domingo, 5 de mayo de 2024

Jesús Llobregat, dos orejas y rabo en Navas de San Juan

Facebook
Twitter
WhatsApp

Noticia

GUARISMO DEL OCHO


  

Navas de San Juan albergaba la segunda semifinal del XXVII Ciclo de Novilladas Sin Picadores que organiza la A.A.E.T. ‘Pedro Romero’. Una novillada variada en la que los ejemplares exigieron, obligando a los novilleros a buscar las vueltas y recurrir a la técnica. Las dificultades no evitaron los triunfos, pues no les faltó ganas y empeño, que a pesar de tener sus faenas más que culminadas, quisieron aprovechar todas y cada unas de las embestidas, sin dejar pasar la oportunidad que este sábado se les ofrecía. El nivel se mantuvo alto antes los ejemplares de Apolinar Soriano.

“Aguaclara” y Miriam Cabas abrían la segunda semifinal del Ciclo de Novilladas. El novillo salió frenándose, sin terminar de rematar, Mirian lo trató de frenar y fijar la embestida, recogiéndolo, sin conseguir que el animal se centrara en el percal.  Había que tocar y centrar, el animal se metía por dentro, arremetiendo contra la tela. La novillera lo fue templando, sin probaturas, bajándole la mano, dejándosela puesta en el morrillo, tocándole, hablándole, buscando la fijeza y suavidad necesaria para las series. Lo buscó a pitón contrario, en la larga distancia, aprovechando la inercia, dejándole la franela delantera y a media altura en el toreo al natural. Lo citaba con el pico, tirando del animal, tratando de ordenar las embestidas. Cerró por manoletinas, para después lograr hundir el acero al segundo intento, sin evitar recurrir el golpe de cruceta. 

Javier López Peregrino recibió al segundo de la tarde, después de que este se emplazara en los medios, ganándole terreno, con suavidad y torería, mostrándolo por ambos pitones, mientras se estiraba a la verónica. Lo tanteó por abajo en el inicio de la faena de muleta, sacándolo hacia fuera. Siguió, templando a un astado protestón, pero pronto que permitía la pulcritud ligada en los tres primeros muletazos. Hubo algún que otro derechazo interesante en el que el novillo tomó la muleta planeando. Pedía el carné, había que aguantarlo, con una embestida variante. Se hizo con él, tocándole, metiéndose en sus terrenos, aprovechando todo lo que el animal ofrecía, aunque quedándose corto. Los cuartos traseros tiró del novillero y lo dejó a su merced sobre el albero, afortunadamente, no hubo consecuencias. Tras un meritorio cierre la espada hizo guardia.

Mario Sánchez lo lanceó con suavidad, acompasando la embestida con todo su cuerpo. Inició el último tercio de rodillas, con un sutil toreo en redondo, hasta rematarlo con el de pecho, pasándoselo por alto. Mario encontró el ritmo, con verdad, dándole el pecho, esperando el encuentro, con suavidad, pero sin terminar de cruzarse. Le bajó la mano, llevándole recto, dándole media distancia, prestando especial atención al pitón derecho del novillo. El espada trazó series continuadas y bien abrochadas, pero buscando siempre la ligazón, sin dejar de hablarle y tocarle. El novillo se sentía podido, así que Mario volvió a los mimos y la despaciosidad, dejando que marcara los tiempos. Cerró igual que empezó, de rodillas, para después recitarle una estocada ligeramente caída con la que tardó en doblar.

“Alpargatejo” marcó el ecuador del festejo, mientras tanto, Jesús Llobregat lo esperó sentado en el estribo. Arremetió con violencia en el capote del novillero, que intentó de abrirle, pero sin lucimiento. El eral protestaba y entraba  con cierto recelo en la franela. Empezó la faena por abajo, genuflexo, probándolo brevemente. Ordenó y suavizó las embestidas, ordenándolas, perdiéndole un paso atrás para girar sobre su cuerpo y ligar los muletazos, con gusto y transmisión. Encontró las teclas del cuarto de la tarde. En el toreo al natural, basó su faena en el sitio y el tiempo, recetándole naturales que derrochaban raza, poder y determinación. Todo ello, acompasado por la profundidad y genio que el novillo se gastaba en la tela. Toreó encajado de riñones, mirando cada detalle, perfilando cada embestida, sin dejar que le dominara. Los ayudados por alto lo llevaron directo a la suerte suprema. Dejó un estoconazo en todo lo alto.

Al quinto novillo de la tarde lo recibió El Moli de Ronda con una larga cambiada de rodillas desde el tercio, para después estirarse con él a la verónica. En los primeros compases de la faena lo probó, midiendo las fuerzas y altura que el animal demandaba. Le bajó la mano, muy de riñones, esperándolo, con un toque muy personal. Se lo pasó a cámara lenta, haciéndole muy bien las cosas, jugando con los vuelos, que se los dejaba en el morrillo, aprovechando las embestidas que el eral le brindaba, dejándose llevar por las buenas maneras del espada, que toreó con quietud y un gusto exquisito, llevándolo muy metido. Quiso cerrar de rodillas, con el pecho por delante. Pinchó en la suerte suprema, para después dejar la espada contraria.

Cerraba la tarde Diego Bastos, que recibió al último de la tarde con una larga cambiada de rodillas, para después seguir por verónicas, derrochando gusto. El último tercio se inició con un leve tanteo lento en el que se empezó a dar forma a las embestidas que este ofrecía. Paró y se decidió sobre el pitón derecho, enroscándose con el astado, guiándolo con el brazo, mostrándole la salida, obligándolo a volver. Diego estuvo muy atento a los terrenos, evitando la querencia. Le dio sitio y tiempo, sin que el animal se sintiera podido y se rajara, había que llevarlo uno a uno, toreando con pulcritud y delicadeza. El animal se dejaba llevar, siguiendo los engaños que este le dejaba abajo, buscándole a pitón contrario. Le recetó una extraordinaria tanda por el pitón izquierdo, siendo una de las mejores de toda la tarde. Mató con acierto, después de pinchar.

Plaza de toros de Navas de San Juan. Novillos de Apolinar Soriano. Miriam Cabas, silencio tras dos avisos;  Javier López Peregrino, dos orejas; Mario Sánchez, dos orejas; Jesús Llobregat, dos orejas y rabo; El Moli de Ronda, ovación; Diego Bastos, orejas tras dos avisos.

Incidencias: Una novillada con inicio atípico en la que no hubo caballos ni música en el paseíllo.

Entradas Relacionadas

Scroll al inicio