viernes, 3 de mayo de 2024

Alfredo Parra: “Los empresarios lo tienen monopolizado y están haciendo daño a la Tauromaquia”

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Entrevista

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  

Alfredo Parra es un novillero con picadores de Venezuela. Optimista, con garra e incluso impredecible, así se podría definir su concepto, su Tauromaquia. Vino a España en busca de oportunidades, pero todo se torció y sufrió un fuerte parón. Sin embargo, nunca perdió la esperanza, siguió entrenando para estar preparado, manteniendo la constancia, ante cualquier oportunidad que se le presentara. Un novillero, como muchos otros casi olvidados, por ello a pesar de cumplir uno de sus sueños, que era hacer el paseíllo en Las Ventas, sigue en busca de su alternativa ante unos empresarios que Alfredo asegura, lo tienen todo monopolizado y que terminan por dañar gravemente a la Tauromaquia. La solidaridad en el toreo ya existía tiempo atrás, pero el siglo XXI ha empañado algunos de los verdaderos valores de la profesión.

¿Dónde surge esa afición por los toros? ¿En qué momento piensas yo quiero ser torero?

Mi padre era torero desde joven y cuando estaba en activo iba con él, pero era muy niño y no tenía muy claro aquello de dar el paso, era difícil tenerlo. Tenía claro que quería ser torero pero en el campo no era capaz de acercarme a las becerras. Un día, al fin, conseguí salir, muy presionado y me puse delante, cuando le di los primeros pases supe que era lo que quería hacer el resto de mi vida.

A los 7 años debuté de becerrista en público. Sin embargo, en aquella época mis padres se separaron y mi madre hizo lo posible para que no tuviera los toros en la cabeza, me apuntó a muchas actividades culturales, deportivas y religiosas. Aunque siempre intentaba escaparme donde hubiera toros. Así he estado hasta ahora, con algún que otro tropiezo, saltando de un lado para otro, sin ayuda, pero sin desistir.

¿Qué destacarías de tus inicios? ¿Qué marcó el punto de inflexión? 

Creo que fue mi debut con picadores, porque era algo que se veía muy remoto y complicado porque no contaba con la ayuda necesaria. Para mí, fue un gran logro, a partir de ese momento pude demostrar lo que ya venía tiempo haciendo, toreando en mi país. En parte, esto fue lo que me permitió venir a España

¿Qué aportas? ¿Cómo definirías tu Tauromaquia? ¿Se asemeja a la de tu padre?

No, porque mi padre era de corte más clásico, yo soy muy impredecible, según sea la circunstancia, conforme a la actitud que tenga el toro.

¿Alguna preferencia en cuanto a encastes?

Cada toro tiene su lidia, independientemente del encaste al que pertenezca, porque puede salir un toro que por cierta descendencia debería embestir de una manera y resulta que es de otra. Realmente, prefiero no saber el encaste al que pertenece, simplemente intento resolver la situación, dejarme llevar. Te pongo de ejemplo a Manuel Escribano, cuando sustituyó al Juli en Sevilla, él no se dejó llevar por la procedencia. Tiene que existir comunicación con el toro.

¿Por qué decidiste venir a España?

Vine para terminar de curtirme, en mi país ya había llegado hasta donde se podía llegar. Mi objetivo era tomar la alternativa, no lo veía nada fácil, entre mis posibilidades estaba la opción de viajar a México. Sin embargo, de la noche a la mañana me ofrecieron un trato en España, era una oportunidad que no podía dejar pasar. Las cosas no fueron como me habían dicho, en un principio llegas a un lugar en el que no conoces a nadie, pero volver a mi país era como tropezar de nuevo. A pesar de las injusticias, he decidido asumir aceptarlas y conseguir mi objetivo de ser torero. Sabía que por duro que fuera, quizá aquí sería más valorado y en gran parte lo he conseguido, aunque no hayan salido las cosas como hubiese querido

¿Qué dirías que es lo que más te ha marcado en España?

Nunca he perdido la ilusión, no he dejado de entrenar, esperando que en algún momento me llegara la oportunidad, porque tendría que aprovecharla al máximo. Así fue, un día, cuando la temporada ya estaba bastante avanzada, en el mes de septiembre, me llamaron para una sustitución. Esta era la única opción que tenía, pero estaba totalmente convencido, confiaba en mi Tauromaquia, estaba dispuesto a ponerme delante de lo que fuera. Aquel día corté dos orejas y rabo, al día siguiente repetí, también en Cañetes, con el mismo resultado artístico. Todo lo que pude demostrar lo demostré, dejando en cada una de mis actuaciones constancia de mis cualidades.

Además, en todas mis actuaciones he cortado, por lo menos una oreja, y he salido por la Puerta Grande. Sin embargo, hubo una mala gestión en los trámites de mis papeles, no podía renovar mi permiso de residencia. Fue un parón en seco y llegó la parte más negativa, no pude salir de España, me quedé de ilegal hasta que arreglé mi situación. Me mantuve firme, con mis objetivos en mente, sin olvidarme de lo que quería ser, a lo que quería dedicarme.

¿Cómo fue aquel paseíllo en Las Ventas? ¿Por qué de rodillas?

Fue justamente por la misma situación que venía padeciendo. Lo tenía como una promesa, si algún día llegaba a hacer el paseíllo en Las Ventas, lo iba a hacer de rodillas. Era algo que me prometí a mi mismo, no lo sabía absolutamente nadie. Fui de sobresaliente, algo que no pensaba que iba a ocurrir, hacer el paseíllo en Las Ventas y verdaderamente sentí vergüenza. Me temblaba todo y temía que no me tomaran en serio, por una burla o por falta de respeto. Menos mal que tuvo el efecto contrario, me respetaron. 

Aquel día era una oportunidad que no podía desperdiciar y lo que salía en ese momento era la inspiración y deslumbrar al aficionado a pesar de que no pude lucirme.

¿Cómo te ves en el corto plazo? ¿En 5 años?

No paro de entrenar, y lo que tengo en mente y me gustaría sería estar en activo. Siempre estoy con los trastos, es un vicio, así que me retiraré cuando ya no sea capaz de mantenerme en pie con la muleta o el capote en la mano. Es algo en lo que me he fijado, en el espejo del maestro Antoñete, Curro Romero o el mismo Pana, me gustaría llegar así a esa edad. También pienso que de aquí a unos años, quizá tenga más posibilidades de ir al campo.

¿Qué conversación queda pendiente con los empresarios?

Muchos toreros van gratis, a mi no importaría hacerlo si es por una buena causa, aunque es ir un poco por amor al arte. Hay quien no está de acuerdo con ello y tienen sus razones. Con lo que yo no estoy de acuerdo es que tenga que ir de gratis y cubrir los gastos de mi gente, en general de cuadrilla, que hasta hay quien paga por torear.

Los empresarios están cobrando por un torero y luego le pagan menos o directamente no le pagan. Lo tienen monopolizado y es algo de lo que más daño hace. Son pocos pero lo limitan todo en función de sus criterios. El daño se lo hacemos nosotros mismos a la Tauromaquia, los empresarios la maltratan y algunos toreros se prestan a ello.

Además, hay banderilleros que sabiendo que los novilleros van con los gastos pretenden cobrar en su totalidad. Conmigo alguna vez han venido, sabiendo las circunstancias y se han ofrecido en las mismas condiciones. Esto es cosa de todos, ayudándonos, no meter el pulgar al herido.

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