Anécdota Taurina

Sucedió en la temporada de 1975, tras la lamentable actuación que tuvo en la plaza de toros Monumental de Barcelona el matador de toros jerezano Rafael de Paula, quien se negó a lidiar y matar a uno de los astados de su lote. Aquella tarde dio lugar el torero gitano a un escándalo tan formidable, que fue castigado con la consiguiente multa, además de la prohibición de ejercer la profesión durante tres meses. Días después, el ministro de agricultura, señor Allende y García – Báxter, estuvo en visita oficial en Jerez de la Frontera. El ganadero de reses bravas Don Alvaro Domecq y Diez obsequio en su finca ” El Paquete ” con una copa del oro embotellado de la tierra al ministro. Entre los invitados figuraba Rafael de Paula quien fue presentado para que expusiera su problema al señor Allende.

“Mire usted, señor ministro, reconozco mi culpa pero no creo que la cosa merezca tanto castigo. Además, hay que tener en cuenta que de mi dependen ocho hombres inocentes que se han quedado sin trabajo. Y, sobre todo, que yo no he matado a nadie. Por no matar, la verdad es que no maté ni al toro”.