sábado, 4 de mayo de 2024

Nueve orejas y un rabo de poder y empeño

Facebook
Twitter
WhatsApp

Crónica 

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  

La lluvia y los ejemplares de Guadajira marcaron el festejo celebrado en Cinco Casas. Las opciones fueron limitadas, sin embargo, los espadas no dudaron en exprimir las oportunidades que sus lotes les brindaban. Miguel Tendero derrochó calidad frente al desinterés, toda una declaración de intenciones que le llevó a cortar las dos orejas al segundo de su lote. Calita, que cortó un total de tres oreja y un rabo, estuvo muy torero, muy entregado, con mucho poder a base de mano baja. Por último, cerraba la tarde el empeño de Mario Sotos, siempre por encima de las condiciones que reflejaron los de su lote, que no le dieron demasiadas opciones.
La tarde en Cinco Casas la abría “Ajedrecista” salió buscón, rematando en la barrera. Lo recibió Miguel Tendero en el capote, templándolo, sacándolo a buen ritmo hacia el tercio. Iniciaba la faena de muleta, pegado a tablas, genuflexo, tanteándolo por ambos pitones, sometiéndolo por abajo. El animal presentaba movilidad y repetición, había que sostenerlo. Le abrió el compás, intentando encontrar la viveza que tenía en el inicio. Sobre el pitón derecho, entraba recto y por dentro, mirando, sin bajar la cara. Lo llevó en largo, sin quitarle la muleta del morrillo, manteniéndolo muy metido, pero midiendo mucho los naturales. Le faltó entrega al primero de su lote, que lo fijaba y arrastraba en largo compensando las condiciones del astado, que acortó su recorrido y solo se dejaba llevar. Pinchó en la suerte suprema y hundió el acero al segundo intento, pero tuvo que descabellar.
A “Limpiabien” lo frenó en la tela Calita, empleándose, abriendo el compás, pero sin terminar de someter a un animal que soltaba las manos altas. Lo cambió de terrenos y en los medios empezó a torear muy despacio. Al de Guadajira le costaba atender al cite y seguía saliendo con la cara alta en la muerte del natural. Se volvía con facilidad, había que darle sitio, pero no dejar que se fuera, lo toreó por abajo, sometiéndole con poder, sin evitar que desluciera, al tocar la tela este endurecía su embestida. El segundo de la tarde, tenía una embestida en dos tiempos, costaba mucho encontrar la continuidad, por lo que Calita le llevó con un toque firme y fijador, además de recurrir a la voz, tirando del animal, intentando llevarlo hasta el final a base de un toreo bajo y de poder, queriendo aprovechar la inercia de la entrada en el natural. La despaciosidad dejó destellos a cámara lenta, en los que el empeño no faltó. Metió la mano con acierto al segundo intento.
Mario Sotos no dejó  correr a  “Bienvenido”, un animal con repetición pero sin recorrido. Lo probó por abajo, genuflexo, mirando al tendido, luciéndose en redondo, firmando una declaración de intenciones frente a las embestidas más que decentes del astado. Lo citaba, llevándolo con el pico de la muleta, para después girar su muñeca y guiarlo en el natural. No se le debía llevar la contraria, por lo que Mario Sotos se adaptó a las condiciones de un animal de embestidas desiguales y desinteresadas. En el tercio empezó a ligar, consiguiendo la ligazón en los tres primeros naturales, para después seguir uno a uno, muy cruzado hasta rematar la tanda. El diestro se mantuvo en el sitio, toreando al compás que este se dejaba llevar, pero sin terminar de romper, el astado no podía verse podido. Estoqueó con determinación.
Marcaba el ecuador del Festejo “Cantinelo” que no se dejaba encelar en la tela, venía por dentro, así que Tendero, en una buena labor de brega, logró la entrega del animal. El último tercio se iniciaba con un sutil tanteo, para posteriormente cambiarle los terrenos, sacándolo a los medios. La cadencia, clase, poder, suavidad y temple de Miguel Tendero fueron una declaración de intenciones en las que que jugaba a favor de las condiciones del animal al que se medía. El desmayo con el que toreó marcó la faena, a pesar de que la entrega del astado estuviera más que medida. No humillaba, se afligía al verse podido, por ello el diestro recurrió al espacio y tiempo, sin excederse, pero sin olvidarse de la clase y la torería. Buscó las teclas por ambos pitones, midiendo las tandas a cuentagotas, aguantándolo. Sin embargo, según avanzaban los compases de la faena mermaba su entrega y condiciones, solo quedaba culminar con la suerte suprema. La espada deslució, pero no evitó que el diestro cortara los triunfos.
Calita recibió a “Locuno”, recogiendo la embestida del animal, jugando con sus brazos y andándole. Iniciaba la faena cambiándolo de terrenos, para después ligar una buena tanda en los medios con la que llegó a los tendidos. Calita lo obligaba con firmeza a encelarse en la tela. Toreaba con verdad, bajándole la mano, adelantándose a las embestidas de “Locuno” para que este no se fuera y se entregara. El trazo largo lo llevaba hasta el final, sin embargo, en la salida, le marcaba la vuelta, dejándole la franela en el morrillo. El animal empezaba a desarrollar, sabiendo lo que dejaba atrás, acortando recorrido. Acabando en tablas, Calita aprovechó la movilidad para exprimirlo. Estuvo totalmente entregado hasta el final el diestro. El animal dobló tras una rotunda estocada.
“Luminoso” cerraba la tarde en las manos de Mario Sotos. El diestro lo recibió con una larga afarolada de rodillas, para después estirarse con él hasta sacarlo a los medios. El espada lo templó con delicadeza y mucha suavidad, sin obligarlo. Jugó con las largas distancias, aprovechando la inercia y devolverlo en la tela. El animal repetía con ritmo pero sin clase, por ello había que parar y reconstruir para que no desluciera. Entregado, muy torero, remató una buena tanda, en la que no pudo evitar que el animal se rajara y apuntara a tablas. Un tira y afloja entre toro y torero para mantener en un suspiro la faena, la cual estaba destinada a acabar en la querencia. Al animal le molestaba, no quería sentirse podido y se defendía. Cerró con determinación en la suerte suprema.
Plaza de toros de Cinco Casas. Toros de Guadajira. Miguel Tendero, ovación y dos orejas; Calita, oreja y dos orejas y rabo; y Mario Sotos, dos orejas y dos orejas.
FOTO: NTR TOROS
PUBLICIDAD


Entradas Relacionadas

Scroll al inicio