domingo, 5 de mayo de 2024

Noche de muchas ganas en Toledo

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Noticia

RICARDO BEDIA


  
Los diestros Andrés Romero, Morenito de Aranda y Calita lidiaron y estoquearon un encierro de las ganaderías de Hdros. de Juan Tassara Buiza y Núñez de Tarifa (Antes Benjumea)
Sanluqueño fue el encargado de iniciar el festejo de toros que después de una jornada tórrida por el calor y al fresco nocturno se celebró en la plaza de toros de la capital imperial. La entrada fue de un tercio de aforo con cinco de los ocho tendidos de la plaza prácticamente desiertos.
La salida del toro, que debemos recordar era de rejones, se produjo de una forma curiosa, siendo encelado a la grupa del caballo con una chaquetilla de las que forman la parte superior de la indumentaria campera de los vaqueros, aunque el toro salía muy parado. Andrés Romero, tras ponerle el primer rejón de castigo parecía que el toro se animaba y rompería a galopar suavemente tras el caballo. La escasez de fuerzas en el animal se manifestaba cuando el auxiliar del rejoneador le lidiaba en el primer cambio de caballo y el toro embestía al capote con las manos por delante, defendiéndose por la poca fuerza. Cuando el rejoneador empezó a poner banderillas todo, absolutamente todo, lo tenía que hacer el rejoneador, poniéndose en evidencia aquel viejo dicho de ‘el toreo empieza cuando se para el toro’. Las embestidas del toro al caballo son cortas y violentas. Ya en banderillas cortas, estaba totalmente parado y esperaba a la llegada del caballo para defenderse. El final de esta lidia fue con dos pinchazos y un rejonazo entero que fue administrado entre las dos rayas de picar. El quehacer del jinete fue premiado con una fuerte petición de oreja que no fue oído desde el palco presidencial. El maestro montado saludó desde el tercio y se excusó de dar la vuelta al ruedo.
“Rematador” necesitó de seis lances para conseguir que se encelara en el capote de Morenito de Aranda, llevándoselo a los medios. El toro fue llevado al caballo con dos chicuelinas muy toreras y un lance para dejarlo en suerte. El toro empujó embistió abajo en el peto pero sin emplearse. El momento emocionante de esta lidia se dio cuando el maestro iba a pedir permiso al presidente para comenzar la faena y el torero que tenia la muleta recogida la tuvo que desplegar para quitarse al toro de en medio. Recordó este lance el lance al que dio fama al maestro Migue Báez ‘Litri’, conocido como el ‘Litrazo’. El toro no fue un dechado de fuerza, sólo toleró dos lances en cada tanda sin protestar, teniendo que desarrollar una lidia de enfermero. El toreo de cercanías se tuvo que ejecutar demasiado pronto, el toro literalmente no podía con el rabo. Tras varios intentos de irse a tablas, finalmente se fue a tablas y allí el maestro le dio unos pases de gran exposición. El matador entró a matar paralelo a tablas y allí cobró una estocada en lo alto de efecto fulminante que le valió cortar una oreja.
“Jarandero” salió corretón aunque sin rematar en los burladeros, el toro manifestó poca fijeza teniendo que ir tras él Calita para darle los primeros lances con el capote. La suerte de varas se desarrolló con un largo puyazo que el toro tomó empujando abajo. La embestida del morlaco era bronca y se lo piensa a la hora de arrancar. El torero viendo las posibilidades del animal lo brinda al público. La faena de muleta fue vibrante, la única de las cuatro lidias a pie que tuvo transmisión y que tuvo interés en los tendidos. La embestida del astado era repetidora y humillada. En uno de los pases con la mano derecha el toro le tropezó la muleta destrozándola. El trasteo acabó con cuatro manoletinas con mucho sabor. Todos en el tendido pensaban que si lo mataba bien el animal sería desorejado, pues no, el acero cayó bajo y tras cuatro golpes de verduguillo el toro cayó. Saludó desde el tercio.
“Rumano”, el cuarto de la tarde y segundo de rejones, para Andrés Romero, salió todavía más parado que el anterior toro de lidia a caballo. La lidia, toda la lidia de este toro, fue con arrancadas breves y violentas, defendiéndose. Todo lo tiene que hacer el rejoneador, manifestando una gran disposición. Incluso regaló al respetable varias cabriolas con el caballo. Como el toro no daba más de sí, no puso más que un par de banderillas cortas. Entró a matar y el rejonazo cayó en todo lo alto siendo de efecto fulminante. Quizás por esta faena o por el conjunto de las dos y por la buena disposición a agradar al público, se le premió con dos orejas, y el toro fue pitado en el arrastre.
“Pesadilla” salió distraído. El saludo capotero de Morenito de Aranda sirvió para ver las condiciones del toro. La suerte de varas constó de un fuerte puyazo donde el astado no empujó, durmiéndose en el peto. En la segunda entrada al caballo, salió escupido al sentir el hierro, tras salir del caballo que hace guardia fue al caballo que hacía puerta dándosele un picotazo y vuelta al caballo que hacía puerta. La lidia era un desgobierno. El animal era un manso de libro. La faena de muleta fue con pases de uno en uno y donde el toro quería. Un toreo de cercanías y con mucha exposición. Finalmente Morenito de Aranda entró a matar al hilo de las tablas, donde se había ubicado el toro. El maestro se cobró un estoconazo hasta los gavilanes aunque algo tendido. El toro tardó en doblar, requiriendo de un golpe de descabello. Su quehacer fue premiado con una oreja.
“Arrojado” salió corretón, huidizo ante la tela que le presentaba Calita. Tomó un puyazo largo y empujando abajo tras ir al caballo al relance. El sobresaliente intervino en quites con unas chicuelinas rematadas con una revolera, con mucho gusto estético. El toro embestía a arreones. Las series eran cortas aunque no con cierta emoción, el toro no permitía ninguna estética pues punteaba los engaños al final de cada pase. El trasteo acabó con un arrimón y un abaniqueo muy torero. La suerte suprema fue con un pinchazo y una estocada trasera y tendida. El premio a la faena del toro fue de una oreja.
Plaza de toros de Toledo. Toros de Hdros. de Juan Tassara y Núñez de Tarifa para Andrés Romero, saludos y dos orejas; Morenito de Aranda, oreja y oreja; Calita, aplausos y oreja.
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