lunes, 29 de abril de 2024

Faenas entre suspiros

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  
Llegaba el primer San Isidro alternativo en la plaza de toros de Vistalegre. Una feria diferente que trataba de acercar las tardes de toros a los aficionados madrileños. Fue una tarde sin excesivas opciones, pero sí de mucha técnica y empeño. El peligro sordo caló en las faenas, manteniéndolas entre suspiros. En su mayoría, cumplieron un comportamiento similar con embestidas defensivas y desinteresadas, colándose, buscando y midiendo. Álvaro Lorenzo cortó una oreja tras una muy buena faena al quinto de la tarde y es que su empeño frente al astado lo valió. Con Alberto López Simón recuperamos aquella sensación de mantener el corazón en vilo, la incertidumbre entre las astas. Toreó en las distancias cortas, arriesgando, sin dejarse nada. Ginés Marín, que cortó la segunda oreja de la tarde, continuaba su sello, el cual ya había mostrado en Leganés, muy torero, con elegancia, aguantando las embestidas irregulares de los de su lote, sin dejar de buscar las opciones hasta trazar una faena en la que estuvo encajado y derrochó determinación y seguridad.
“Renacuajo” abría la tarde en Vistalegre, López Simón lo enceló en su capote, recogiendo la embestida, muy despacio. Lo esperó en los medios para empezar a torearlo desde el inicio de faena, sin probaturas. Lo dejó respirar, esperando a las embestidas del astado. Ajustó las distancias, pero se vino por dentro y volteó a Simón, sin aparentes consecuencias. El animal se paraba, muy reservón, así que trató de alargar su embestida, llevándolo con los vuelos, a base de toque firme. Cerraba la faena ciñéndose al astados, enroscándose con él. Mató con acierto al segundo intento.
“Dudeto” era el segundo de la tarde, metiendo la cara, algo buscón y apretando. Álvaro Lorenzo inició la faena de la muleta genuflexo, andándole, templándolo mientras lo sacaba a los medios. La faena se desarrolló en un tira y afloja, dándole tiempo y sitio. Había que cruzarse con él y perderle pasos para reconfigurar las tandas. Le costaba atender al engaño, sintiéndose podido. Se quedaba corto, no tenía recorrido, así que el diestro le trató de llevar muy metido, dejándole la tela en el morrillo. Puso empeño y determinación frente al desinterés del astado. En su intento de búsqueda, tuvo que meter la mano como pudo, los pitones iban directo al cuerpo. 
“Renacuajo” salió suelto del saludo capotero de Ginés Marín, lo ligó hasta sacarlo a los medios. Tras un brindis a su compañero de terna, Álvaro Lorenzo, lo tanteó por ambos pitones, suavizando las embestidas. Al de El Pilar le costaba humillar, salía recto, con la cara alta. Era una faena lenta, en la que no se le podía quitar el engaño de la cara. Ginés se cruzaba y le obligaba a tomar la tela, pero en la muerte del natural había que jugar con los vuelos y devolverle. Un astado complicado, que soltaba derrotes secos y al que no le gustaba sentirse sometido. Sin embargo, el poder del matador se sobrepuso. No tuvo acierto con los aceros.
Marcaba el ecuador “Alambisco”, al que López Simón frenó con el percal, entrando recto, quedándose corto. En el tercio de banderillas Jesús Fernández resultó prendido aparatosamente, aunque sin mayores consecuencias. López Simón no lo hizo esperar para recibirlo en su muleta, con un inicio acelerado en el que trataba de marcar las distancias. Aprovechó la inercia, con distancias cortas, sin evitar que se metiera por dentro. Metió la cara, los pitones viajaron por todo su cuerpo, levantándolo bruscamente. Muy dolorido, se puso en la cara el toro, para tratar de torear a un animal que no se dejaba, que solo buscaba, sabiendo lo que dejaba atrás. No había mucho más que hacer, salvo natural a natural, corregir y ganar sitio. Metió la mano con acierto, teniendo que recurrir al descabello.
Álvaro Lorenzo saludó al segundo de su lote, un toro suelto, que bajaba la cara, tomando con celo la tela. Lo tanteó con suavidad, sin desgastarlo. Le tomó la distancia y en los medios empezó a torearlo con la mano derecha, dejándolo pasar sin brusquedad, jugando a su favor, mimando la embestida, evitando que perdiera las manos. Había fijeza y gobierno sobre el astado. El cite delantero y amplio trataba de encauzarlo, siempre respetando su espacio, llevándolo a media altura, ligándolo. No podía tocar la tela, pues endurecía su comportamiento. Fue volviéndose más reservón en el avance de la faena. Culminó por luquesinas para después hundir el acero con determinación.
“Liebroto” cerraba la tarde en las manos de Ginés Marín, con un recibo muy torero. El diestro lo  esperó para después lucirse por chicuelinas. Al igual que hizo en el quite por tafalleras. Marcaba sus intenciones el extremeño, las de triunfar, sin embargo el segundo de su lote, algo más parado y reservón no se lo iba a poner fácil. Lo encontró en la distancia corta, a media altura y muy cruzado. Venía recto, metiéndose por dentro con una embestida irregular y variable en la que no se encontraban las teclas. Muy encajado y con mucha seguridad toreó como pudo al último de la tarde. Mató con acierto.

Vistalegre. Toros de El Pilar para López Simón, palmas y ovación; Álvaro Lorenzo, ovación y oreja; Ginés Marín palmas tras aviso y oreja.

FOTO: GINÉS MARÍN

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