sábado, 4 de mayo de 2024

Un admirador de Ordóñez y detractor de los Dominguines

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Anécdota Taurina

LUIS MUÑOZ


  
Guarismo del ocho continúa con su sección, “Anécdotas Taurinas”, con la colaboración de Luis Muñoz, totalmente altruista, que pretende compartir las historias más taurinas con los aficionados y seguidores de este portal.

Pasó en Santander, en el llamado verano sangriento año 1959, toreaban los cuñados Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez y en barrera de tendido en la zona de capotes, un espectador animando y alabando a Ordóñez y abroncando a Luis Miguel, así toro tras toro. Luis Miguel ya cansado de la actitud del partidario de su cuñado le dijo a su mozo de espadas que hiciera lo posible por saber quién era aquel cansado. 

Al rato, el bueno de “Chavola” regresa con la noticia diciéndole a Dominguín:
    – “Maestro se trata del dueño de una óptica llamada Perenganito”. Este era admirador de Ordóñez y detractor de los Dominguines y terminada la corrida el óptico aún seguía abroncando a Luis Miguel.

A la mañana siguiente Luis Miguel paseaba por Santander, tenía que volver a torear por la tarde y cuál no sería su sorpresa cuando ve un gran cartel “Óptica Parenganito”. Sin pensárselo dos veces entró en la óptica y se encuentró a su gran enemigo, dirigiéndose a él le dijo:

    – “Quisiera comprar unas gafas de sol” 
El óptico después de enseñarle un gran muestrario le aconsejó las que para él eran las mejores. Se probó las gafas y con su habitual retintín le comentó a su amigo:
    -“Con estas gafas solo se ven hijos de …” 
El óptico mosqueado le dijo:
    – “Déjeme que me las ponga yo”. Una vez puestas las gafas le dijo al maestro:
    –“Tiene usted toda la razón, solo se ven hijos de …”
Los dos se echaron a reír, se dieron un abrazo y fueron grandes amigos.
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