lunes, 29 de abril de 2024

Miguel Aguilar y “Escultor” destacan en la última del Alfarero de Oro 2021

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 Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

Villaseca de la Sagra cerraba la XXI edición del Alfarero de Plata con un concurso de ganaderías en el que destacó “Escultor” de Conde de Mayalde, el cierraplaza que le tocó en suertes a Miguel Aguilar. Trazó una faena de mucho sabor en el que se gustó sobre el pitón derecho, dejándosela muerta, arrastrando la tela y tirando del animal que seguía la tela, humillando y colocando la cara. José Cabrera abrió la tarde con el de Miura, un ejemplar complejo que llegó a prenderlo. No se terminó de entender con el segundo de su lote. Cristián Pérez no tuvo acierto en la suerte suprema, empañando su labor de entrega con la espada.

Cabrera recibió al de Miura a portagayola, quedando a su merced, se lo tuvieron que quitar el animal de encima. El tercio de banderillas lo protagonizó el propio novillero, culminando con un par al violín. Empezó la faena de muleta genuflexo, tanteándolo por abajo, llegando a perder las manos el astado. Lo sacó más allá del tercio, le abrió el compás para después cerrarlo en un trazo curvilíneo, llevándolo ligado. Se cruzó y provocó buscándolo a pitón contrario, para que el animal atendiera al cite. Los muletazos se volvieron cortos, sin exigencias por abajo, ante la bronca embestida, que no terminó de dominar, pasándolo sin que terminara de romper. Mató al segundo intento con una estocada en la que el animal dobló tragándose la muerte.

Cristián Pérez tampoco se lo pensó, lo saludó con una larga cambiada de rodillas, para después estirarse con él, pero sin terminar de encelarlo, aunque guiando poco a poco su embestida. Tras brindar al público lo recibió en la franela con un pase cambiado desde los medios.  Se decidió sobre el pitón derecho, por donde salía con la cara alta. El animal atendía a las distancias largas, por lo que después, el espada aprovechaba la inercia para continuar las tandas con ligazón y mucho ritmo. En el toreo Al natural, le tocó algo más la tela, había que medir más y desaceleró el ritmo. No humillaba  aunque entraba con obediencia, siguiendo los engaños al compás que este se los recetaba. 

Miguel Aguilar frenó al de Prieto de la Cal, al que había que abrir con los brazos y enseñarlo a embestir. Entraba recto. Lo tanteó, entre el peligro sordo que le proporcionaba el de Prirto de la Cal, con una embestida incierto que demandaba un toque firme y bajo que lo metiera y dominara. Seguía entrando recto y buscón, sabiendo lo que había detrás de la tela. Se metía por dentro y tras varias probaturas sobre el pitón derecho, cambió la ayuda por la espada y ejecutó la suerte suprema con aseo.

El de Victorino Martín fue protestado en su salida, pero metía la cara colocándola en el percal de Cabrera, que fue envolviendo la embestida. El espada brindó el novillo a Jesús Hijosa, alcalde de Villaseca de Sagra. En los primeros compases lo probó por abajo, sin terminar de encontrar el término medio, con un ritmo frenético. El de Victorino era muy pegajoso  se quedaba encima, aunque humillaba y colocaba la cara en la franela de Cabrera. Se pudo encajar con el, construyendo tandas medidas en las que no veía la manera de cortar. Hubo sabor en el toreo al natural, deslució la muerte de cada tanda. No se entendieron en la suerte suprema, faltó acople en la faena, en general.

Cristián Pérez saludo a un ejemplar de Cuadri, muy comedido y sin excederse con el. El tercio de varas volvió a ser protestado por el respetable, con varios puyazos fuera de sitio, probando desde la lejanía. Compensó el tercio de banderillas. Empezó la faena de muleta exigiéndole por abajo  genuflexo, buscando una humillación que no terminaba de llegar. Habia que bajarle la mano, pero una vez encontrado el compás, el tiempo y el sitio que demandaba las tandas se construyeron uno a uno, sin dejar nada a su suerte, reestructurando cada muletado para no darlo fuera de sitio. Lo buscó y provocó a pitón contrario. La espada fue su talón de Aquiles, que antes de que el animal doblara.

Miguel Aguilar le dio sabor a la tarde con un saludo capotero en el que se permitió el lucimiento. En el tercio de varas el astado buscó el pecho. Emocionó el inicio de faena de Miguel Aguilar, de rodillas desde los mismos medios  toreando, dejándosela puesta, para después empezar a llevarlo sobre el pitón derecho, muy largo con profundidad y determinación, sometiendo a un novillo que bajaba y metía bien la cara, probablemente era el mejor ejemplar que se lidió en la tarde. Miguel Aguilar, dosificó las embestidas, para después encelarlo en tandas cortas y muy medidas en las que se envolvió con él a base de toque y dejársela puesta. La cadencia y el toreo de su muñeca y cadera se adueñó de el albero. Se la dejó muerta en el morrillo para después arrastrarla sobre la arena, a cámara lenta y tirar de un animal que le permitió torear y expresar. Cerró igual que empezó  de rodillas, para culminar con una estocada ligeramente trasera y tendida.

Villaseca de la Sagra. Novillos de Miura, Partido de Resina, Prieto de la Cal, Victorino Martín, Celestino Cuadri y Conde de Mayalde para José Cabrera, ovación y ovación; Cristián Pérez, silencio y silencio; Miguel Aguilar, silencio y oreja.

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