Anastasio Ahijón Hernández “Los Jarillos” fue ganadero en los últimos años del siglo XX y principios del XXI, la profesión le llegó por una bonita casualidad que le mantuvo activo hasta 2002. Sin embargo, Tasio, tal y como le conocen en Villarejo de Salvanés, al igual que los toreros viven en torero todo el día, el vive por y para el toro. A sus 84 años, puede decir orgulloso ante el mundo taurino, que su ganadería dejó huella. Esta se afincaba en la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés, finca que carecía de pastos, pero sobrada en pasión, pureza, transparencia y un profundo amor al toro bravo. Tasio alcanzó, aproximadamente, las 130 cabezas de ganado, con vacas de Santa Coloma y Torrestrella, becerros y erales. Si algo tiene claro, es que está profundamente agradecido a su familia y al pueblo de Villarejo de Salvanés, pero le gustaría tener menos años y seguir más en el toro.

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