, aunque justo, había que respetar su altura. Entre series lo dejó respirar, retomándolo, en esta ocasión, sobre el pitón izquierdo, cruzándose, dejándole la mano atrás, tratando de alargar su recorrido. Quiso dar un punto de emoción y empezó a arrimarse, acortando las distancias, ajustándose las embestidas a la bragueta. Mató con aseo.

Luque recibió a Lomito con un ramillete de veronicas rematado con una media.  El inicio de faena del diestro vino acompañado por un silencio sepulcral, en un tanteo ligero en el que mimó la embestida, comprobando sus fuerzas. Las primeras tandas fueron meritorias,  sin que este se sintiera podido tomaba la franela con violencia, volviéndose con la cara alta, quedándose prácticamente encima, sin margen de error. Una faena de aperturas en el que abrió la embestida. Con el uno a uno, de poder a poder, en el tercio, logró robarle alguna que otra embestida. Luque estaba por encima, ante la escasa entrega que prestó el animal. Lo provocó a pitón contrario, haciéndolo todo el matador de toros. Culminó por manoletinas para después dejar una estocada efectiva, aunque de efecto tardío, que enfrió los tendidos.

Las Ventas. Toros de Santiago Domecq y La Ventana del Puerto para El Juli, silencio y palmas; Perera, ovación y ovación; Daniel Luque, oreja y ovación tras aviso.

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