domingo, 5 de mayo de 2024

Álvaro Lorenzo y Tomás Rufo, en hombros en Borox

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Crónica

RICARDO BEDIA


  

El festejo celebrado en la localidad que vio nacer al
diestro Domingo Ortega, el paleto de Borox, se trataba de un mano a mano entre
el matador de toros Álvaro Lorenzo y el novillero, que goza de gran proyección
y que en próximas fechas tomará la alternativa en Valladolid en un cartel de
lujo con Julián López el Juli y José María Manzanares con toros de Garcigrande,
Tomás Rufo. Con una entrada de media plaza se celebró el festejo programado.

“Timbales” fue el encargado de abrir plaza
saliendo corretón, no derrotando en los burladeros y distraído. El saludo
capotero constó de tres verónicas con una embestida templada. El puyazo que se
le dio al astado fue trasero y tuvo que rectificar varias veces. La brega en el
tercio de banderillas fue aplaudida, fue con capotazos de mano baja y por los
pocos pases que fueron usados. Brindó el animal al público. El inicio de la
faena fue con pases flexionados y un doble pase de pecho en tablas. La
faena  de muleta fue de temple, nobleza y humillación en la embestida. El astado
se acabó pronto, y los lances de muleta fueron de uno en uno aunque dados con
mucho sabor y torería. La suerte suprema fue con un pinchazo y una estocada
algo baja y trasera. Como premio obtuvo una ovación y saludó desde el tercio.

“Afectuoso” fue el primer novillo que lidió
y estoqueó Tomás Rufo, salió distraído, poco fijo, cuando consiguió meterle en
las telas le dio siete verónicas preciosistas y clásicas que entusiasmaron al
tendido. En varas se le midió el castigo, apenas un picotazo. El quite
consistió en tres chicuelinas y una larga. En banderillas el novillo estuvo
reservón, le costó mucho arrancar al capote del subalterno que bregaba. Tenía
nobleza y temple aunque se distraía a la salida de cada muletazo, teniendo que
dejarle la muleta en la cara. El animal había hecho amagos por irse a tablas,
finalmente se fue a tablas y allí le dio varias series con mucha exposición. La
suerte suprema acabó con un pinchazo y una estocada algo atravesada de efecto
fulminante. Obtuvo como premio una oreja.

 “Tamborilero” salió al ruedo distraído y
corretón tras conseguir encelarle le dio cuatro verónicas. En la suerte de
varas, hizo sonar mucho el estribo, recibió un largo puyazo. En el tercio de
banderillas hubo problemas para ponerle los palos, manifestaba poca fijeza en
su embestida. El matador de toros le brindó el astado a su compañero de terna.
Empezó la faena en tablas con una tanda de gran exposición. Los lances en el
toreo en redondo se basaron en el temple, acople y la nobleza. Desde la segunda
tanda los lances se dieron de uno en uno con mucha torería. No aguantaba más,
el matador recurrió al toreo de cercanías. La faena se volvió muy larga y
aburrida, quería sacar pases a un animal que no daba para más, el típico
ejemplo de faena moderna, larga y aburrida. La suerte suprema fue con un
pinchazo, después le dio una estocada trasera y algo tendida. Sonó un aviso.
Tuvo muchos problemas para descabellar, no humillaba, sonó el segundo aviso y
finalmente el animal dobló.

“Tambor”, salió distraído, lances con el
capote para enseñarle a embestir. En varas recibió un puyazo larguísimo, el
astado empujaba abajo. El quite por delantales tuvo mucho sabor, muy toreros.
El animal va largo en banderillas. La faena de muleta empezó con muletazos de
uno en uno con mucha torería. El de Alcurrucén se acabó pronto y el toreo de
cercanías llegó mucho al público. La suerte suprema fue con un pinchazo y un
bajonazo. El premio a su actuación fue una oreja.

“Pintamonas” salió distraído y ocho
verónicas humilladas le sacaron a los medios. En varas se le administró un
puyazo largo barrenando haciendo sonar el estribo. No hizo quite. En
banderillas, embestía por abajo pero acababa el lance con un gañafón. La faena
de muleta empezó de rodillas pegado a tablas. Las tandas fueron de cuatro
muletazos y el de pecho, rotundas y con la ligazón como características
fundamentales. No duró más que cuatro tandas, abriendo el camino al toreo de
cercanías con torería y exposición. La faena acabó con unas manoletinas ceñidas
y con mucho gusto. La suerte de matar fue con un espadazo en todo lo alto. El
premio fue de dos orejas y fue ovacionado en el arrastre.

“Toledano”, que sería el último novillo que
lidiaría en una plaza Tomás Rufo, fue recibido con una larga cambiada enlazada
con verónicas y chicuelinas. Recibió un fuerte puyazo tapándole la salida. El
quite fue preciosista con el capote a la espalda siendo muy aplaudido por el
tendido. Brindó al público. Vibrante inicio de faena con unas bernardinas en el
platillo de la plaza. Las tandas fueron suaves y el animal se limitaba a pasar
sin codicia ninguna. Los lances fueron de uno en uno. Cuando se paró, se dio el
toreo efectista de cercanías, añadido a las ganas de un novillero. La tanda
final de manoletinas tuvo mucho sabor. La suerte suprema fue una estocada en
todo lo alto de efecto fulminante. Como premio cortó la última oreja en el
escalafón novilleril.

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