miércoles, 1 de mayo de 2024

Dos de seis, dos de tres

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  
Una nueva tarde de San Isidro en el que dos de los seis astados dieron más opciones y dos de los tres diestros que componían la terna pudieron cortar las orejas. La irregularidad en las embestidas llegó con el tercero de la tarde, a pesar de que Luque creara más allá de la inconsistencia y de la duda. Fallaron los aceros y eso pasa factura en Vistalegre. Perera toreó con quietud y trazo largo, cortando la primera oreja del festejo, la segunda vendría de las manos, la cintura y el toreo lento de Paco Ureña. 
“Catavino” abría el festejo. Miguel Ángel Perera jugó con los vuelos del percal para fijarlo, andándole, sacándolo del tercio suavemente. Lo tanteó al paso, entregándose por el derecho. Tenía prontitud y recorrido, algo que Perera aprovechó y cuidó acompasando la embestida, dedicándole su tiempo, dejándole respirar y con una mano baja. Mostrándose para citar, para después llevarlo hacía atrás. No se dejaba por el izquierdo, violento, sin querer entregarse, tocando la tela. Aún así, el diestro logró algún que otro muletazo limpio, adelantándose al recorrido del astado. Toreando con quietud y pulcritud, con trazo largo y mostrándolo por ambos pitones. Metió la mano con aseo, dejando una espada fulminante.
Paco Ureña recibió en una labor de brega a “Caramelo”, que salía suelto e intentaba probar a meter la cara. Inició la faena atalonado en los medios, para después seguir toreándolo, abriéndolo muy despacio, esperando a que el astado encontrara el ritmo que el matador pautaba. Le bajó la mano, toreándolo con su cintura, acompañando la embestida, la cual empezaba a encontrar el punto, entrando con pulcritud, suavidad y nobleza. El animal era pronto y atendía al cite con fijeza, envolviéndose en los vuelos de Ureña. Le perdía pasos y lo esperaba con la franela muerta en la cara, acompañando el recorrido, acortando distancias y cruzándose, muy encajado, ligando un natural con otro. Mató con una estocada certera y rotunda.
“Esaborio” salía rematando en el burladero para después encelarse en el capote de Luque, con un saludo a la verónica. Al animal había que mimar las embestidas, tratando de suavizarlas, limpiando las impurezas de su salida del natural. Mucho tiempo y sitio hubo que darle en la faena, citándolo cruzado. Se basó en los naturales largos, bajos suaves y lentos, de uno en uno, sometiendo al astado, evitando que este endureciera su embestida. Mostrándole la tela muy plana, tirando de el, ciñéndose, para que después, un paso atrás, y la muleta en el morrillo siguiera la serie. Luque buscó las condiciones a base de técnica. Lo cuadró y en la suerte suprema metió con habilidad la mano.
“Catavino” marcaba el ecuador del festejo, con el que Miguel Ángel Perera se estiró a la verónica. Lo tanteó por abajo para iniciar la faena, sin que se durmiera en la tela, sacándolo al tercio.  Ligó una primera tanda, a base de sitio, dejando que este entrara a buen ritmo, sin frenarlo, mostrándole la salida para engancharlo en un nuevo muletazo. El animal tenía celo, colocaba y humillaba, se dejaba llegar, aunque a veces se quedará demasiado encima. Perera creaba series pulcras, tratando de ordenar la embestida, pero sin evitar que tuviera que configurar cada natural, buscando a base de técnica, el sitio y la distancia, siempre por abajo. Terminó sometiendo la embestida. La espada quedó ligeramente trasera con la que tardó en doblar.
Paco Ureña saludó a “Verdiales”, un astado que salía enseñando las puntas, con las manos altas, tratando bajar la cara, pero volviéndose. Ureña lo probó genuflexo, decidiéndose por el pitón derecho con un astado reservón que se venía por dentro. Lo abrió e intentó llevar en largo, con tandas medidas, de mucha técnica y esfuerzo. En el toreo al natural, terminaba con mero tornillazo descompuesto que no permitía el orden. Sacó algún que otro natural lento sobre el pitón izquierdo, jugando con los vuelos, encontró el pitón, buscándole al contrario. Se lo llevó lejos, guiando la embestida, sin dejarlo, aunque respetando el sitio y el tiempo, toreando con verdad. Arriesgó en sus terrenos, mirando al tendido, mostrándose, todo para conseguir la entrega del animal. Mató dejando la espada defectuosa, tuvo que descabellar.
Cerraba la tarde “Filósofo”, en las manos de Daniel Luque. Lo frenó pero salía suelta, ejecutó una labor de brega compleja en los medios. El animal entraba con fuerza, recto y con brusquedad, así que Luque empezó a pulir, genuflexo, la embestida y centrarlo en la tela. Le obligó a volver, con un toque fijador lo citaba y le obligaba a tomar los vuelos, el resto de pases venían precedidos por la inercia del animal, la cual aprovechó el diestro. La muleta caía muerta en la cara del animal, tratando de fijarlo abajo, dejándosela puesta, sin obtener el interés de su adversario, que acudió a su querencia. Metió la mano con acierto.

Vistalegre.- Jueves 20. Toros de Hnos. García Jiménez para Miguel Ángel Perera, oreja y ovación tras aviso;  Paco Ureña, oreja con petición de la segunda y ovación; Luque, ovación y 

FOTO: MIGUEL ÁNGEL PERERA

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