viernes, 3 de mayo de 2024

Álvaro de Chinchón triunfa en el mano a mano de Chinchón

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 


Chinchón celebró un mano a mano, organizado por la empresa Pabecema, de mucho sabor en el que Manuel Rueda y Álvaro de Chinchón se midieron a los ejemplares de Blanca y Belén Ortega. Los astados dieron juego, con sus complicaciones y respectivas limitaciones, eran de series medidas y muy metidas, dejándoles, en algunos casos, tiempo y sitio. Los espadas encontraron el punto, cada uno dentro de sus conceptos. repartiéndose un total de cinco orejas, dos para Manuel y tres para Álvaro, resultando el pleno triunfador de este mano a mano, en el se saboreó la plasticidad, la torería y la entrega. 

“Bandolero” y Manuel Rueda abrían el festejo en Chinchón. El animal salió con genio, rematando en los burladeros y protestando, no permitió el lucimiento en el saludo capotero, en el que se intentó mimar la embestida y suavizarla. El inicio de faena se definió por la mano baja, sacándolo a los medios, mientras alternaba genuflexo. El primero de su lote se metía por dentro arremetiendo con fuerza y buscando. Toreando al natural lo buscó con los vuelos abriéndole el compás, dándole distancia, entre probaturas. Por el pitón izquierdo le costaba pasar, mientras que por el derecho parecía tener menos recorrido, saliendo del de pecho buscando. Mucha colocación y paralelo a tablas para poder manejarlo. Tiró de él, tratando de ordenar las embestidas, una a una, provocándolo. Cerró por manoletinas para después colocarlo en suertes y dejar una estocada alta aunque ligeramente trasera y caída. Tuvo que recurrir al golpe de cruceta.

Álvaro de Chinchón saludó al segundo de la tarde, un ejemplar que salió suelto, pero que logró meter en la tela, hasta sacarlo a los medios, estirándose a la verónica. El animal acusaba de escasa fuerza, había que mimarlo. Tras brindar al público, Álvaro empezó el último tercio pegado a las tablas, probándolo por ambos pitones. Se decidió por el derecho, citándolo en la media y larga distancia, mimándolo muy despacio. Le dejó sitio y tiempo antes de retomar las tandas, las cuales ligó a base de mucha voz y colocación, dejándole la muleta puesta en el morrillo y tirar del animal. Con el toreo al natural quiso alargar las embestidas, jugando con los vuelos, llevándolo lejos, muy metido y encajado con él. Volvió sobre el pitón derecho, envolviéndolo en la tela, sin dejar que se rajara un animal que empezaba a buscar las tablas y se desentendía de la franela. Totalmente ajeno al novillero, lo quiso pasaportar, lográndolo con una estocada entera y el descabello.

Manuel Rueda no puedo estirarse en el saludo capotero, se basó en la brega para llevarlo metido, mostrando la embestida hasta sacarlo a los medios. Se cedió el quite para que Carlos Gil pudiera hacerlo, pero resultó cogido, sin consecuencias. Comenzó la faena de muleta a media altura, sin probaturas, atándolo en corto, ligando las tandas, tirando del animal, dejándole los vuelos en el morrillo. Al natural, Manuel jugó con la franela, su brazo y cintura, curvando su recorrido para envolverse con él, bailando un mismo compás. Uno a uno, buscándolo a pitón contrario, en sus terrenos, le puso continuidad a su faena, aprovechando cada embestida que este le proporcionaba, ciñéndose mucho en los pase de pecho. Manuel lo midió, apuntando a la media distancia, perdiéndole pasos, para después recomponer las tandas. Sin demasiadas complicaciones, pero con las teclas justas, Manuel culminó su entrega con una estocada en todo lo alto  aunque ligeramente trasera y tendida.

Álvaro ejecutó un saludo de gusto y mucha torería, a base de verónicas bien trazadas. La faena resultó una continuidad del saludo, buen gusto mano baja, ligazón, pasándoselo con cadencia y la mirada baja, marcándolo con su cadera. El novillero poseía un sutil giro de muñeca que se acentuaba al natural, donde con los vuelos en la cara, le giraba la muñeca y le devolvía de nuevo a la franela. El animal empezó a acortar su recorrido, desarrollando un peligro sordo que en algún que otro apuro lo dejó. Se basó en el cite delantero, llevándolo metido hasta sacarlo lejos, muy lejos. Álvaro acortó distancias, se metió en su terreno. Le fallaron los aceros, aunque logró hundir la espada al segundo intento, estocada con el que el animal dobló.

Chinchón. Novillos de Blanca y Belén Ortega para Manuel Rueda, vuelta al ruedo tras aviso y dos orejas;  Álvaro de Chinchón, oreja tras aviso y dos orejas.

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