martes, 30 de abril de 2024

Cuatro nombres y tres orejas

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  
Antonio Ferrera y Morante de la Puebla destacaron en Alicante, tras cortar dos y una oreja, respectivamente. Se cerraba una feria en la que se rendía homenaje a Manzanares y nadie se lo quiso perder, ni Antonio Ferrera, que acudía al compromiso tras resultar herido el sábado en Badajoz. En la última tarde en Alicante se lidiaron los ejemplares de Luis Algarra, que a base de delicadeza, respetando la altura y las distancias se dejaban llevar, dando opciones. El peor lote se lo llevó Juan Ortega, aunque con el primero de su lote llegó a escuchar los tres avisos. Ferrera y Morante derrocharon arte, inspiración y mucho temple.
Abrió la tarde “Traviato”, que entró con ritmo y fijeza en el saludo capotero de Antonio Ferrera. En el inicio de faena lo tanteó por abajo, entre derrotes secos. Siguió sobre el pitón derecho, muy despacio, suavizando la embestida. El animal atendía con prontitud, con fuerza, colocando la cara y con pulcritud, pues Ferrera hizo todo lo posible para que no tocara la tela. Por el pitón izquierdo era algo más incierto, buscando en la muerte del muletazo. Se cruzó, buscándolo, llevándolo bien atado. La espada empañó el esfuerzo de Ferrera.
Morante de la Puebla se encargó de recibir al segundo de la tarde, que no le dejó correr, le frenó con la despaciosidad que tanto le caracteriza, jugando con los vuelos de su capote, sacándolo al paso, estirándose con él. Deslució que le desarmara. El animal se vino a menos y fue devuelto a corrales. En su lugar salió “Abejaruco”, un astado serio, algo más intermitente que el anterior. Morante inició la faena entre probaturas, decidiéndose por el pitón derecho, par una primera tanda en largo, calculando las distancias. Probó, ligeramente, con la mano izquierda, pero sus salidas eran mucho más secas, con menos clase, así que rápidamente volvió sobre el derecho. Construyó una faena lenta, pero ligada, en la que lo fue sometiendo a base de suavidad. En la suerte suprema metió la mano con aseo, dejando media estocada.
“Matagallo” corrió la plaza, entrando en el percal de Juan Ortega sin fijeza, que metió la cara tímidamente. El animal cayó en el primer muletazo del diestro sevillano, siguió exigiéndole por abajo, muy despacio, para después cambiar los terrenos. En el toreo al natural, le buscó a pitón contrario, ahormando la embestida del animal, pero sin evitar corregir en cada natural. Hubo destellos, momentos, y muletazos que dejaron ver un poco de brillo en el consentimiento de Ortega. No había uniformidad en la faena, a pesar de los empeños que el sevillano dispensaba. Encontró hueso y no acertó en el descabello, escuchando el tercer aviso.
Antonio Ferrera y “Tratante” marcaron el ecuador del festejo con un saludo templado y muy medido. En la muleta hubo un inicio arrollador, tanteándolo, con sitio y tiempo. Ferrera aprovechó la inercia, conjugando las series, las cuales acortó, para mimarlo y mantenerlo. Lo llevó en largo y muy ligado, sin quitarle el engaño del morrillo, fijándolo en la tela a media altura, adaptándose al astado. Un cite fijador y el paso atrás era más que suficiente para dibujar las series. Encontró el compás ante unas buenas condiciones que se dejaban llevar, si no se le llevaba la contraria. Se enroscó con él sobre el pitón izquierdo, levantando al respetable. Dejó al toro en los medios y Ferrera, desde el tercio, fue a su encuentro para ejecutar la suerte suprema, pero hundió el acero al segundo intento.
Morante recibió a “Recompuesto”, bregando con él, guiando la embestida, tras sacarlo a los medios. en las tablas por ayudados sacándolo a los medios comenzó Morante su faena para seguir toreando al natural de uno en uno. Buscó mejores terrenos y tomó la muleta con la derecha, toreándolo con carencia, a cámara lenta. Rodilla en tierra, siguió mostrando su Tauromaquia para volver al natural abrochando la tanda con un gran pase de pecho con despaciosidad siguió con la derecha de uno en uno. Cerró con sutileza y temple, por ayudados, mirando al tendido, hasta colocarlo en la suerte. Dejó media estocada en muy buen sitio.
“Portero” se encargaba de cerrar la tarde. Salió con pies, pero Ortega no esperó para recibirlo, aunque tardó en fijarlo. Una vez dentro del percal, se estiró con él, esperándolo, al tiempo que lo dejaba entrar, abriendo el compás. Lo probó por ambos pitones y comenzó por el derecho, dándole sitio, pero había que encontrar el término medio, pues salía suelto, así que debía devolverlo a la tela. El animal no humillaba y buscaba en los muletazos, era un toro reservón que no daba demasiadas opciones. No consiguió fijarlo en la franela, cuya atención era limitada, así que terminó toreando en el tercio, sin lucimiento. Volvió  fallar con la espada.
Alicante (Alicante) España – Toros de Luis Algarra Polera para Antonio Ferrera, ovación y dos orejas; Morante de la Puebla, ovación y oreja;  Juan Ortega, silencio tras aviso y palmas.
FOTO: PLAZA DE TOROS DE ALICANTE

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