jueves, 9 de mayo de 2024

Isaac Fonseca, firmeza y rotundidad en Villaseca

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Crónica

RICARDO BEDIA


  
Ignacio Olmos Víctor Hernández e Isaac Fonseca estoquearon un encierro de la ganadería madrileña de Baltasar Ibán, donde algunos de ellos parecían toros de plaza de segunda.
“Camarito” que fue el encargado de abrir plaza, fue recibido a portagayola atropellando al novillero. Salió corretón después de encontrarse con Ignacio Olmos, presentaba poco celo en su comportamiento y estaba distraido. Acudió con fuerza al caballo. Recibió un largo puyazo metiendo bien la cara y empujando abajo en el peto. No se hizo quite. El novillo galopa boyante en el tercio de banderillas, en el cual una tarde más se lució el banderillero José Otero, que por enésima vez se tuvo que desmonterar en esta Feria de Villaseca de la Sagra. No hubo quite. Brindó el novillo a un aficionado. Con cinco lances se sacó el novillo a los medios. El novillo tenía una embestida descompuesta, el novillo se quedaba corto al fina de cada serie. Cuando coge la muleta con la mano izquierda el novillo se quedaba más corto y la embestida quedó más descompuesta. El final de la faena fue con circulares en el tercio saliendo volteado al final de un muletazo. Se le fue la mano al entrar a matar y la espada quedó baja, dandose cuenta del error sacó el estoque inmediatamente. Le dio un pinchazo en lo alto y la estocada final fue fulminante. Silencio.
“Arbolario” salió corretón y Victor Hernandez lo saludó con el capote para enseñarlo a embestir, logrando, cuando el novillo se centró en la lidia alguna verónica estimable. En varas, el animal va largo empujando con la cabeza baja metiendo los riñones y recibiendo un puyazo eterno. Al salir del caballo dio un arreón desarmando a uno de los subalternos. Quiso exhibir al astado poniendolo una segunda vez al caballo. Brindó el novillo al público y la faena comenzó con lances de rodilla flexionada. Las series fueron de mando, rotundidad, el trazo era largo y todo por abajo. Cuando cogía la muleta con la mano izquierda los muletazos tenían menos calidad pero igual de emocionantes, acababa el novillo dando un tornillazo en cada final de muletazo. El toreo de cercanías tenía gran exposición. La faena de muleta se culminó con unas manoletinas ceñidas y dos muletazos con la rodilla flexionada con mucho sabor. En la suerte suprema al novillero se le fue la mano abajo sacando el estoque cobrándose una estocada entera en todo lo alto. 
“Fusilito” era el tercero de la tarde y primero del lote de Isaac Fonseca, lo recibió con una larga cambiada y un ramillete de verónicas acabando en los medios. La embestida del de Baltasar Iban era repetidora y por abajo. Lo puso en suerte para que fuera al encuentro con el picador en los medios, yendo el novillo alegre, aunque en el embroque hubo mucho cabeceo. Esta vez sí que hubo quite y consistió en unas gaoneras muy ceñidas, que hicieron sonar los “uy” en los tendidos. En la brega durante el tercio de banderillas el novillo embiste con codicia y humillación. La faena de muleta empezó en los medios con unos emocionantes muletazos de rodillas, que calentaron al público. Las series eran de torero de poderío, pasándose al animal muy cerca, recordando aquella máxima del toreo del siglo XIX de ‘O se quita usted o le quita el toro’, Isaac Fonseca no se quitaba. Una serie de cuatro naturales y el pase de pecho puso los tendidos como un manicomio. El desplante fue torerísimo. Cuatro manoletinas muy ajustadas y acabó la faena. Un estoconazo mató al novillo. Dos orejas.
“Clavillero” fue el cuarto de la tarde. Los lances de saludo con el novillo codicioso y embistiendo por abajo. Cuando salía el caballo al ruedo se encontró con el caballo y empujando en el peto se llevó el caballo hasta el tercio, empujando con la cara arriba. Puesto otra vez en suerte, empujó sin celo y otra vez con la cara por las nubes. En la brega de banderillas se pudo observar que el novillo embestía boyante, alegre y con un tranco largo. Brindó el novillo al público. El inicio de faena fue con la rodilla flexionada llevándolo hasta el tercio. Esa embestida había que dominarla y pedía ser llevado por abajo y con rotundidad. Los naturales resultaban largos y profundos. Casi toda la faena fue de toreo al natural. Sin embargo, cuando el novillo fue a menos y tuvo que darse el toreo de cercanías fue con la derecha. La suerte suprema fue con una estocada entera al primer encuentro, el toro murió en el tercio tragándose la muerte. Hay que reseñar que en el embroque del novillo y el novillero se llevó un golpe del cual se dolía Ignacio Olmos. El novillo fue ovacionado en el arrastre y el público obligó a que Ignacio Olmos saludara desde el tercio.
“Peletero” fue el quinto de la tarde. Oficialmente será un novillo, pero tiene todas bendiciones para llamarlo TORO. Se dio una ovacion al novillo, el saludo de capote fue para encelar al novillo que estaba distraído. En varas mucho cabeceo en el peto y poca pelea; sonaron las palmas de tango. El quite después del tercio de varas fue todo estética, una combinación de lances diferentes por la espalda. En banderillas se dolió. La faena de muleta empezó en el platillo con unas bernardinas. El novillo embestía al ralentí aunque un tanto distraída al acabar cada lance lanza un trallazo, y en uno de esos, desarmó a Victor Hernandez. Mató de un estoconazo teniendo que usar el verduguillo. Silencio.
“Tomillero” fue el último del festejo. El trasteo con el capote comenzó con una larga cambiada y un ramillete de verónicas que el novillo tomaba  con las manos por delante. En el tercio de varas el novillo se arrancó al caballo y lo arrastró hasta los medios entre los gritos del público, pues  parecía que el novillo había quedado mermado. En banderillas, embestía con poca codicia. La faena de muleta se inició en los medios con una tanda con la derecha de cuatro muletazos y el de pecho. Se pudo hablar de temple en las telas. El novillo pronto se paró, le costaba arrancar. Se defendía en el fin del muletazo, que llegaron  de uno en uno. En el toreo de cercanías, hubo exposición, ligando muletazos cuando no le quita la muleta de la cara. Tres manoletinas y el de pecho fueron el fin de faena. La suerte suprema fue defectuosa, usando erróneamente los aceros. Escuchó dos avisos. Silencio.
Novillos de Baltasar Ibán para Ignacio Olmos, silencio y silencio; Víctor Hernández, ovación y silencio e Isaac Fonseca, dos orejas y silencio tras dos avisos.
Algo a destacar es que el mayoral dio una vuelta al ruedo

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