Anécdota Taurina
En cierta ocasión en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, un grupo de aficionados le lanzaron a Rafael Ortega una carta gigante con el As de Espadas, firmada por más de doscientas personalidades del mundo del toro, entre ellas, toreros, que reconocían su liderazgo como estoqueador.
En La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, ocurrió una anécdota jamas vista en la historia del toreo. Fue tal el éxito que Rafael Ortega obtuvo con un toro de la legendaria ganadería de Miura, que después de torearlo a gusto, lo cuadró en los medios, le adelantó la franela a las pezuñas, le hizo la cruz y el toro rodó sin puntilla con la espada en el hoyo de las agujas. La Maestranza era un delirio. Pedían el rabo. Rafael miraba al palco por ver si se concedía y resultó que el mismo Presidente estaba agitando el pañuelo pidiendo se concediera el máximo trofeo. A ningún torero le ha ocurrido tal cosa en la historia de la Tauromaquia.