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GUARISMO DEL OCHO – ARTURO SALDÍVAR
El matador de toros Arturo Saldívar alza la voz para responder a la alcaldesa de Puebla ante sus impulsos para prohibir la Tauromaquia.
Mi nombre es Arturo Saldívar, Matador de Toros, hoy me dirijo a usted con todo el respeto que me merece, mismo que nos merecemos los toreros, ganaderos y aficionados taurinos, así como los que no lo son, pero que de forma directa o indirecta, dependemos de las fuentes de empleo que genera la tauromaquia.
Sé que hablarle de arte, cultura, pasión, del tema ecológico y de todos los demás valores y rubros que tiene la tauromaquia podría ser absurdo o inútil, por que evidentemente no es de su interés. Por lo que voy a omitir estos temas y solo le expresaré mi sentir frente a su actitud con la tauromaquia en su municipio.
Si de verdad usted o sus asesores midieran sus decisiones, en este caso la que están tomando contra la fiesta de los toros, le aseguro que no las llevarían a cabo. Y no porque no sea un tema que a veces los políticos toman como “banderas ecológicas”, menos en épocas electorales o en este caso “electoreras”, sino por la simple y sencilla razón que la tauromaquia no se limita a un toro y un torero, de los cuales solo uno de ellos piensa y vota.
La inmensa fuente de empleos que es la tauromaquia y que con esto usted está dejando en el abandono, también representan votos… y eso es lo que de verdad les interesa a los políticos con miras cortas.
Espero sepa que un 5 de mayo de 1862 el General Ignacio Zaragoza, antes de comenzar aquella épica batalla contra la ocupación extranjera, cimbró a sus tropas con el siguiente discurso:
“Soldados os habéis portado como héroes combatiendo por la reforma. Vuestros esfuerzos han sido siempre coronados por el éxito. Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la patria y yo os prometo que en la presente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de MÉXICO. Soldados leo en vuestras frentes la victoria y la fe.”
Y remató su glorioso mensaje con la siguiente exclamación…
“¡Viva la independencia nacional!” “¡Viva la patria!”
Su atento servidor
Arturo Saldívar Romo
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